Cada año, miles de investigadores de todo el mundo compiten por una de las prestigiosas becas Marie Curie, un programa de la Unión Europea dentro de los proyectos Horizon. Estas becas están destinadas a investigadores postdoctorales y buscan potenciar el crecimiento profesional, la conectividad y el desarrollo de nuevas habilidades. En la última convocatoria, se presentaron más de 10.000 aspirantes, con una tasa de aceptación del 15%. Entre los seleccionados estuvo Gregorio Fernández de Landa, investigador de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), quien desarrollará su proyecto en la Universidad de Bolonia, Italia.

Desde el Sistema de Medios Públicos de la UNMDP dialogamos con Gregorio Fernández de Landa, Licenciado y Doctor en Ciencias Biológicas, quien sostuvo que “la obtención de esta beca fue el resultado de años de trabajo y colaboración internacional”. Su vínculo con la Universidad de Bolonia se remonta a cuatro años atrás, cuando comenzó a trabajar en conjunto con esta institución a través del Instituto de Investigaciones de Producción, Sanidad y Ambiente (IPROSAM). “Fue un vínculo fructífero, pudimos publicar algunos manuscritos y avanzar en investigaciones en común” contó.

El camino hacia la beca Marie Curie no fue sencillo. Fernández había aplicado anteriormente sin éxito, aunque con una puntuación destacada que le otorgó un “certificado de excelencia”, lo que le abrió oportunidades en otras universidades. Sin embargo, decidió intentarlo nuevamente y, esta vez, fue seleccionado. “Fue un proceso largo, estuvimos un año escribiendo la propuesta del proyecto, adaptándonos a marcos normativos distintos a los de Conicet y la universidad”, explicó.

El proyecto Bumble Plan: bacterias para combatir pesticidas

El proyecto con el que Fernández ganó la beca se llama Bumble Plan y tiene un objetivo claro: identificar y aislar bacterias presentes en los intestinos de los abejorros que puedan degradar pesticidas. “Las abejas están expuestas a muchas sustancias tóxicas debido a la agricultura intensiva, lo que reduce su longevidad y afecta tanto los sistemas productivos como los ecosistemas naturales”, señaló el investigador. Su propuesta busca desarrollar herramientas naturales para reducir esa toxicidad y mitigar el impacto ambiental de los agroquímicos.

En Argentina, Fernández ha trabajado con abejas nativas en distintos ambientes, desde reservas naturales hasta zonas con alta exposición a pesticidas. “Incluso en áreas protegidas encontramos rastros de estos químicos. Los ambientes prístinos son cada vez más escasos”, adviertió. Ahora, en Europa, trabajará con especies utilizadas comercialmente en la agroindustria, lo que facilitará la obtención de datos y su extrapolación a otras especies y ecosistemas.

El papel de las abejas en la polinización y el equilibrio ambiental es fundamental. “El 70% de las plantas dependen de estos insectos para su reproducción“, destacó el especialista. La reducción de sus poblaciones pone en riesgo no solo la producción agrícola, sino también la biodiversidad. “Cuidarlas es una manera de alcanzar un desarrollo sustentable, donde no se bloquee la actividad productiva, pero sí se minimicen sus impactos negativos” destacó.

Un lazo inquebrantable con la UNMDP

La trayectoria académica de Fernández está íntimamente ligada a la Universidad Nacional de Mar del Plata. “Siempre tuve un fuerte sentido de pertenencia con la universidad“, comentó. Su vínculo comenzó en la infancia, ya que sus padres trabajaban allí y él mismo realizó el jardín de infantes y el secundario en el Colegio Nacional Arturo Illia. Posteriormente, cursó su carrera de grado y su doctorado en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.

Además de su formación, Fernández ha sido parte activa de la vida universitaria. “Participé en tomas cuando había conflictos salariales, di mis primeros pasos en la docencia aquí y actualmente tengo un cargo docente en la Facultad de Ciencias de la Salud y Trabajo Social“. Para él, la universidad pública y gratuita ha sido clave en su desarrollo profesional. “Si la educación universitaria no fuese accesible, me habría quedado fuera del sistema desde el comienzo“, enfatizó.

Obtener la beca Marie Curie no solo representa un logro académico para el licenciado, sino también una validación de su esfuerzo y sacrificio. “Durante estos años de trabajo en Italia me perdí parte del embarazo de mi esposa y los primeros meses de mi bebé. Esta beca es un reconocimiento a todo ese esfuerzo“, confesó.

Por otro lado, destacó la importancia de que dos investigadores de la UNMDP hayan sido seleccionados en esta convocatoria, ya que junto a él, Victoria Gulgielmotti también egresada de la misma casa de estudios, obtuvo la beca. “Nos hace pensar cuán cierto es que la universidad pública impacta en el desarrollo de las personas y en la formación de profesionales de excelencia“.

Fernández también resaltó cómo su selección demuestra el reconocimiento internacional al trabajo científico que se realiza en Argentina. “Mientras en nuestro país muchas veces se desvaloriza nuestra labor, en Europa se nos reconoce con becas altamente competitivas” remarcó.

Con el inicio de su nueva etapa en la Universidad de Bolonia, Gregorio Fernández se suma a la lista de científicos argentinos que llevan adelante investigaciones de impacto global. Su proyecto no solo buscará proteger a las abejas, sino que también contribuirá a la búsqueda de soluciones más sustentables para la producción agrícola y la preservación del ambiente.