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Policiales 10 de octubre de 2017

Juzgan al hombre que quemó a su expareja con una bomba molotov

Nicolás Olivera Escalante (33) está acusado de "homicidio agravado en grado de tentativa". El debate será en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº4. El sujeto ya había sido condenado por haber violado a dos mujeres.

El Tribunal Oral en lo Criminal Nº4 comenzará a juzgar desde este martes a un hombre acusado de haber prendido fuego a su expareja con una bomba molotov en mayo del año pasado mientras estaba en su casa de barrio Autódromo. Unos meses antes, había salido de la cárcel luego de cumplir una condena de 14 años por dos violaciones.

Nicolás Olivera Escalante (33) llega a juicio imputado por la fiscal Andres Gómez por “tentativa de homicidio agravado por el propósito de causar sufrimiento a una persona”, un delito que prevé una pena de hasta 20 años.

El hecho que se ventilará ocurrió el 7 de mayo de 2016, cuando cerca de las 5 de la madrugada, Escalante fue hasta la casa de su expareja, Jésica Castillo (29),  en el barrio Autódromo y, luego de gritarle a la mujer “te voy a matar” arrojó una bomba tipo molotov al interior de la vivienda. Jésica estaba durmiendo y se despertó en medio de una situación de caos y terror: el fuego provocado por la bomba le generó quemaduras de segundo grado en las piernas, cara y pestañas.

Para la fiscal Andrea Gómez, no hay dudas de que el ataque de Castillo fue con el objetivo de matar a Jésica, una conclusión que se apoya por las pericias médicas sobre la víctima y testimonios de testigos.

En su momento, Olivera había declarado ante la fiscal que el nunca pensó que la víctima estaba dentro de la vivienda. “Sólo quería prenderle fuego la casa”, dijo el hombre.

Una relación tormentosa

A Jésica Castillo una amiga le presentó al hombre que luego intentaría matarla con una molotov, mientras este cumplía una condena de 14 años en la Unidad Penal XV de Batán por haber violado a dos mujeres.

En febrero de 2016 Olivera salió de la cárcel y el noviazgo con Jésica continúo fuera del penal. Según reconoció la víctima, la relación se volvió “tormentosa” por las constantes agresiones verbales. Intentó alejarse poco a poco, pero  esa decisión sacó toda la agresividad que Escalante tenía encima. “Desde el momento que intenté ir alejándome de a poco se puso muy agresivo. Me amenazaba por teléfono y me dijo que me iba a quemar, que me iba a matar”, explicó la mujer.

Cuando Escalante atacó a Jésica, ella se encontraba durmiendo con su hijo Yamil (3), una amiga y su hija de 5 años. De repente, sintió el ruido en el techo, se levantó y al llegar a la cocina se encontró con que aquel hombre que había conocido cuando él cumplía una pena en Batán estaba afuera. “Hija de puta, te dije que te iba a quemar”, le dijo. La bomba molotov rompió el vidrió de la ventana y la nafta se incendió sobre su cuerpo. Luego, el agresor escapó.

Jésica, con casi la mitad de su cuerpo prendida fuego, se quedó asustada dentro de la casa por miedo a que el hombre la estuviera esperando afuera para matarla. Pero, por el dolor, a los pocos minutos tuvo que salir. “Lo ayudaron los vecinos de la casa de al lado. La pileta estaba armada y le tiraron un poco de agua porque se estaba prendiendo fuego”, le contó hace un año a LA CAPITAL, Luciana, hermana de la víctima.

Poco después, efectivos de la comisaría undécima llegaron hasta el lugar y una ambulancia arribó para trasladar a la víctima hasta el Hospital Interzonal de Agudos. Jésica ingresó con quemaduras de tercer grado en las piernas, las manos, el torso y la cara. Unas horas después, recibió el alta, pero a los pocos días tuvo que quedar internada por complicaciones en las heridas.