La “banda de gitanos” acusada de haber cometido múltiples estafas irá a juicio
Para la Fiscalía de Delitos Económicos, son los responsables de haber realizado ocho "cuentos del tío" por una suma de 1.160.000 pesos y 62.200 dólares. Además, un hombre permanece prófugo y otro aún no pudo ser identificado.
Los tres jóvenes de la comunidad gitana acusados de formar parte de una banda que se dedicó a estafar a adultos mayores bajo la modalidad de “cuentos del tío” irán a juicio.
La Justicia de Garantías aprobó el pedido de los fiscales Javier Pizzo y David Bruno de llevar a debate oral a Bruno Ariel Castillo (20) y a Laura Brigitte Platon Ivanoff (22) por los delitos de asociación ilícita, estafa y cohecho activo. Mientras que Andrés Fernando Castillo Yancovich (21) solo por por asociación ilícita y cohecho activo.
En total, esta banda está señalada de haber cometido ocho estafas entre marzo y mayo de este año, que arrojan un total de 1.160.000 pesos y 62.200 dólares.
Además, los investigadores individualizaron a otros dos hombres que pertenecerían a la banda, pero que no pudieron ser detenidos: Gabriel Adolfo Castillo -actualmente prófugo- y “Belco” que no ha podido ser identificado fehacientemente hasta la fecha.
El modus operandi
La banda de estafadores operaba desde un departamento en un edificio en Colón al 2200: desde allí realizaban los llamados para cometer estafas y secuestros virtuales.
Los investigadores pudieron determinar que al rol de “llamante” lo ocupaban de manera indistinta Bruno Castillo y Andrés Fernando Castillo Yancovich, en días hábiles, entre las 10 y 16. Luego de elegir de manera coordinada con sus cómplices un determinado sector geográfico de la ciudad (puede ser una calle, un edificio o un barrio), llamaban a distintos hogares desde líneas móviles prepagas, hasta lograr entablar un dialogo con algún titular de telefonía fija, en todos los casos adultos mayores. En esa charla, los estafadores simulaban ser parientes o bien empleados bancarios y alertaban a la víctima de alguna medida económica catastrófica (corralito, mega devaluación y hasta cambios de billetes) y que cuya única alternativa era entregarle el dinero para que pudiera resguardarlo algún “amigo”.
En todos los casos, las víctimas confiaron en el estafador y entregó el dinero a quien aparecía en la casa en representación del supuesto familiar o entidad bancaria.
Los fiscales también demostraron que las funciones de colectores y choferes las realizaron de manera indistinta cualquier de los hombres que no haya intervenido en ese caso como llamante.
También quedó confirmado que la banda utilizaba como herramienta fundamental telefonía móvil prepaga, mediante la cual se efectúan las llamadas salientes a las víctimas. De esos teléfonos, tres tenían domicilio registrado en Bahía Blanca, a nombre de un jubilado bancario de 75 años que nada tenía que ver con la organización criminal.
Detención y allanamiento
Tras una intensa investigación, personal de la Dirección Departamental de Investigaciones y de la Fiscalía N° 10 pudieron determinar que los sospechosos de integrar la banda cargaban sus líneas prepagas en un negocio de Colón al 2200 y, con esa información, pudieron identificar a las personas y al edificio desde donde operaban.
En un operativo realizado a fines de mayo, la DDI allanó de manera simultánea un departamento del octavo piso de Colón a 2200 y una casa de Gascón al 4400, donde secuestró 16 celulares, 264.000 pesos, 7.000 dólares, 2 notebook, 1 Play Station y guías telefónicas.
En esos operativos quedaron detenidos los imputados y en un intento desesperado por “salvarse” ofrecieron dinero a la policía para que pudieran escapar.
Antecedentes del “Clan Castillo”
El apellido Castillo no es nuevo para los investigadores. En el pasado miembros de este clan han estado involucrados en involucrados en robos a mano armada en casas, secuestros virtuales y estafas.
Bruno Ariel Castillo y Andrés Fernando Castillo Yancovich tienen antecedentes penales por estafas. Uno de ellos fue liberado del penal de Marcos Paz en plena cuarentena, mientras que el otro obtuvo la libertad 8 meses atrás. Además, ambos jóvenes también cuentan con antecedentes de cuando eran menores de edad.
Otro miembro de la familia, David Castillo, fue detenido por asaltar el 22 de abril a una mujer de 96 años, a quien engañó al decirle que era su sobrino y así obtuvo 12.000 dólares, 70.000 pesos y alhajas. Por ese hecho, David Castillo está imputado por “robo calamitoso”.
El fiscal Pizzo pudo cotejar que desde los teléfonos en los que se hicieron los “cuento del tío” en el pasado se habían hecho llamados para intentar concretar “estafas virtuales”, es decir extorsiones. Al parecer, como en cuarentena los secuestros virtuales no son “exitosos”, el clan Castillo modificó forma de cometer delito hacia las estafas.
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