Por Nico Antoniucci

En plena fiebre de la huerta doméstica y del auge de la tecnología, en Galilea, Israel, una empresa juntó estos dos mundos para crear una máquina que revolucionará la vida familiar.

Para muchas personas el origen de los alimentos que consume son de vital importancia, la mayoría de quienes integran este basto grupo social les gustaría tener su propia huerta familiar pero chocan contra limitaciones espaciales, temporales e, incluso, hasta de conocimientos y confianza para emprender este hermoso proyecto familiar y cultural, que es la huerta.  ¿Por qué es tan importante cultivar nuestros alimentos? Desde lo saludable, porque es sabido que para el cultivo extensivo la única manera de control de plagas es la guerra química y, como en toda guerra, los involucrados no reparan en valores éticos para ganarla. El otro costado es más filosófico. Podemos encararlo desde el punto pedagógico y, solo con este punto, ganaríamos todos los motivos para empezar a cultivar en casa. Pero fiel a mi estilo, voy a indagar en algo un poco más coyuntural: la libertad.

¿Saben cuando el ser humano dejó de ser libre? en el paleolítico. ¿por qué? porque cuando cada uno conseguía sus propios alimentos no dependía de otros seres humanos. El día que el hombre tuvo que trabajar para otro para conseguir satisfacer sus necesidades fue el día que perdió su libertad y tuvo que aceptar rendir su libertad para empeñar su tiempo y su voluntad en pos de terceros. Ahora sí dejé la columna caliente para seguir adelante con la novedad que les quiero presentar hoy: Agwa Garden

¿Alguna vez soñaste con una máquina de vending de vegetales? Sí, imaginate una Nespresso de verduras en la cocina de tu casa. Compras las cápsulas de tus verduras preferidas y las pones en el aparato y, en unos días, ves crecer tus vegetales. De dos a cuatro semanas “hualá”, ¡a poner la mesa!

¿Cómo funciona? Agwa Garden es un dispositivo similar a una cava de vinos o una heladera exhibidora. El procedimiento es muy sencillo: encendés el aparato y a través de una app en el smartphone el usuario conecta el dispositivo. Así el usuario puede informarse de qué especies en cápsulas tiene disponible y listos para cultivar. El suertero tiene cámaras HD que, a modo de ingeniero agrónomo, con inteligencia artificial, detecta y soluciona cualquier problema de cultivo.

¿Qué ventajas tiene? no requiere el insumo de materiales plásticos para el cultivo, como el cultivo tradicional que insume hectáreas de polietileno y derivados del petróleo. No consume combustibles fósiles ni agroquímicos, ya que en ambiente controlado no crecen plagas. El cultivo controlado no tiene desperdicios como los que se generan en los grandes mercados cuando los productos no llegan a venderse y tienen que tirarse toneladas de alimentos. La emisión de carbono de la máquina es casi insignificante. Para cerrar un circuito perfecto de respeto medioambiental, la toma de energía debería provenir de fuentes renovables como la energía solar. Por otro lado la verdura sale de la máquina en tal estado de pureza que ni siquiera es necesario lavarla para consumirla. En el site que las ofrece se pueden contar más de treinta especies entre vegetales verdes, de raíz y de fruto.

Mientras éstas tecnologías se desarrollan y venden en el mundo civilizado, no perdamos las expectativas y tengamos paciencia, que todo al final llega. Mientras tanto seamos realistas y sigamos amando la tierra con nuestras manos, y sigamos viendo como sigue produciendo frutos de sus entrañas a la “antigüita”. Que lo que importa no es el “cómo” sino el “qué” y el “para qué”.