¿Cómo puede terminar un chico que fue a una fiesta electrónica intoxicado en la guardia del hospital? ¿Por qué se montan enfermerías y hasta hay médicos en esos espectáculos? El consumo de drogas sintéticas está directamente ligado con este tipo de esparcimiento nocturno de forma casi natural. Denuncian que faltan políticas de prevención, campañas de información y reina la “reducción de daños”.
por Natalia Prieto
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Las drogas sintéticas no son nuevas en estas playas ni se utilizan exclusivamente en las fiestas electrónicas. Las sustancias se consumen en muchos lugares de esparcimiento nocturno o ¿alguien puede negar que existan -por ejemplo- en los boliches? Y muchos son los jóvenes que terminan la noche en la guardia de un hospital descompensandos por la ingesta de sustancias prohibidas. Y, en otras ciudades, hasta se registraron muertes por esa causa.
La situación es “grave”, según los especialistas y desde el Estado no existen “políticas de prevención sino de reducción de daños”, tal como sucedió con los operativos montados en los paradores playeros que albergaron a las fiestas electrónicas que se desarrollaron durante enero en la ciudad.
En el último tiempo la situación se agravó, según los especialistas médicos, por el multiconsumo, ya que no sólo se ingieren pastillas, sino que suelen mezclar con alcohol y otras drogas. Y, además, muchos jóvenes ni siquiera saben que toman porque las pastillas son de fabricación casera.
Las drogas sintéticas están asociadas a las fiestas electrónicas por “una cuestión sociocultural, la pastilla está asociada a la diversión y eso está naturalizado”, consideró la psicóloga y magister en Drogadependencia Sonia Herrero.
Daños colaterales
Además de advertir que “desde muy jóvenes empiezan a consumir alcohol y marihuana, que son como puertas de entrada”, la titular de La Rhed opinó que “la situación es grave y está naturalizada. Desde el Estado hay políticas de reducción de daños pero no prevención; faltan campañas informativas”.
En ese sentido, recomendó “poner el foco en la demanda y no en la oferta” y consideró preocupante que a la situación “no se le dé la dimensión que tiene”. (Ver recuadro).
Por otra parte, según el Sedronar, el perfil de los consumidores de drogas sintéticas indica que “no son adictos, sino que consumen durante el fin de semana como parte de una diversión. En la semana trabajan, estudian, están bien alimentados y hacen gimnasia”, señaló la subsecretaria de Abordaje Integral del Sedronar, Lidia Saya. (Ver recuadro).
La problemática del abuso de sustancias prohibidas atraviesa a todos los sectores de la sociedad, aunque según el estrato social al que pertenezca el consumidor diferente será la droga que utilice, ya que se trata de una cuestión de costos. Capitalismo puro.
Identikit
¿Qué son las drogas sintéticas? Son aquellas que se fabrican a través de procesos químicos y que, a diferencia de la cocaína o la marihuana, no se obtienen de un vegetal sino a partir de cambios moleculares realizados en laboratorios para lograr resultados psicoactivos.
Estas son distribuidas en forma de pastillas, cápsulas, polvos o líquidos, denominadas éxtasis (o bicho), ketamina, ghb, popper, polvo de ángel, speed, MD o cristal, entre otras.
En muchas ocasiones, son principios activos abandonados por las industrias farmacéuticas, por sus efectos indeseables que son rescatados para ser utilizadas como sustancias de abuso.
La fabricación en laboratorios clandestinos y el desconocimiento de su composición final, las convierte en especialmente peligrosas porque sus efectos no son claramente previsibles.
Los expertos advirtieron que especialmente afectan los sistemas neurológicos de manera aguda o crónica, como efecto residual por uso repetido. Al desarrollar tolerancia, el cuerpo pide cada vez más, con un consecuente y riesgoso aumento de la dosis. Incluso, desde el Sedronar advirtieron la existencia de sustancias fabricadas de forma casera, al mejor estilo “Breaking Bad”.
Variedad
Las “pastis” -tal como las denominan los consumidores- tienen un costo que parte de los $100 las nacionales, como la “Bluemoon”, que está “recetada” “si recién empezas, pero a medida que vas a fiestas desarrollas niveles de tolerancia y ya no te pega”, detallaron.
Las “importadas”, como Tesla, Granadas, Bob Esponja y Spa cotizan entre $250 y $300. “También se suele usar MD puro o ‘cristal’. Te chupás un dedo, ya que en vez de la pastilla que generalmente mezcla MD con más cosas como anfetamina por ejemplo, lo tomas solo”, continuaron con la explicación.
El gramo de MD cuesta alrededor de $1.200. El problema con esta sustancia es que “no tenés noción de cuánto tomas, porque la ‘pastela’ buena tiene más o menos 0,2 gramos de MD”.
Incluso, existen páginas en la web que explican testeos para saber si la misma está bien, qué sensación produce y hasta si da resaca al día siguiente u otros daños colaterales, como puede ser el dolor de estómago.
Espectáculo
“Mar del Plata es una plaza importante para las grandes fiestas electrónicas y por eso vienen los DJ’s que vinieron”, señaló uno de los productores de los eventos realizados en Destino Arena.
En ese sentido coincidió uno de los productores de Mute, que aseguró que “acá trajimos artistas internacionales que no tocaron en ningún otro lugar del país. Es convocante que toquen a cielo abierto, en la arena, al lado del mar, con presencia de sponsors conocidos mundialmente” y recordó que la ciudad integra el mapa mundial de las locaciones de grandes eventos en la playa. El puntapié inicial lo dieron con la presencia del popular músico Fat Boy Slim unas temporadas atrás, para una fiesta que convocó a unas 60 mil personas.
Según el productor de Destino Arena, a estas fiestas “llega gente de todo el país, porque es la oportunidad que tienen de ver a artistas de nivel internacional. Estás en la playa, cerca del mar y escuchando a un grosso total”, como la Dj Nina Kraviz.
En invierno, la movida de la música “house” se traslada a las discotecas pero con menor convocatoria de público.