La banda de “Cato”, una organización narco familiar que operaba desde Mar del Plata, fue desarticulada en las últimas horas en una serie de allanamientos en los que se incautó casi 60 kilos de marihuana, un poco más de medio kilo de cocaína, casi medio millón de pesos, vehículos y armas de fuego. Además fueron detenidas siete personas -seis varones y una mujer- la mayoría integrantes del mismo grupo familiar y algunos de ellos con antecedentes en la actividad de venta de drogas.

Hace dos años la policía obtuvo un dato. Era acerca de un grupo familiar que vendía droga a gran escala en Mar del Plata y ciudades aledañas y traía sus propios cargamentos desde Paraguay. La causa avanzó a tranco pausado pero seguro y se necesitaba algo trascendente para que la policía pudiera actuar. Apresurarse a allanar y poner en riesgo un trabajo de tanto tiempo no era lo aconsejable, por más que la ansiedad hiciera lo suyo en los investigadores. Finalmente en los últimos días una escucha telefónica reveló que esa maniobra importante en la zona de Punta Mogotes se iba a producir.

Un cargamento de marihuana habría de llegar a Mar del Plata oculto en una camioneta BMW doble tracción y la banda de “Cato” iba a poder disponer de él una vez desguazaran el vehículo.

Era el momento exacto para pasar al nivel siguiente de la investigación encabezada por el fiscal federal, Nicolás Czizik, y el juez Santiago Inchausti. Los policías de la División Antidrogas de la Policía Federal diseñaron el operativo y aguardaron a que la camioneta BMW ingresara en un domicilio de Punta Mogotes, cerca de la avenida Fortunato de la Plaza.

Entonces irrumpieron.

Los miembros de la Policía Federal sorprendieron al proveedor principal que había trasladado la droga en el tramo final desde Buenos Aires y al núcleo de la familia de “Cato” que ya habían comenzado la extracción de la droga que había sido cuidadosamente escondida en la carrocería de la camioneta.

Al mismo tiempo, otros 11 domicilios de la zona sur fueron allanados y demás miembros del grupo familiar detenidos, además de producirse el secuestro de 28 automóviles, algo más de un kilogramo de cocaína, tres armas de fuego y otros elementos propios de una banda narcotraficantes.

Cómo operaba

“Cato” era el líder de la banda y varios de los integrantes de su familia cumplían distintos roles operativos con el fin de distribuir la droga en Mar del Plata, Necochea, Tandil y Bahía Blanca, entre otras localidades.

“Tenían bien aceitado el negocio al punto que apenas recibían la droga ya la colocaban en el mercado”, dijo una fuente consultada por LA CAPITAL.

La banda de “Cato” no se dedicaba al narcomenudeo. Prefería hacer diferencia con la provisión a punteros de esas ciudades y establecer cierta posición dominante en la zona Sur de Mar del Plata. Para ello utilizaban un corralón como pantalla, de hecho una de los vehículos secuestrados es una máquina topadora.

La policía y la Justicia profundizaron durante meses la investigación, basada de forma principal en las escuchas telefónicas, con toda la dificultad que eso conlleva. Es que los vendedores de drogas saben que existe la posibilidad de estar siendo escuchados y por eso cambian de teléfonos y líneas constantemente.

En el caso de “Cato” -su identidad fue mantenida en reserva ya que existe parcial secreto de sumario- existían otros cambios permanentes: no dormía varios días en el mismo sitio. Tenía más de 10 propiedades y rotaba entre ellas. También se lo veía en distintos vehículos, muchos de los cuales ahora se investiga si fueron intercambiados por estupefacientes.

Lo cierto es que semanas atrás se estableció en una intervención telefónica que estaba por recibirse un cargamento de estupefacientes. La fecha se fue acercando y al final se confirmó que sería en el transcurso de esta semana. Eso permitió a los investigadores de la División Antidrogas de la Policía Federal, que monitoreaban en forma directa las intervenciones telefónicas ordenadas desde hacía tiempo, diseñar un operativo pero no fue sencillo.

Conscientes de que podían estar siendo escuchados, los compradores de Mar del Plata dieron dos direcciones falsas para la entrega de la camioneta BMW. La policía anticipó esa jugada y se focalizó en el principal investigado, que finalmente recibió el alijo en una casa de Punta Mogotes.

A pedido de la Fiscalía, el juez federal a cargo del Juzgado N° 3 Santiago Inchausti, libró la orden judicial para ingresar a dicho lugar, y los narcotraficantes fueron sorprendidos cuando extraían la sustancia ilícita del interior de una camioneta. Había 20 kilogramos ya recuperados y otros 39,800 aún dentro del vehículo. En esa vivienda fue detenido “Cato” y también secuestrada la cocaína.

Poco después se realizaron once allanamientos en diversos domicilios vinculados con la organización.

Por lo pronto, fueron indagadas siete personas por integrar una organización dedicada al tráfico de estupefacientes y por lavado de dinero, en virtud de la cantidad de vehículos y dinero en efectivo que poseían sin actividad lícita que pudiera justificarlo. Incluso, se logró determinar que la banda tenía conexiones con otras personas vinculadas al narcotráfico y lavado de dinero en la jurisdicción, entre ellos procesados en la conocida investigación denominada “Lavado Total” de septiembre de 2016.