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Deportes 12 de febrero de 2017

Kimberley ganó una batalla

Dos a uno a Argentinos de 25 de Mayo. El árbitro González, después de mostrarle la roja a Mañas y a Lopardo, fue corrido a golpes y empujones por los futbolistas visitantes desde el círculo central hasta un alambrado. Expulsó a cinco más y se terminó el partido a los 33' del complemento.

por Sebastián Arana

Reacciones propias de un “partidito de solteros contra casados” le allanaron a Kimberley el camino hacia la segunda ronda de la Copa Argentina de fútbol.

El equipo marplatense ganaba 2-1 y jugaba mejor. Pero el partido no estaba cerrado, ni mucho menos. La tarde extrañamente insegura de Marcos Zappacosta no le daba garantía alguna a los de Mariano Mignini. Y las chances de Argentinos de conseguir algún gol revivían en cada pelota parada.

Pero a los 28′ del complemento Franco Mañas le cometió una muy fuerte infracción a Manuel Montiel, quien luego debió salir en camilla. Esa falta encendió la chispa del escándalo.

Los jugadores visitantes se le fueron encima al volante kimberleño, Erramuspe acudió en defensa de su compañero y se armó la pelea. El árbitro González, de flojísimo desempeño, salvó el incidente con una roja para Mañas y para Lopardo, quien intentó copar la parada desde el vamos.

Hubo muchos más involucrados en la pelea. Como Lopardo, además, había recibido un golpe de Erramuspe, se volvió loco. Y él y sus compañeros se le fueron encima al árbitro. Lo corrieron a golpes y empujones desde el círculo central hasta el alambrado lateral. Como si, en lugar de la Copa Argentina, estuvieran jugando en un baldío.

González, que no tuvo muchas buenas durante el partido, al final acertó. Pidió protección policial, se fue de la cancha y en el vestuario informó que el partido quedaba suspendido por la expulsión de otros cinco jugadores de Argentinos: el arquero Amarilla, Nicora, Centeno, el interminable Diego Rivarola y el gigante Liendo. Si hubiera mostrado las tarjetas en la cancha, pudo haber sido peor para él.
Así se consumó la clasificación kimberleña. Merecida, más allá de los sobresaltos provocados por Zappacosta. Por sus intenciones de protagonismo, por algunos ratos de buen juego, por el dominio de la media hora inicial.

Zappacosta mostró sus dudas en el primer avance de Argentinos. Pero después fue todo de Kimberley, que montó un circuito interesante sobre la izquierda de su ataque con las criteriosas proyecciones de Cebada para asociarse con Mañas y Barreiro.

Cada vez que Kimberley eligió ir por ese costado llegó a fondo. A los 5′ ganó un córner. Lo ejecutó Barreiro y Rondanina lo conectó de cabeza con un anticipo. Amarilla desvió de manera brillante. Pero un minuto después nada pudo hacer. El “9” recibió muy libre entre los centrales y lo fusiló con un zurdazo alto.

A Argentinos le costó asimilar el golpe. Durante varios minutos sólo atinó a tirarla arriba para que Liendo la aguante de espaldas o habilite de cabeza a algún compañero. Recién pasados los veinte minutos ganó en algo de peligrosidad cuando Montiel retrocedió unos metros para entrar en contacto con la pelota.

Pero los visitantes sufrían horrores en el costado derecho de su defensa. Amarilla se tuvo que exigir saliendo lejos de su arco para frustrar una excelente combinación entre Barreiro y Mañas. Enseguida, tras una falta generada cerca del área y por ese sector, Barreiro, cuando todos aguardaban el centro, sacó el balón a la media luna y Rondanina elevó su remate final.

Era todo local. Pero, en una acción aislada, Argentinos se encontró con un tiro libre. Rivarola buscó el arco y el balón explotó en el travesaño. Liendo, con un cabezazo, capitalizó el rebote y marcó el empate. Poco tenía que ver con lo ocurrido en la cancha.

La cuestión fue que ese gol cambió muchas cosas. Esos cambios se vieron patentes a partir del arranque del complemento. Kimberley dejó de sentirse seguro. Argentinos creyó que podía. Aún con el argumento primario de meter un centro al área. Ya a los 2′ Montiel metió uno frontal, Zappacosta salió en falso y Liendo lo anticipó de cabeza. El balón rebotó en el palo y salvó Lucero. El arquero, enseguida, dio un par de rebotes peligrosos más.

Kimberley, en ese estado de inseguridad, prefirió el repliegue. Recién abandonó esa postura pasados los diez minutos e inquietó con sendos remates de media distancia de García y Cebada.

Pero el más peligroso era Argentinos. A los 22′ Rivarola envió otro tiro libre el área, Liendo lo bajó de cabeza y Zappacosta dio un rebote corto. Sequeiro cabeceó al arco desguarnecido. La pelota, increíblemente, se fue alta.

Hasta que Kimberley, por fin, ganó de arriba y en el área rival. A los 26′ Mañas ejecutó un tiro libre y Erramuspe, en el punto penal, anticipó a Lopardo y cabeceó. El balón se metió abajo y bien pegado a un palo.

Fue el principio del fin del sufrimiento para Kimberley. Con espacios, el equipo de Mignini tuvo un par de llegadas muy claras en los minutos posteriores al gol. Hasta que la falta de Mañas sobre Montiel provocó la locura. Y las desmesuradas reacciones visitantes le sirvieron la clasificación en bandeja.