Jairo: “Cuesta muy poco hacer feliz a alguien que quiere escuchar una canción”
Jairo se presentará este lunes en Hermitage Hotel.
“Para mí es un placer volver a Mar del Plata”, dijo Jairo, mientras ultima detalles del show que dará este lunes en el escenario del Hermitage Hotel, todo un clásico de las temporadas marplatenses. Cada mes de enero, el cantante y su banda arman el primer recital del año en esta ciudad, donde se encuentra con un público oriundo de todo el país.
“De todo un poco”, respondió al ser consultado por LA CAPITAL sobre el repertorio que preparó para este encuentro.
Cómo se recordará, el artista cordobés se recupera de una dolencia abdominal que terminó en una intervención quirúrgica de urgencia a principios del mes de enero, mientras se encontraba vacacionando en Córdoba.
“Fue grave pero tomado muy a tiempo y tratado por maravillosos profesionales. Ya estoy dispuesto a salir al ruedo”, agregó.
Junto a sus hijos, en la intimidad.
Jairo dijo sentir la cercanía de su familia, de todos sus hijos y de su compañera. “Somos una familia muy compacta, tengo tres hijos que viven en Europa y la distancia no ha hecho mella en eso, porque la relación sigue siendo la misma o tal vez aún más fuerte, tengo una comunicación permanente con mis hijos y eso es buenísimo”, agregó sobre el entorno que lo contiene.
Respecto del repertorio elegido para el espectáculo en Mar del Plata, en el que cantará junto a su nieto Fran Posse, dijo: “En general es muy difícil no recorrer por lo menos una parte de los clásicos, en mi caso son muchos años y son muchas canciones las que se han acumulado bajo el signo de clásicos”.
“Nosotros nos jactamos de tener una democracia y muchas veces nos olvidamos de eso: el sistema democrático es el mejor de los sistemas, aunque no sea perfecto, aunque sea perfectible”
Asimismo, recordó que su mismo público es el que le pide atravesar algunas de sus emblemáticas canciones. “Cuesta muy poco hacer feliz a alguien que quiere escuchar una canción”, dijo.
-Eso significa que las canciones son de la gente, que ya no son suyas.
-Sí, cuando uno lleva una carrera como la mía, de 54 años, evidentemente lo que haga ya no está en tus manos, se te escapó. Es en un momento de la gente, si la gente disfruta de la canción ya está justificada la canción, cuando uno graba una canción nunca sabe a dónde va a ir a parar, qué destino va a tener y demás… nadie tiene la certidumbre de que una canción vaya a ser exitosa. Si tuviera la fórmula del éxito evidentemente sería muy fácil. Hay que cantar lo que uno realmente siente y ser sincero con uno mismo y eso se percibe, (el público) se da cuenta. Y cuanto más sincero te van a ver con mejores ojos, te vas a sentir más cercano. Ese tipo de sinceramiento que uno tiene en el escenario es muy positivo siempre para el artista.
-Como ocurre cada verano, viajará con su familia.
-Va a estar Yaco, que no solamente es parte del grupo musical, sino también de toda la toda la parafernalia de cosas que se arman en torno a un artista: la dirección artística, la programación, los contratos. Se ocupa de todo. Y su hijo que se ha revelado como un cantante excepcional y que tiene que hacer su propia carrera. Está dando sus últimos pasos con nosotros porque tiene que volar solo, tiene 19 años recién cumplidos y tiene un talento que le garantiza un futuro venturoso. Va a cantar conmigo, vamos a cantar juntos. Y los músicos que me acompañan son en su mayoría los mismos que estuvieron el año pasado. Son músicos excepcionales y conocen muy bien el repertorio y eso hace que el repertorio suene en su momento, en el lugar donde toquemos, es casi como meter al público adentro de un disco, que esté viviendo una historia fantástica en la que están conmigo, vamos caminando por una calle, estamos cantando y escuchando toda la música alrededor.
-¿Es una situación casi ideal?
-Es la situación ideal, uno quisiera que el público esté como adentro de un disco o en una especie de caja mágica donde vos cerrás los ojos y suena lo que vos querés escuchar.
“Fran Posse (su nieto) hace de todo, canta maravillosamente bien, tiene una facilidad tremenda, es sorprendente”
-¿Charlan con su nieto sobre música?
-Fran Posse hace de todo, canta maravillosamente bien, tiene una facilidad tremenda, es sorprendente. El éxito que tiene en cada recital avala todo lo que digo. Estoy muy contento, me hace tan feliz verlo cantar, escucharlo al lado mío en el escenario, me emociona. Hablamos, sí, pero de ninguna manera soy un buen consejero, puedo orientar en alguna cosa, cómo puede hacer esto, o alguna pregunta de tipo técnico, nada más. Los artistas se van puliendo y haciéndose solos: él tiene una preparación, estudia canto, el conservatorio de música. Está muy preparado, nada improvisado y eso le da un margen de seguridad muy grande, pero no es fácil subirse al escenario. Hay una cantidad de elementos que juegan, el temor de ser observado también… es complicado de transmitir algo al mismo tiempo a alguien que no ves, porque al público lo percibís, pero por la cuestión de las luces no lo ves.
-¿Está atento, le preocupa lo que pasa a nivel nacional?
-Me preocupa en la medida en que se cometan cosas que no me gustan también. Yo trato de ser lo más razonable posible, trato de no magnificar las cosas, ni las positivas ni las negativas. Creo que los errores que se cometen nunca están tan graves como la gente que está en desacuerdo conmigo, ni los logros son tan importantes como lo cree la gente que está conmigo, así que hay que encontrar el equilibrio, es difícil. Hasta ahora no lo hemos podido hacer. Pero yo confío, siempre, confío en la Argentina, a pesar de los desatinos y las cosas que hemos tenido que pasar. Los problemas que hemos tenido que superar todos, porque esto es una cuestión nuestra. Nosotros nos jactamos de tener una democracia y muchas veces nos olvidamos de eso: el sistema democrático es un sistema que para mí es el mejor de los sistemas, aunque no sea perfecto, aunque sea perfectible, es el mejor de los sistemas, con participación de todos. No hay que olvidarse de eso, porque la democracia además no es un fin en sí mismo, sino una suerte de herramienta. Y uno tiene que tratar de que la herramienta esté bien a punto siempre y para eso no tiene que exponerla a riesgos inútiles.