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Cultura 30 de mayo de 2020

Instagram, la red que potencia su vínculo con el arte y la literatura en tiempos de aislamiento

Imagen de Boris Club, texto fragmentado acompañado por ilustraciones, de Juan Pablo Andrade.

Aún antes de que llegaran la pandemia y el aislamiento, las redes sociales se convirtieron en el espacio propicio para casi todo -desde pasiones virtuales y transacciones comerciales hasta recitales de música y exhibiciones de cine o documentales- y son también por estos días un refugio y a la vez un soporte para que los amantes de las palabras muestren sus creaciones o las de otros.

En el principio fue Facebook que permitía publicaciones de texto e imágenes a voluntad y poco después Twitter, que constreñía las ideas a unos pocos cientos de caracteres pero muchos autores y gestores culturales están descubriendo hoy las potencialidades de Instagram (IG), la red social de la imagen por excelencia que contaba a enero de 2020 con 1.000 millones de usuarios activos mensuales.

Entre los primeros que vieron la potencialidad de la red está la Biblioteca Pública de Nueva York, que lanzó en 2018 una campaña para acercar los libros a los jóvenes lectores a través de Stories con clásicos de la literatura como “Alicia en el País de las Maravillas” de Lewis Carroll, “La Metamorfosis” de Franz Kafka o “Un cuento de Navidad” de Charles Dickens.

Desde España, la poeta y novelista española Elvira Sastre, ganadora del premio Biblioteca Breve 2019 por su novela “Días sin ti”, comparte a través de su cuenta @elvirasastre, sus textos publicados en el diario El País pero también poemas originales y fotografías y dibujos.

Durante el aislamiento motivado por la pandemia, Sastre y otros autores gestaron el ciclo “Poesía en tu sofá”, una iniciativa que ha reunido más de una veintena de poetas, escritores, músicos,actores y actrices que durante algunos días recitaron poemas propios y ajenos desde cada uno de sus perfiles.

“Cuando declararon el estado de alerta, enseguida pensamos en aliviar el encierro de la gente dándoles poesía, que es siempre la manera más bonita de escapar -sostiene la autora-.Le estoy cogiendo cariño a leeros en directo. Acabo con una energía con la que no comienzo el día que me lleva a bailar en el salón un buen rato cuando termino. Me gusta”. El ciclo también tuvo su versión argentina, que contó con la participación de la española.

Para nombrar a Sastre y otros autores de su tipo, en España se popularizó el neologismo “instapoeta”, que designa a quienes se animan a compartir libremente sus versos en la red de las imágenes.

En la Argentina Tatiana Goransky, que es escritora y también cantante de jazz, usa su cuenta de IG, @tatigoransky, para dar a conocer videos donde ella misma lee fragmentos de su novela más reciente, “Fade out”.

“Siempre me gustó la lectura en voz alta. Me gusta leer, me gusta que me lean. Con el tiempo incluso aprendí que leer en voz alta era la única manera que tenía de darme cuenta si mis textos funcionaban o no: leerlos a viva voz cada vez que me enfrentaba al archivo. Un trabajo sencillo cuando el archivo tiene cinco páginas, pero un poco más complicado cuando son novelas que ya van llegando a su fin”, explica a Télam y confiesa que prefiere ese espacio por sobre YouTube.

“En el último tiempo me di cuenta de que YouTube no estaba funcionado bien. Su falta de inmediatez hacía que cada vez menos personas clickearan en un link para entrar a ver y escuchar videos que apoyaran la difusión de libros. Así que entendí que la nueva mejor opción era Instagram. Ahí entro, posteo fotos de libros varios o leo, y la gente lo ve de forma directa”, analiza la autora.

Para Goransky, “es verdad que los tiempos han cambiado, que ahora la gran mayoría de clubes de lectura, librerías y potenciales lectores están ahí, en IG. Ese lugar que descubrí en 2013 pensando que solo servía para ponerle filtros a las fotos”.

Para otros autores, IG implica una transformación de los textos. Es el caso de Juan Pablo Andrade, un creador de contenidos digitales que desde Córdoba venía escribiendo una novela de unas 100 páginas para ser consumida en formato libro.

“Me faltaba cerrarlo, llegó la cuarentena y aproveché un poco de tiempo libre para darle un final. Una vez cerrada la historia, me apareció otro detalle ¿Cómo hacerla circular? Fue ahí, que me puse de algún modo creativo y me aventuré a adaptar el libro que tenía armado a una cuenta de Instagram, para poder compartirlo más fácilmente en estos tiempos”, relata.

El resultado de esa operación es @Boris__Club en el que el texto fragmentado en post está acompañado por ilustraciones que son del propio autor.

“Hay una pulsión fuerte en muchísimas personas que usan Instagram con fines literarios. Para compartir sus poemas, sus cuentos, sus ‘shortstories’, ensayos, reflexiones.También se puede escribir pensando en compartir fragmentos de podcast, lecturas en vivo, perfomances”, reflexiona Andrade sobre las bondades de la red.

El autor desestima la idea de que sea una red solo para jóvenes. “La novela está destinada a cualquiera que se aventure a leer un libro en nuevos formatos, aunque tal vez a los ‘heavy user’ de Instagram les pueda resultar más fácil la lectura en cuanto a la navegación que propone. Los lectores de papel, por otro lado, son los que mejor van a poder interpretar el trabajo de edición que hubo al trasladar espacios propios de un libro como por el ejemplo el colofón, la anteportada, la contratapa. Pero tengo amistades que no tienen cuenta en Instagram y pudieron leerlo igual entrando por el link”, sintetiza el autor.

Andrade se manifiesta influenciado por el artista conceptual Kenneth Goldsmith, quien en su libro “Escritura no-creativa” asegura que “las palabras ya no parecen ser escritas sólo para ser leídas, sino también para ser compartidas, trasladadas y manipuladas”.

Desde sus múltiples oficios de escritora, docente y gestora cultural Maro Vidal Varela coincide en la utilidad de Instagram para echar a volar las palabras.

“Yo creo que sirve un montón y que las generaciones que no usaban Instagram están descubriendo que es un espacio para encontrarse. En cuanto a la gestión cultural tuve que usarla mucho en cuarentena primero para promocionar lo que uno hago y también para dar charlas o hacer lecturas con alumnos. a través de IG Live @marovv . Tiene la ventaja de que queda grabado e incluso podés compartirlo en otras redes o en un canal de Youtube”, dice la autora.