Con fuertes críticas al Presidente, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, abrió esta tarde las sesiones ordinarias en la Legislatura y aseguró: “Milei debe dejar de extorsionar a gobernadores para que aprueben leyes”. 

Tras la convocatoria que realizó el presidente el viernes pasado a todos los gobernadores para firmar el Pacto de Mayo con el objetivo de avanzar en un nuevo “contrato social”, Kicillof descartó participar del mismo. 

“Argentina adoptó un régimen representativo. Es federal, así que Milei debe respetar a las provincias y a sus pueblos. Eso implica dejar de extorsionar a los gobernadores para que aprueben leyes que lastiman los intereses de sus provincias”, cuestionó Kicillof.

Y, en relación al Pacto de Mayo, profundizó: “Se nos lanza una invitación que se parece más a una amenaza o una imposición que a un diálogo. Milei ofrece lo que dice rechazar como método de la política: aprueben las leyes y recibirán los recursos que ilegalmente se cortaron. Cuenten con nosotros para reuniones de trabajo, para solucionar problemas y para debatir. Pero si se trata de encuentros para fotos y marketing, arranquen nomás si no llegamos”.

A lo largo de su alocución, Kicillof apuntó contra las políticas de ajuste que ha implementado el Gobierno Nacional en los últimos meses. “Desde que asumió Milei y comenzó a ejecutar su plan, el deterioro del país ha sido catastrófico”, resaltó.

El gobernador sostuvo que “el extravagante experimento al que está sometida la Argentina obliga a acciones extraordinarias” y a una “defensa irrestricta” de los derechos de la provincia.

Kicillof consideró que el pueblo bonaerense “reclama más escuelas públicas, más cloacas, más asfaltos, más luminarias y más patrulleros”. Sin embargo, “esa voluntad mayoritaria de transformación y de progreso encuentra hoy un obstáculo principal: las políticas que lleva adelante el Gobierno Nacional”.

“El ajuste genera un solo resultado: dolor, frustración y desigualdad. Nunca es inevitable. Austeridad para gobernar, sí; sacrificios inconducentes para el pueblo, no”, remarcó el mandatario bonaerense.

“La legitimidad de origen que otorga haber ganado las elecciones requiere también la legitimidad en el ejercicio. Milei dice que fue votado para hacer el ajuste y que no era para la clase media, los trabajadores y los más vulnerable, pero trajo más sufrimiento para las mayorías y más negocios para un puñado de privilegiados”, criticó el ex ministro de Economía.

Según Kicillof, “el pueblo y la historia juzgarán como imperdonable la indiferencia y hasta el goce sádico por el sufrimiento ajeno” que hoy muestra la conducción nacional.

Al trazar un balance sobre los casi 3 meses de Milei en funciones, el gobernador sostuvo que el presidente “no quiere achicar el Estado”, sino “desintegrarlo”.

“Creer que todo funcionaría mejor si no hubiera Estado es una muestra ridícula de terraplanismo ideológico, conceptual y cultural. Se trata de una ideología extrema y extranjera que no funcionó en ningún tiempo ni lugar”, continuó.

El gobernador afirmó que las políticas “de abandono y desprotección” en la provincia y en todo el país “están provocando un deterioro y un daño que son enormes, multiplicando la angustia, la desesperación y la incertidumbre de una sociedad que aspiraba a una etapa de reparación”.

Y manifestó que la desregulación y devaluación llevaron “a las nubes a los alquileres, los remedios, el combustible, los alimentos, las prepagas y las cuotas de los colegios: todo”. En contrapartida, no se aplicó “ninguna medida de compensación” para la ciudadanía.

El gobernador denunció en otro pasaje de su alocución que “los salarios registrados tuvieron la peor caída en términos reales en más de 20 años”.

“La próxima desgracia que llega inexorablemente es la recesión: despidos en la construcción, el comercio y la industria; cierre de empresas y de negocios. Una historia conocida y dolorosa, resultado inevitable de este tipo de programas”, anticipó.

Reclamos

En el cierre de su discurso, el gobernador formuló una serie de pedidos al Gobierno Nacional sobre cuestiones que hoy impactan en el funcionamiento de la provincia de Buenos Aires y al país en general.

En concreto, solicitó “la reactivación de las obras públicas frenadas caprichosamente”; “el respeto al federalismo y la inmediata reposición de los fondos vengativamente birlados a las provincias; la devolución de los fondos del FONID (Fondo Nacional de Incentivo Docente), además de aquellos ligados a las universidades y el transporte.

Asimismo, demandó la distribución de los recursos destinados a los comedores y los medicamentos que se interrumpieron “de manera tan insensible como incomprensible”; la derogación del DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) “ilegal y anticonstitucional, que es el marco para el saqueo de recursos provinciales que se viene realizando”; y el rechazo al “delirante proyecto de dolarización, que debilitaría la soberanía monetaria, multiplicaría la desigualdad y que favorece únicamente al narcotráfico”.

Por último, los últimos dos ejes apuntaron al dragado del Canal Magdalena y a la “defensa irrestricta” de la patria, con el “firme reclamo” por la soberanía en Malvinas.