Por Rocío Ibarlucía y Paola Galano

No fue la experiencia como periodista tribunalicio lo que terminó forjando su perfil de novelista de thrillers psicológicos. Sino el deseo. “El deseo y la pasión por escribir y la capacidad de sentarte solito en un cuarto para escribir y no contarle a nadie sobre lo que estás haciendo”, explica un amable John Katzenbach, quien estuvo en Argentina para presentar su último libro “El club de los psicópatas” (Ediciones B).

De aquellos años en que frecuentaba el mundo judicial estadounidense aprendió a ver en primer plano “las terribles cosas que se pueden hacer las personas entre sí”. Pero las tramas, personajes y entornos emergieron de su propia imaginación, aclara.

Aunque también se inspiró en los modelos literarios de Dickens, Dostoievski y Hemingway. “En el mundo contemporáneo es una exigencia que nos guste Hemingway, además yo soy norteamericano, lo que siempre admiré de él es el modo en que finalizaba sus libros, con notas muy emocionales y yo intento hacer lo mismo, pero ni se les ocurra compararme”, pide.

No duda en mostrarse cómodo en Argentina y lo dice. “Los lectores de Argentina y de Latinoamérica son lo más sofisticado del mundo, les encantan las historias con profundidad, contenido y psicología, qué mejor que este tipo de lectores ¿no?”, elogia a sus fanáticos y fanáticas.

“Los lectores de Argentina y de Latinoamérica son lo más sofisticado del mundo”

Con un inglés pausado y la sonrisa permanente, el escritor que supo construir historias intrigantes y capturar la atención de comunidades de lectores en todo el mundo, fue uno de los protagonistas de la Feria Internacional del Libro que se desarrolla en Buenos Aires. Y además, aceptó una entrevista con LA CAPITAL.

“Amo escribir libros intensos, que tengan tensión, enfrentamiento, conflicto, lo que me interesa es cómo llega ese momento de enfrentamiento. Cada libro que he escrito lo más corto fue un año y lo más largo un año y medio, depende de si tengo un viaje de pesca en el medio o no. Cada vez que me siento digo ‘esta vuelta lo saco más rápido'”, cuenta, quien también es autor de la exitosa saga “El psicoanalista”, entre otros muchos best sellers.

John Katzenbach.

Ahora, en “El club de los psicópatas”, Katzenbach imaginó una historia que se hila con los destellos más filosos del mundo actual: el universo de la web, los chats, el anonimato y la perversión que también habitan en la internet profunda. Charlie, Bravo, Delta, Easy y Alpha -todos alias- son psicópatas que comparten un chat de saberes, dudas, anhelos y que se hacen conocer como “Los muchachos de Jack”, en referencia a Jack El destripador. La llegada de infiltrados, con el riesgo que eso supone para la identidad de los miembros de ese club de asesinos profesionales, pone a todos en alerta.

-¿Qué nuevo desafío supuso “El club de los psicópatas”?

-El desafío más grande fue encontrar el equilibrio entre los protagonistas, era como estar trabajando y que de repente me tocara el hombro uno de los personajes y me preguntara “¿qué onda conmigo?”.

-En esta novela la historia se vincula con internet, los chats, la deep web, ¿te parece que el mundo virtual que nos rodea potencia el crimen?

-Sí, alienta y aumenta las capacidades criminales y creo que la parte más importante es el anonimato, creo que el anonimato es una postura psicológica muy interesante, nos da libertad pero al mismo tiempo hace que no nos hagamos cargo de nuestros actos. Por un lado podemos decir lo que queremos porque somos anónimos en el mundo de la tecnología, pero lo que decimos no tiene el mismo significado cuando detrás de lo que se dice hay una identidad. En este libro, me interesó el área entre el anonimato y la realidad.

-¿Por qué decidiste dotar de un perfil social a estos cinco psicópatas? No es usual esa impronta, por lo general son antisociales, solitarios.

-A los novelistas de thrillers nos encantan los psicópatas. Yo quería escribir algo diferente, quería escribir algo sobre cómo conectamos en el mundo y en ese momento fue que se me ocurrió la idea de lo que en realidad es un grupo de autoayuda para psicópatas, a la vez que hacen un homenaje a Jack el Destripador. Jack entendía las redes sociales de su época así como “Los muchachos de Jack” entienden las de la suya.

-¿Ese es el motivo por el cual decidiste apelar a la figura de Jack el Destripador?

-Es ese, era como un asesino moderno para 1888, a los tipos de “El club de los psicópatas” les gusta pensar que son los más modernos de 2022.

-¿Qué otro material te nutrió para este nuevo libro?

-Principalmente la realidad, todos somos conscientes de la relación con internet en nuestras vidas. Esta entrevista (realizada por Zoom) es un ejemplo de eso, quería explorar eso en el libro. Quería escribir una historia respecto de psicópatas que por primera vez en su carrera de asesinos tuvieran que tomar algo personal, a diferencia de como siempre matan.

-¿Considerás que hay una fascinación a nivel mundial por las historias de violencia en libros, en series, en el cine?

-La verdad, siento que queremos creer que nuestra fascinación por la violencia es ahora mayor pero sinceramente creo que ha estado presente desde hace siglos. No creo que haya cambiado tanto. En las historias de Homero, por ejemplo, había muerte por todos lados. Odiseo es el único que llega a casa. Había mucha violencia.

-¿Qué cosas se ponen en juego al consumir historias de violencia y crimen, es una suerte de catarsis, se potencia la violencia innata de las personas?

-Es una pregunta complicada. La violencia se percibe de modo diferente, cada persona la percibe de modo diferente, podríamos ver a un asesino serial matar a un montón de víctimas pero ¿es eso tan violento como ver o presenciar a una mamá pegarle un cachetazo a un nene? Creo que se trata de la perspectiva que cada uno tiene y cómo nos percibimos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Celebramos a un soldado ucraniano disparando un misil jabalina a un tanque ruso pero no tomamos conciencia realmente de que tres hombres que estaban adentro del tanque murieron quemados vivos. Y no queremos pensar en el impacto que tuvo en el soldado ucraniano que disparó. Entonces en lo que refiere a la violencia nuestra reacción como humanos en general es única, como nuestra personalidad.