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Arte y Espectáculos 17 de septiembre de 2018

“La comedia ganó en verborragia y en un humor que apuesta a códigos más veloces”

Mex Faliero cuenta las novedades del Festival Funcinema. Su programador destaca la vitalidad del género: "Si las crisis obligan a que nos riamos, seguramente eso contribuye a que el género nunca pierda salud", dijo.

Escena de "Room for rent", película que obtuvo varios premios internacionales.

La quinta edición del Festival Internacional de Cine de Comedia Funcinema se realizará en Mar del Plata desde este jueves y hasta el domingo 23. Todas las proyecciones serán en el Museo MAR (López de Gomara y la costa), con entrada libre y gratuita hasta colmar la capacidad del auditorio.

Se verán un total de ochenta y tres producciones, de las cuales quince son argentinas y sesenta y ocho del exterior. Del total, siete son largometrajes y el resto cortos, informó el programador y director del Festival, Mex Faliero.
Como novedad, este año el Festival mostrará dos producciones marplatenses. Se trata de “Tacañeando” y “El escape de Teresa”.

Entrevistado por LA CAPITAL, Faliero analizó la vigencia de un género como la comedia y su fusión con otras formas del quehacer cinematográfico: “Tal vez la comedia ha perdido el juego con la forma y su parte más física, habitual del período clásico, pero ha ganado en verborragia y en un humor que apuesta a códigos más veloces que la hacen lucir actual y moderna”.

Y, consciente de la necesidad de que se abran nuevas pantallas para que los marplatenses puedan ver más cine independiente, el director de Funcinema se sorprendió de que aún Mar del Plata no cuente con un Espacio Incaa, lugares que habilita el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales para la filmografía argentina que no es comercial y no llega a las salas de cine convencionales.

“Es un absurdo que una de las principales ciudades del país no tenga un Espacio Incaa”, señaló.

“Va llegando más material”

– Se nota un crecimiento de producciones argentinas que participarán del Funcinema este año, ¿puede ser?

– Si nos guiamos por la cantidad de material que llega al festival, sin dudas que hay más cine nacional que va apostando al género, en este caso la comedia. Luego, por una cuestión de filtro y criterio para programar, queda un porcentaje menor, y bastante más bajo del que quisiéramos. Pero es cierto que año tras año va llegando más material, y eso nos lleva a pensar que el festival se instala lentamente en el calendario de festivales. El hecho de que pocos festivales le den un lugar a la comedia nos ayuda también a que muchos realizadores nos envíen su material.

– Como novedad, habrá películas y cortos marplatenses. ¿Esto responde a una excepción o a que se está filmando más en Mar del Plata?

– Siempre nos gusta presentar algún corto local, pero este año se ha dado la fortuna de poder estar proyectando dos: “Tacañeando” y “El escape de Teresa”. Creo que luego de un bache donde hubo poca producción, apareció una nueva generación de gente joven con ganas de filmar y se está produciendo un poco más. Y por suerte algunos se animan a la comedia, un género que históricamente le costó bastante a los realizadores locales.

– ¿Goza de buena salud el género comedia? ¿Es inversamente proporcional a los tiempos en que vivimos: a menor bienestar más necesidad de reírnos?

– Sin dudas que tendemos a buscar la salida humorística en los tiempos de crisis, es un acto reflejo pero es fundamentalmente espíritu de supervivencia. Si sirve como consuelo, por el material que nos llega evidentemente la crisis es universal. Y si las crisis obligan a que nos riamos un poco, seguramente que eso contribuye a que el género nunca pierda su salud. Tal vez la comedia cinematográfica ha perdido el juego con la forma y su parte más física, habitual del período clásico, pero ha ganado en verborragia y en un humor que apuesta a códigos más veloces que la hacen lucir actual y moderna.

– ¿Qué entrecruzamientos encontrás dentro del cine de comedia? ¿La comedia se fusiona con qué otros géneros?

– La comedia tiene esa cosa maleable de saber acomodarse a todos los géneros, pero tal vez por esa dualidad que se da con la tragedia, es en su vínculo con el drama donde los realizadores hacen la apuesta más fuerte. Tal vez como curiosidad, desde el formato es interesante su relación con el documental: no tanto en la vertiente falso-documental, donde la ficción permite la comicidad y aparte su relación es obvia, sino en el documental hecho y derecho. Dos de los largos que pasamos, “Avec l’amour” y “Todo el año es Navidad”, son documentales que a partir de la mirada de sus directores ofrecen momentos de gran comicidad.

– ¿Qué recomendás?

– Los tres programas de Competencia Internacional de Cortos son muy buenos. También los cortos animados y este año la programación argentina es muy interesante. Me gusta mucho el largo “Room for rent”, que apuesta por un humor entre neurótico e incómodo en la senda de “¿Qué tal, Bob?” de Frank Oz, y entre los cortos “Catastrophe”, “Mrs McCutcheon”, “Sam did it”, “Sobre la mesa” son algunos de los que más me gustan, aunque la lista es larga.

funcinema

– ¿Necesita Mar del Plata un Espacio Incaa?

– Por supuesto. Es un absurdo que una de las principales ciudades del país no tenga un Espacio Incaa. No sé si es falta de pericia, falta de ganas o un desorden administrativo, pero la ciudad precisa un espacio institucional como ese, que le dé lugar a un cine nacional que no llega a las salas comerciales y que sólo se ve en festivales. Cuando hablamos de cine argentino la propuesta es extensísima y en Mar del Plata, si nos guiamos por lo que se estrena, tenemos apenas un escaso porcentaje de la producción anual.

– ¿Cuánto tiempo supone preparar un festival como éste?

– Hay una frase hecha sobre que cuando uno termina con la organización de algo, al día siguiente empieza a pensar en la edición que viene. Y la verdad que es bastante cierta. Uno no deja de pensar nunca en cosas que se pueden sumar, pero en lo concreto nosotros arrancamos a delinear el trabajo en enero, el scouting de películas en febrero y la apertura de convocatoria en marzo. De ahí hasta septiembre es un tiempo que se pasa volando hasta los cuatro días de festival. Es agotador, porque la autogestión nos obliga a ser un equipo pequeño, pero placentero porque es en definitiva lo que nos gusta hacer.