Dejó el fútbol para salvar una vida
La historia conmovedora de un jugador argentino que recorre el mundo.
El jugador Alejandro “Lulo” Benítez, de Central Larroque, Entre Ríos, dejó la profesión que disfrutó durante muchos años para realizar un verdadero acto de amor: donar parte de su hígado a su sobrino Milo, de apenas nueve meses, hijo de su hermana Nataliai.
Milo padecía una arteria biliar desde su mismo nacimiento, una malformación que generó una obstrucción en los conductos que transportan la bilis desde el hígado hasta la vesícula y había generado complicaciones que pusieron en riesgo su vida, según informó el diario Uno de Santa Fe.
Pese a que se le realizó una intervención aplicando la técnica de Kasai, buscando solucionar su problema, la necesidad del trasplante era vital.
Por eso “Lulo”, quien se destacó por muchos años como delantero goleador en la primera de Central Larroque, equipo que ganó varias ligas a nivel local, decidió dejar la actividad para ser el donante.
“Todavía estoy un poco dolorido, los primeros días estuve entubado y con sueros, pero cuando me los fueron sacando y empecé a alimentarme por boca la cosa fue cambiando. Igualmente como que la ficha me cayó después de la operación, tuve un ataque de nervios, quería ver a Milo, pero todavía lo estaban operando. Recién cuando lo pude ver conseguí tranquilizarme, no se bien lo que me pasó, pero la sensación que sentí cuando pude ver a Milo después de su operación fue algo increíble”, manifestó el goleador.
Alejandro Benítez fue recibido como un héroe en Larroque. “Ahora será tiempo de alentar desde el otro lado del alambre, con el mate. La mejor sensación será cuando pueda ir a la cancha con Milo””, manifestó “Lulo”.