Se desarrolló en la Universidad Caece una charla multidisciplinaria sobre los efectos tóxicos del monóxido de carbono en la salud y los modos de prevención.
La misma fue organizada en el marco de la campaña de concientización que lleva adelante el Programa de Voluntariado Universitario, integrado por estudiantes de diferentes carreras de la Universidad Nacional de Mar del Plata, investigadores de Conicet Mar del Plata, docentes y graduados de las Facultades de Ciencias Exactas y Naturales y de Ingeniería.
Durante el encuentro disertaron Sandra Churio, investigadora independiente del Conicet, quien expuso sobre el desarrollo del Proyecto de Voluntariado Universitario y comentó acerca de las actividades que se vienen realizando en Mar del Plata y en ciudades cercanas como Tandil.
“Existe un gran interés y receptividad por parte de la comunidad y eso es gracias al trabajo que ponen los voluntarios, a su compromiso con esta campaña”, manifestó Churio.
Luego, la parte clínica fue abordada por los doctores Carlos Wiersba y Pablo Malfante, quienes comentaron acerca de la necesidad de “visibilizar una problemática completamente invisible como es el monóxido de carbono. El color de la llama azul debe ser la imagen que tenemos que guardar en la memoria para saber que no hay problemas”, explicó Malfante.
Sobre los datos epidemiológicos señalaron que existen más de 2500 casos de intoxicación por año, un accidente cada cuatro horas relacionados al CO2 y más de 200 muertes al año. Solo en Mar del Plata durante el primer semestre del 2016 se contabilizaron 80 incidentes.

Datos de la ciudad

Otros datos sobre nuestra ciudad fueron presentados por Mónica Pascual, miembro del Observatorio de la Universidad Fasta, quien presentó las conclusiones del trabajo de investigación “Monóxido de Carbono en la Ciudad de Mar del Plata”, en el cual se tomaron mediciones en edificios y en calles y se trabajó acerca de la percepción sobre el conocimiento que los marplatenses tienen acerca de ciertas cuestiones relacionadas al CO2.
Uno de los momentos más emocionantes sucedió cuando Valeria Giarratana relató su testimonio personal. Ella, mamá de Pilar y Agustina, dos niñas de 6 y 8 años, murieron junto a su padre y hermana en junio de 2014, como consecuencia de la inhalación de monóxido de carbono. Desde ese momento, Valeria intenta resignificar la pérdida y convivir con el dolor para transformarlo en acción, haciendo y participando del trabajo de concientización de manera cotidiana.
“Cuando mis hijas murieron ya existía la solución, me da mucha bronca y dolor que no se implemente. Falta legislarlo y que llegue a la gente”, afirmó. De esta manera se refirió al desarrollo de la llave de corte de gas por un grupo de investigadores de Conicet Mar del Plata, encabezado por Miguel Ponce.
La exposición del investigador independiente del Conicet, se centró en explicar el funcionamiento del dispositivo que lleva 13 años de trabajo. “Es capaz de detectar y cortar el flujo de gas ante la presencia de monóxido de carbono en los ambientes y dar aviso a través de una aplicación en los teléfonos celulares, consiguiendo evitar las intoxicaciones” explicó.
Por último, se realizó la donación de medidores de monóxido a distintas organizaciones de la ciudad.