Emoción, celebración colectiva, ritos ancestrales y exaltación del sentido de comunidad fueron parte del acto formal de emplazamiento de la estatua de Hipócrates en los jardines de la Fundación Médica de Mar del Plata, entidad fundadora del Hospital Privado de Comunidad (HPC).

La obra de arte fue donada por Pericles Xynos, en colaboración con la Colectividad Helénica de Mar del Plata, con el objetivo de “resaltar los valores de la profesión”.

“Hipócrates en sí mismo nos traía la posibilidad de volver a creer fuertemente en este Hospital Privado de Comunidad porque, como escribió una socióloga, ya Mar del Plata dice Hospital Privado de Comunidad, porque ustedes, la comunidad, han abrazado al hospital y lo hicieron propio”, analizó el presidente del Consejo de Administración de la Fundación Médica de Mar del Plata, Fernando Santomil.

Además, consideró: “La estatua de Hipócrates y la colectividad griega nos llevan a la reflexión profunda de para qué existimos. La reflexión de la misión que uno tiene en la vida. Esta fundación, que me honra en presidirla, tiene una misión: estamos y existimos porque existe un paciente. Para eso nos formamos, para darle lo mejor a nuestros pacientes”.

A su vez, el facultativo agradeció “a la comunidad helénica y a las colectividades el gran abrazo simbólico” y se comprometió junto a sus colegas “frente a la comunidad de Mar del Plata y de Hipócrates a mantener viva la misión que tenemos: cuidar a los pacientes”.

Luego de la bendición cristiana a cargo del párroco de la capilla San Carlos Borromeo, Silvano Di Sarro, se descubrió la estatua de Hipócrates y acto seguido se cumplió con el ritual de plantar un olivo como símbolo de “perseverancia y fortaleza”.

Pericles Xynos afirmó que “el deber del médico es enseñar a otro su arte”.

La obra, creada por Beatriz Caruso, mide dos metros, pesa una tonelada y está realizada en cemento.
En la oportunidad también dijeron presente el director del HPC, Pablo Malfante, integrantes del Consejo Administrativo de la Fundación Médica Mar del Plata, y representantes del gobierno municipal.

Agradecimientos

Guillermo Cassanello fue el encargado de presentar a su mentor y donante de la obra de arte. Después de destacar sus pergaminos académicos, resaltó “su generosidad, que es el hábito de dar sin esperar ni recibir nada a cambio. Y a su vez es una virtud que tienen los maestros”.

“Esta institución -añadió- ayudó a formar por lo menos a 50 especialistas, entre los que me incluyo. Es un buen momento para agradecerle en nombre de sus pacientes, del personal del hospital, de todos los colegas. Quiero agradecerle haber podido trabajar y aprender con él”.

A su turno, Pericles Xynos recordó que su presentador fue “el tercer residente en el servicio de Ginecología” y aseguró que en aquel entonces él estaba “haciendo lo que este señor (Hipócrates) puso en el juramento y enseñó: ‘Es un deber de los médicos enseñar su arte'”. Y agregó: “No hay ningún beneficio para la comunidad si te entierran con tu arte. Tenés la obligación de enseñar. Es por eso que quiero tanto este hospital, porque me permitió seguir lo que dijo Hipócrates hace más o menos 2400 años”.

Y, en ese sentido, insistió con que “el deber del médico es enseñar a otro su arte”. “Algunos, a los que se les sube el prestigio a la cabeza, dicen que no necesitan enseñar porque aprendieron solos. Están equivocados. Hay que enseñar el arte para que continúe el beneficio a la sociedad”, explicó.

La emotiva ceremonia culminó con la tradicional danza helénica kalamata, interpretada por el grupo Dafnae.
En el acto, realizado en el “Día de la Sanidad”, hubo música en vivo a cargo del cuarteto de cuerdas “Vivaldi” y un desfile de representantes de las colectividades helénicas, española, italiana, alemana y armenia residentes en Mar del Plata. Todos los invitados recibieron una copia del Juramento Hipocrático.

Santomil contó la historia de cómo llegó la estatua de Hipócrates a los jardines de sede de Larrea al 2600: “En febrero pasado me crucé con Carlos Pilaftsidis en la calle y me dijo: ´Estamos con la intención de traer una estatua de Hipócrates´. No hay ningún problema, tenemos que ver dónde la ponemos, le respondí. Y acá estamos”, afirmó.