Todos recuerdan aquel verano del ’80 por la muerte de Claudio Levrino. Y por Alberto Locatti, que llegó al fondo de la decadencia arrojando a su mujer al vacío. Paradójicamente, en medio de estos hechos sombríos, comenzaba una de las décadas más brillantes del espectáculo en Mar del Plata.

Sergio Renán, con su versión de “Drácula”, era el boom de la temporada en el teatro Colón junto a Gigí Rúa. Por su parte, Alfredo Alcón y Jorge Rivera López desafiaban airosamente la marea teatral veraniega con “Historia del Zoo” en el Alberdi.

Juan Carlos Calabró, con su “Jhony Tolengo”, tuvo buena aceptación en 1987.

De todo un poco

Como siempre, había para todos los gustos. Andrea del Boca promediaba los 14 años y venía de un éxito televisivo en 1979 (“Andrea Celeste”) junto a Alberto Argibay. La inevitable réplica se produjo en el Neptuno, con idéntico título y dupla protagónica. Al Astral llegaba un clásico de aquellos tiempos: “Orquesta de Señoritas”; y Adriana Aguirre, Pelele y Barbieri inauguraban el Teatro Santa Fe en un viejo reducto del café concert.

Susana Giménez -a quien le faltaban siete años para el gran despegue televisivo- protagonizaba “La libélula” junto a Alberto Closas en el Opera. Moria Casán hacía temporada en “La Campana” de la calle Rivadavia junto a Adolfo Stray en el último verano del legendario actor, que falleció en septiembre de ese año.

Olmedo, Susana, Moria

Susana y Moria se reunieron por única vez en 1981. Fue en el Opera con “No rompan las olas”, de Hugo Sofovich, junto a Jorge Porcel y Javier Portales. Un año después, con “Seguimos rompiendo las olas”, se sumó Alberto Olmedo.

Entre aplausos y tragedias, Susana prefirió no seguir rompiendo las olas y desde aquel verano del ’82 inició una zaga de comedias veraniegas que incluyó “El Bicho tuvo la culpa”, con Olmedo en el Regina; pero su consagración teatral llegaría con dos musicales importadas de Brodway que hicieron historia: “La Mujer del Año” (Tronador, 1985) y “Sugar” (Neptuno, 1988). Ese verano, su ex pareja, Carlos Monzón, asesinó a Alicia Muñiz en una casa del barrio La Florida.

Olmedo se reencontró con Porcel en 1983 (“Los Reyes de la Risa”, Regina) y en 1984 (“Vuelven los guapos”, Tronador), pero recién en 1987 obtuvo un éxito teatral acorde con el televisivo: “El Negro no puede” (Neptuno), que sigue ostentando el récord de entradas vendidas. Al año siguiente volvió por más con “Eramos tan pobres” (Tronador), pero halló un final trágico y absurdo.

Enrique Pinti sorprendía con su Salsa Criolla.

Por la vuelta

En el período final de la dictadura militar el teatro comenzó a encender pequeñas luces entre las sombras con nombres que reaparecían y contenidos que empezaron a arriesgarse en profundidades hasta entonces vedadas.

En 1981 llegó al Colón una de las principales obras del dramaturgo Oscar Viale: “Convivencia”, interpretada por Federico Luppi, Luis Brandoni y Rubén Stella. Al año siguiente, con la dirección de Carlos Gandolfo, el Lido exhibió “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza, con Carlos Carella y Ulises Dumont y “Gris de ausencia”, de Roberto Cossa, con Luis Brandoni y Pepe Soriano. Ambas habían sido estrenadas meses antes en Buenos Aires en el marco de “Teatro Abierto”, uno de los eventos culturales más importantes durante la dictadura.

El desnudo de Solá

El verano del ’82 fue testigo de otra “osadía”: Miguel Angel Solá protagonizó “Equus” junto a Perla Santalla y se desnudó en el Salón de las Américas del Hotel Provincial. La misma sala recibió el año siguiente a Cipe Lincovsky con “Siempre vuelvo”, en clara alusión a su exilio en España.

Los retornos y la recuperación de las libertades fueron procesos largos y progresivos. Quizás por eso tuvimos que esperar hasta 1986 para que una obra hurgara en los remezones del pasado inmediato.

El drama “Made In Lanús”, de Nelly Fernández Tiscornia, llegó aquel verano a la sala del teatro Corrientes -que tenía sillas de plástico- con Luis Brandoni, Marta Bianchi, Patricio Contreras y Leonor Manso. Lo de su largo éxito es una historia conocida. Sólo resta agregar que, a la hora de hacer historia, emerge de las antiguas carteleras como una de las obras más emblemáticas dentro de una década que jamás sería olvidada.
Una década signada por hechos policiales

Claudio Levrino tenía 34 años, estaba casado con Cristina del Valle y venía de un boom televisivo: la novela “Un mundo de 20 asientos” en la que personificaba a un colectivero de la línea 60. Su compañera de dupla fue Gabriela Gilli.

