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Interés general 30 de junio de 2024

Inglaterra empató de chilena en la última y lo ganó en el alargue

Sufrida clasificación a cuartos de final de la Eurocopa con victoria sobre Eslovaquia.

La pirueta salvadora de Bellingham.

Inglaterra estuvo a segundos de quedar eliminado de la Eurocopa 2024, pero Jude Bellingham lo rescató en la última jugada con una chilena espectacular y Harry Kane dio la estocada en el inicio del tiempo suplementario para el sufrido triunfo 2-1 sobre Eslovaquia en el estadio Veltins-Arena de Gelsenkirchen, Alemania.

Inglaterra jugará en cuartos de final ante Suiza, el próximo sábado desde las 13 (hora argentina).

Es un resurgir del conjunto inglés. Pero también un despertar. En ninguno de sus tres encuentros anteriores, incluso en una hora del choque de este domingo en los octavos de final, había demostrado nada de lo que sí puso de manifiesto después, cuando se vio contra las cuerdas, cuando se rebeló contra los sistemas, las estructuras y las tácticas, sin red a por el empate, renacido el equipo y Southgate. Por Bellingham y por Kane.

Cuando el partido es tan definitivo, la mejor versión es la única certeza. Y el bloque inglés continuó lejos… Pero sobrevivió. Y eso la hace aún más peligrosa para desafíos inmediatos. Ha visto el fracaso de frente, lo ha sentido y lo ha esquivado.

El nombre de Eslovaquia, por ejemplo derrotada por Ucrania en la fase de grupos, no intimidaba. La apertura de un horizonte que consideraba tan despejado el grupo británico, sin Alemania, España, Francia o Portugal a la vista hasta una hipotético (y ya imposible) final, ofrecía un panorama mucho más complaciente que la realidad.

Ni Kane Ni Bellingham ni Foden ni Saka… Hasta la traca final. Llama la atención como tales futbolistas suman tan poco cuando recrean juntos sobre el terreno de juego un ataque envidiado por cualquiera.

Y aún más como un delantero como Kane entra tan poco en la transición, en el juego de espaldas, en la figura de ‘9’ que descarga, adelanta, desahoga y atosiga a la zaga contraria. Es incomparable su juego con el Tottenham antes o el Bayern ahora con Inglaterra, hasta que desató en la parte final, cuando relanzó a sus compañeros.

Su defensa tampoco funcionó. Da igual Stones o Guéhi, cargado de una amarilla a los tres minutos. El primero se equivocó en el 0-1, en ir a por un salto al que no debía haber ido jamás. Liberó a Strelec. Jugador del Spezia, Serie B en Italia, la controló, se giró, esperó a la llegada de Ivan Schranz y lo lanzó hacia el gol. Tercer tanto de Eslovaquia en Alemania, tercero del atacante del Slavia Praga y sexto gol como internacional en 26 choques.

Él dinamitó los pronósticos allá por el minuto 25. A nadie le extrañó. Sólo fue una simple consecuencia de lo visto sobre el terreno. Eslovaquia le jugó de igual a igual Inglaterra en todo ese recorrido. Sin un solo complejo. Se sintió capaz de presionarla, de ganarle cada segunda jugada y de comprometerla en cada contragolpe.

En una posesión al descanso del 74 por ciento, Inglaterra atacó casi lo mismo que Eslovaquia en la primera parte. Ni siquiera remató al arco. Su primer amago fue un intento de Kane. El siguiente una volea afuera de Mainoo. Ambos antes del 0-1. Después, apenas nada más, por más que Eslovaquia replegó expectativas.

En el complemento el conjunto inglés fue a la carga. No empató antes por una mera torpeza de Foden, el mejor futbolista de la última ‘Premier’. Se adelantó a un pase de Trippier en el que sólo tenía que empujar el balón al gol. Impropio de su nivel. El origen del desborde, de la mejor jugada hasta entonces del duelo de Inglaterra, fue sencillo: conectar con Kane de espaldas. Él se giró e hizo jugar al resto. Lo necesita.

Ya había sido abroncado el equipo por su afición en el enésimo pase atrás. El gol anulado, en cambio, lo reencontró con su conjunto. Sintió, por fin, la capacidad de su selección en Alemania 2024, lanzada a por el empate. También expuesta a todo. Walker jugó con Stones, que no se enteró; el balón rodó hacia Strelec, que divisó a Pickfor adelantado. Otro susto.

Realmente, hasta entonces, ni siquiera más allá después, Dubravka, el arquero eslovaco, no hizo ninguna atajada más que los córner directos.

Necesitaba un giro Inglaterra. Lo buscó Southgate en Palmer, el habilidoso goleador del Chelsea esta temporada, al que no dio recorrido hasta el tercer encuentro. Pero fue más la ambición.

Sin ataduras, sin nada que perder, fue de verdad Inglaterra. El último remate de Kane, el tiro lejano de Stones contra el poste… Y el gol de chilena de Bellingham, de repente, ya en el minuto 95, en un saque de banda que quizá Eslovaquia debió no conceder.

Al borde del fracaso, para promover la prórroga en un ejercicio de supervivencia, ganador en esa vorágine con un cabezazo fácil de Kane a los 50 segundos. Ya espera Suiza. Ha renacido Inglaterra, que terminó resguardado en su área.