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El Mundo 5 de junio de 2016

La batalla contra la pesca ilegal se libra en los puertos

Entró en vigor el primer tratado mundial contra la pesca ilegal. El Acuerdo de la FAO sobre medidas del Estado rector del puerto es ya jurídicamente vinculante.

por Belén Delgado

ROMA.- Un nuevo tratado entró en vigor hoy para luchar contra la pesca ilegal, los países firmantes podrán denegar el atraque en sus puertos e inspeccionar los barcos sospechosos de incurrir en esta práctica.

El acuerdo está dirigido a frenar a aquellos pescadores que actúen en contra de la ley, no declaren las capturas, operen con barcos sin la bandera de ningún país, pesquen en zonas sin autorización o escapen de la supervisión de las autoridades.

El objetivo es frenar un negocio mundial que cada año puede llegar a mover hasta 26 millones de toneladas y 23.000 millones de dólares (unos 20.600 millones de euros).

El llamado Acuerdo sobre medidas del Estado rector del puerto, adoptado por la FAO en 2009 y que requería la adhesión de 25 Estados para entrar en vigor, ya es realidad después de que se hayan comprometido 29 países y la Unión Europea.

Todos ellos representan un 62% de las importaciones mundiales de pescado y un 49% de las exportaciones.
Lori Curtis, especialista de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) explica que “la efectividad del acuerdo aumentará sustancialmente cuantos más países formen parte”.

“Muchos países ya han puesto en marcha las medidas, no es nada nuevo que puedan hacerlo. Lo que cambia es que se vuelve una obligación para ellos”, afirma Curtis.

Los países firmantes deben designar puertos específicos para los buques extranjeros, que tienen que solicitar permiso con antelación para entrar en ellos, facilitar información a las autoridades y permitir la inspección a bordo.

“El acuerdo no dice que haya que inspeccionar todos los barcos. Los países deberán definir ellos mismos un nivel de controles suficiente para combatir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada de forma efectiva”, destaca Curtis.

Si a un puerto llegan varios barcos de golpe y no pueden inspeccionar todos, las autoridades realizarán una evaluación a partir de la información recibida y, si una embarcación es sospechosa de participar en la pesca ilegal, le pueden negar su entrada u obligarla a ser revisada.

Existe el riesgo de que países como Mozambique o Sudáfrica sean partes del tratado y sus vecinos, al no serlo, pasen a hacer de muelle alternativo para la pesca ilegal.

“Por eso es importante que todos los países con puertos se sumen a ese acuerdo y este se pueda universalizar. Tenemos que asegurarnos de que se implementa”, sostiene Jessica Battle, experta de la ONG conservacionista WWF.

Así sucede en un país firmante como Tailandia, con serios problemas de pesca ilegal y abusos laborales, sobre todo de inmigrantes sin papeles, en sus propios barcos.

El representante tailandés ante la FAO, Sompong Nimchuar, señala que desde mayo del año pasado tienen 28 centros de control para inspeccionar los buques tailandeses, que deben reportar cada vez que entran y salen si pesan más de 30 toneladas brutas, al tiempo que han designado 27 puertos para los extranjeros.

En ese sentido, Tailandia “está desarrollando sistemas electrónicos de trazabilidad para productos pesqueros y animales acuáticos, y para la monitorización de las medidas del Estado rector del puerto con el fin de evitar la entrada de capturas ilegales en la cadena de valor del pescado”.

Importante será que los países compartan información sobre cualquier barco involucrado en prácticas ilegales a través, por ejemplo, de un registro mundial que está en elaboración.

También está previsto que los países en desarrollo que no tengan capacidad para aplicar el acuerdo reciban asistencia técnica.

EFE.



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