Juicio por el caso Brandon Romero: tras una jornada de idas y vueltas, se conformó el jurado
Durante este lunes se suscitaron distintas complicaciones que hicieron que, hasta pasadas las 19, no quedara compuesto el cuerpo de seis hombres y seis mujeres que decidirán si el policía Pedro Bogado se defendió o si asesinó al joven en un hecho de "gatillo fácil". Las audiencias se retomarán este martes con la declaración de los testigos.
Luego de una jornada de idas y vueltas, pasadas las 19 de este lunes quedó conformado el jurado popular en el marco del juicio que le realizará al policía Pedro Arcángel Bogado por el homicidio de Brandon Romero (18).
La audiencia había comenzado por la mañana temprano pero, con el transcurso de más de diez horas, se suscitaron distintas complicaciones que hicieron que, hasta pasadas las 19, no quedara compuesto el cuerpo de seis hombres y seis mujeres que decidirán si el uniformado se defendió de un robo o si asesinó al joven, en un hecho de “gatillo fácil”, en julio de 2020.
De esta forma, el debate oral se iniciará este martes a las 9 con la presentación de distintos testigos, entre los que se hallan los padres de la víctima y los colegas de Bogado que intervinieron en el comienzo de la investigación.
El debate será en la sala del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, con el juez Juan Manuel Sueyro y, por pedido de Bogado, será por jurado. Es decir, que los responsables de definir si se trató de un caso de legítima defensa o de “gatillo fácil” serán doce vecinos de Mar del Plata.
Bogado estará representado por el abogado Martín Bernat, mientras que la familia de Romero, por el letrado César Sivo.
“La expectativa en el juicio es alta porque el caso es muy claro: es una ejecución por parte de un policía, que aprovechando la circunstancia de portar un arma decide matar a dos personas, por una circunstancia previa que no tenía nada que ver con quienes fueron agredidos y resultó uno muerto y otro herido. Ante esta lógica, creemos que cualquier ciudadano está en condiciones de dictar un veredicto de culpabilidad como correspondería”, expresó Sivo y agregó: “La policía no está autorizada a ejecutar, a emboscar y matar a traición”.
En una nota a LA CAPITAL, Bogado expresó: “Yo no quise matar a nadie, defendí mi vida y no me puedo arrepentir de haberme salvado”.
Cabe recordar que desde un principio, el fiscal que investigó el caso, Alejandro Pellegrinelli, consideró que el imputado había sido víctima de un asalto y su accionar estaba encuadrado en la figura de la “legítima defensa”. La postura del investigador fue avalada, durante la instrucción, por la Fiscalía General a través de las firmas de sus pares Fernando Berlingeri y David Bruna.
Sin embargo, la Justicia de Garantías que analizó el pedido de sobreseimiento de Bogado que realizó Pellegrinelli rechazó su presentación. El magistrado Saúl Errandonea consideró que existían indicios suficientes para que el caso fuese ventilado en un debate oral, tal como lo sostenía también el abogado César Sivo, representante legal de la familia Romero.
A ese fallo se había opuesto el abogado particular del imputado, Martín Bernat, quien había solicitado ante la Cámara de Apelaciones la declaración de nulidad de la decisión de Errandonea, ya que consideraba que causaba una vulneración de los derechos constitucionales de su defendido.
Finalmente, los camaristas Esteban Viñas y Marcelo Riquert decidieron elevar el caso a juicio oral pero con la siguiente modificación de la carátula del expediente: para el juez Errandonea, se había tratado de un “homicidio agravado por haberse cometido abusando de su función o cargo por ser miembro integrante de las fuerzas policiales y por el empleo de arma de fuego”, delito que contempla la pena de prisión perpetua, mientras que Viñas y Riquert consideraron que el hecho a juzgar fue un homicidio agravado por el empleo de arma de fuego”.
Es decir, los camaristas descartaron el agravante de la condición de policía del imputado, que al momento del suceso se encontraba de franco.
La muerte de Romero se produjo el 5 de julio de 2020 en la ruta 226, donde Bogado circulaba en su motocicleta a eso de las 6 de la mañana. El policía se dirigía hacia Mar del Plata cuando a pocos metros de la rotonda del Hipódromo tres hombres que circulaban en otro ciclomotor lo sorprendieron, según su versión de los hechos, con fines de robo. La presencia de los sospechosos en las inmediaciones de ese sitio quedó acreditada a través de videos tomados por las cámaras de seguridad del municipio.
De acuerdo a la declaración del policía, logró esquivarlos tras realizar una maniobra de distracción. Sin embargo, en cuestión de segundos vio que el vehículo de los delincuentes volvía a alcanzarlo y decidió detener la marcha del suyo y arrojar las llaves al piso. Entonces, siempre de acuerdo a su versión, observó que uno de los ladrones se había bajado y ahora eran dos los asaltantes.
Bogado mencionó que fue allí que uno de ellos descendió del rodado y le gritó al otro, que estaba armado: “¡Matalo!”. “Vi que el que seguía en la moto tenía un arma y salió un fogonazo. Entonces, saqué la pistola y cuando el que se había bajado se me vino encima disparé”, explicó ante el fiscal Pellegrinelli.
Lo cierto es que Romero sufrió varios balazos y murió, mientras que otro joven que luego sería identificado como Kevin Farías -quien tiene múltiples antecedentes delictivos y ya fue condenado por ese robo- también resultó herido, pero pudo escaparse del lugar. La detención de Farías (ocurrida sólo días después del hecho), la herida de bala curada en forma casera descubierta entonces en una de sus axilas, y sus múltiples antecedentes penales, hicieron que el fiscal Pellegrinelli creyera en la consistencia de la versión de Bogado.