En la temporada 80-81 llegó a Mar del Plata para protagonizar “No pises la raya, querida” en el Provincial junto a Gilli, Del Valle y Rodolfo Bebán.

El sábado 19 de enero, cuando se hallaba dentro de un auto con su esposa, Levrino recibió un disparo en la cabeza mientras manipulaba una pistola. Falleció 24 horas después en la Clínica Pueyrredón.

Locatti y Eva

Alberto Locatti tenía 44 años y ya no gozaba del éxito que tuvo en los años ’50 y ’60. De hecho, en aquel verano de 1980 vino a trabajar a la confitería “Kaliff”, situada en el centro. Su esposa, Eva Olguín (O`Neill, artísticamente) lo hacía en el subterráneo cabaret “Las Vegas” de Colón casi Buenos Aires.

Los celos enfermizos de Locatti -que habitualmente derivaban en agresiones físicas- llegaron a su máxima expresión al amanecer del 19 de febrero en la habitación que ambos ocupaban en el primer piso del hotel Odeón, situado en Moreno 2287. Esta vez los golpes pasaron a la tentativa de homicidio cuando Locatti arrojó a la mujer por la ventana hacia un patio interno. La condena fue de seis años de prisión.

La absurda muerte de Alberto Olmedo -ocurrida el 5 de marzo de 1988- y el “Caso Monzón” -que se registró el 14 de febrero de ese año, rozando también el mundo de la farándula- completaron la serie de episodios trágicos que signaron aquella década.-

Claudio Levrino, quien halló trágico fin en Mar del Plata.

Los galancitos, Carlín y Midachi

– Dos comedias musicales de éxito en aquella década fueron “Están tocando nuestra canción” (Víctor Laplace y Valeria Lynch, Atlas, 1981) y “El diluvio que viene” (José Angel Trelles y Graciela Pal).

– Alfredo Alcón vino tres veces pero sólo completó una temporada, la de 1980 con “Historia del Zoo”. En 1981 regresó con “Hamlet” al Salón de las Américas del Provincial pero levantó las funciones por los ruidos externos que se filtraban en la sala. Regresó al Atlas en 1988 pero el público no lo acompañó.

– En 1980 abrió el Teatro Hermitage que se convirtió en un espacio casi exclusivo para Guillermo Bredeston y Nora Cárpena. La obra inaugural fue “Una noche con usted señora” con Ana María Picchio, Dorys del Valle, Emilio Disi y Jorge Mayorano.

– El cine Regina de San Martín 2426 comenzó a funcionar como sala teatral en 1981 con la obra “Bass” protagonizada por Rodolfo Bebán, Leonor Benedetto, Norma y Mimí Pons y Luisa Albinoni.

– También abrió ese año el Teatro Versailles -Luro 2426- con Arnaldo André, Graciela Alfano y Osvaldo Terranova en “Descalzos en el Parque”.

– El éxito televisivo de “El Rafa” motivó que en 1982 Alberto de Mendoza y Carlos Calvo desembarcaran en el teatro Provincial con “Engañemos a mi mujer”. – Calvo regresó seis veces en el resto de la década con “Chúmbale”, “Extraña Pareja”, “Taxi”, “Escándalo internacional”, “Día de Fiesta” y “Mama”. Sus coprotagonistas fueron Luisina Brando (dos veces), Ricardo Darín (dos veces), María del Carmen Valenzuela y Raúl Taibo.

– El recambio generacional de los galanes se dio a principios de la década con el boom de “los galancitos”. Todo comenzó en 1981 en el teatro La Campana con “La vida fácil”, protagonizada por Ricardo Darín, Carlos Olivieri, Raúl Taibo y Gustavo Rey, junto a Silvia Pérez y Virginia Faiad.

– La veta fue definitivamente explotada en 1982 en una pequeña sala teatral montada en el Club Mar del Plata, de Rivadavia 3258, donde pusieron en escena “Los galancitos, locos, lindos y solteros” con Carlos Olivieri, Darío Grandinetti, Daniel Fanego, Antonio Caride, Gabriel Langlais, Paula Domínguez y Noemí Alan.

– En esa misma sala, Esteban Mellino representaría las obras “Loco” y “Salven a Sebastián” en las dos temporadas siguientes. Una curiosidad: en 1985 se vio allí una comedia musical llamada “Revolución mental” en la que trabajó un todavía desconocido Leo Rosenwasser.

