En las últimas semanas, muchos usuarios de Instagram en Argentina se sorprendieron al ver que la red social dejaba de mostrarles la cantidad de “me gusta” que las publicaciones propias y ajenas obtenían. Parece que, después de muchas idas y vueltas, Instagram le dice adiós al conteo de los “me gusta”. Tampoco están disponibles el número de visualizaciones de los videos ni cualquier otro factor que indique el supuesto éxito o fracaso de una publicación.

Los usuarios que experimentan este cambio, ven en los likes de las publicaciones el nombre de alguien que siguen y la ha likeado, seguido de la inscripción “y a otras personas más les gusta esto”. En el caso de que la publicación tenga más de mil likes, la frase será “y a miles les gusta esto” y, si obtiene más de un millón, rezará “y a millones les gusta esto”. Así, se oculta el número que indicaba la cantidad de usuarios que habían presionado el corazón en ese posteo. Lo que sí continuaba siendo visible es quienes le dieron me gusta: al hacer click sobre la inscripción anteriormente descripta, se abre la lista de nombres.

En la misma línea, la empresa comandada por Marc Zuckerberg comunicó que: “Queremos que sus amigos se centren en las fotos y los videos que comparten, no en la cantidad de ‘me gusta’ que reciben. Aún puedes ver tus propios likes tocando en la lista de personas a las que les ha gustado el post, pero tus amigos no podrán ver cuántos ‘me gusta’ has recibido”. Apuntando con esta iniciativa a devolverle el protagonismo a la publicación en sí misma y a correr el foco de la medición instantánea de éxito o fracaso que representa la cantidad de “me gusta”.

Esta no es una decisión azarosa, los líderes de la compañía vienen trabajando hace tiempo en crear una red social que desaliente la competencia entre los usuarios y mejore la calidad del contenido compartido. Numerosos estudios han demostrado que, si un usuario prevé que su publicación no tendrá buena repercusión, suele optar por no compartirla o eliminarla. Esto ha generado una gran cantidad de cuentas pasivas, que se limitan a consumir el contenido proporcionado por las cuentas más populares. Las cuentas pasivas representan un problema para la red social, que tiene como principal capital los datos de la gente, por lo que necesita de la participación activa de todos para nutrirse. Los datos son lo que atesoran y comercializan las redes sociales.

En defensa de la medida, el director ejecutivo de la compañía Adam Mosseri aclaró que están preocupados por el bienestar de los jóvenes, quienes representan el mayor número de usuarios de la red: “Se trata de gente joven. La idea es despresurizar Instagram, hacer que sea menos una competencia, dar a las personas más espacio para concentrarse en conectarse con las personas que aman, cosas que los inspiran, pero realmente se centra en los jóvenes”.

El impacto en la salud mental de los usuarios fue uno de los factores clave para determinar la eliminación del icónico “me gusta”. En 2017, Instagram fue calificada como la red social peor valorada por ser la que más afecta de forma negativa a la salud mental y el bienestar de los jóvenes. La determinación derivó de un estudio de la Royal Society for Public Health (RSPH) denominado #StatusOfMind. Le sigue Snapchat, Facebook, Twitter y YouTube.

La iniciativa busca reducir la presión a la que están sometidos los jóvenes al ser valorados constantemente. La búsqueda de aprobación permanente, traducida en cantidad de “me gusta”, lleva a una obsesión por la apariencia física, a una adicción y dependencia de la red, a la ansiedad de estar conectado todo el tiempo para no perderse de nada y a fluctuaciones en la autoestima; entre otras consecuencias negativas.

Por Julieta Fernández para Pibxs