Tras la muerte de la mujer de 83 años que había sido golpeada en un edificio céntrico, la fiscal Romina Díaz imputó formalmente a su ex yerno, de 42, por el delito de “homicidio agravado”.

Pablo Daniel Ranieri ya había sido aprehendido por la agresión y, luego de conocida la noticia del deceso, su situación procesal se complicó aún más. Acompañado por la defensora oficial Gabriela Peña, el hombre compareció ante la investigadora pero rechazó su indagatoria.

En ese marco, se remitió a la versión exculpatoria que había dado el último sábado tras su detención, y no hizo ampliaciones al respecto. Hasta el fallecimiento de Dora María Martínez, Ranieri estaba acusado por “Homicidio en grado de tentativa”. Ahora, la fiscal Díaz la modificó a “homicidio agravado”, y el imputado permanecerá detenido en la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán mientras continúa la pesquisa.

El hecho se conoció el pasado jueves por la tarde, cuando personal de la comisaría primera fue hasta un departamento en un edificio de Corrientes al 2100 donde se encontraba una mujer, de 83 años, lastimada por “haberse caído de la escalera”, según habían denunciado.

Al llegar, los policías vieron que Dora Martínez presentaba lesiones en el rostro y que otra anciana, de 81, no estaba en condiciones de contar lo que había pasado. Médicos del SAME también fueron al departamento y trasladaron a la víctima hasta el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA).

El tercer conviviente era un hombre de 42 años con una relación algo intrincada: era el exyerno de la mujer de 81 años y no tenía vínculo con la mujer golpeada. En verdad, Dora Martínez había sido esposa de su exsuegro. Las dos mujeres -ex y viuda del mismo hombre- vivían juntas y el ahora aprehendido las cuidaba en Mar del Plata. A pesar de explicarle a los policías el supuesto accidente de Martínez y de que no era un episodio aislado lo de los golpes por caídas e incluso autoinflingidos los efectivos notaron inconsistencias en su relato. Además, observaron que tenía marcas en sus brazos y había restos de sangre en el baño de la casa, como así también en prendas de vestir que habían sido puestas para lavar.

Paralelamente, los médicos del HIGA informaron que la mujer presentaba no solo heridas recientes de haber sido golpeada, sino que también tenía marcas de lesiones anteriores.