– Gerardo Sofovich como productor, director e incluso actor transitó la década del ’80 con títulos como “Hola mami, hola señor”, “Minguito, El Contra y el Ruso, del humor hacen buen uso”, “El champán las pone mimosas”, “Espejos en el techo” y “Lomo a la pimienta”, entre otros.

– Por los espectáculos del “Ruso” pasaron Jorge Porcel, Juan Carlos Altavista, Juan Carlos Calabró, Santiago Bal, Hugo Arana, Rolo Puente, Adriana Brodsky, Luisa Albinoni, Guillermo Nimo y una revelación de esos tiempos: Miguel Angel Cherutti, con “Pirucho!”.

– Antonio Gasalla volvió en el ’81 y en el ’88 y Carlos Perciavalle lo hizo en el ’81 y el ’89. Enrique Pinti desembarcó en el ’84 al Petit Hermitage con “Lo mejor de pan y circo” y regresó en el ’86 al Neptuno con su exitosa “Salsa Criolla”.

– Guillermo Francella apareció por primera vez en una marquesina marplatense en 1985 junto a Claudio García Satur, como coletazo del éxito televisivo “Historia de un trepador”. La obra se llamó “Trepar es mi destino” y se vio en el teatro Alberdi.

– Quizás no muchos recuerden que la actriz mexicana Verónica Castro visitó nuestro circuito teatral. Fue en 1983 junto a Jorge Martínez, su pareja en la realidad y en la ficción. La comedia se llamó “Los amores de Verónica” y venía precedida de un éxito televisivo: “El rostro del amor”.

– Los ’80 terminaron con la aparición de tres novedosos humoristas que se proyectarían a la década siguiente. En 1989, en el teatro Alberdi, hacía su primera presentación en Mar del Plata el trío “Midachi”.

El drama Made In Lanús fue la revelación de la época y uno de los más grandes éxitos de la cartelera local.

Algunas obras de los años ’80

– “Viejo Mundo”: Rosa Rosen y Enrique Fava (Re-Fa-Si, 1980)

– “Una noche en la Radio”: Niní Marshall. Magoya. Luego, a las 23, “El show de Enrique Pinti” (1981)

– “Bent”: Gerardo Romano. Teatro Alberdi, 1982.

– “El año que viene a la misma hora”: Thelma Biral y Rodolfo Bebán. Atlas, 1982.

– “Emily”: China Zorrilla. Auditorium, 1982.

– “La Zorra”: Leonor Benedetto y Alberto Closas. Corrientes, 1982

– “Yrigoyen”: Osvaldo Terranova. Provincial, 1983

– “A cada I Médici le llega su Moria”. Re-Fa-Si, 1983.

– “Matrimonios y algo más”. Tronador, 1983.

– “Nosotros y los miedos”: Cristina Murta y Aldo Barbero. Alberdi, 1984

– “La Piaf “: Virginia Lago y Marcelo Alfaro. Alberdi, 1984

– “Doña Flor y sus dos maridos”: Adrián Ghio, Ana María Cores y Villanueva Cosse. Opera, 1984.

– “Papi”: Luis Brandoni, Marta Bianchi, Julio de Grazia y Darío Grandinetti. Dirección: David Stivel. Atlas, 1984.

– “Mesa de noticias”, de Juan Carlos Mesa. Colón, 1984.

– “Coqueluche”: Thelma Biral y Ana María Campoy. Atlas, 1985.

– “Muerte accidental de un anarquista”: Patricio Contreras. Diagonal, 1985.

– “Prisioneros en la ciudad”: Claudio García Satur y Pinky. Alberdi, 1986.

– “El loco de Asís”. Comedia musical de Manuel González Gil. Petit Hermitage, 1986.

– “Tributo”: Rodolfo Bebán, Alberto Argibay, Daniel Fanego. Provincial, 1986.

– “Querido señor New York”: Rodolfo Ranni, Doris del Valle, Emilio Disi, Guillermo Francella. Regina, 1986.

– “Un día muy particular”: José Sacristán y Charo López. Atlas, 1987.

– “Badía, Lambetain y cía”. Comedia musical. Colón, 1987.

– “Con Tolengo y Calabroma desde el niño hasta la nona”. Lido, 1987.

– “La señorita de Tacna”: Norma Aleandro y Emilio Alfaro. Alberdi, 1988.

– “El último de los amantes ardientes”: Oscar Martínez, Cristina Lastra, Mercedes Morán y Gabriela Acher. Colón, 1988.

– “Yepeto”: Ulises Dumont y Darío Grandinetti. Colón, 1989.

– “La Banda Elástica”. Teatro de las Estrellas (Colón al 800). 1989

– “Vení, hagamos el humor”. José Luis Giogia. Mi País (Corrientes 1668). 1989.