El 1 de noviembre el Ente Municipal de Vialidad y Alumbrado (Emvial) abrió después de más de un año el paso a nivel de Juncal y 9 de Julio, pero una semana después el cruce fue nuevamente clausurado, lo que sorprendió y generó malestar entre los vecinos de la zona.
Desde el Emvial explicaron que, tras la apertura, la unión transitoria de empresas Panedile-Tesur, que ejecuta la obra de adecuación de pasos a nivel urbanos a través de un proyecto de la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad de Estado (ADIF), comunicó que debía cerrarse por cuestiones de seguridad ferroviaria.
El presidente del ente, Pablo Simoni, aseguró a LA CAPITAL que en lo que respecta a la circulación automovilística estaban dadas todas las condiciones. “En lo que refiere al tránsito vehicular, nosotros damos garantías cien por ciento en cuanto al estado de los pavimentos. Pero sobre la vía no tenemos jurisdicción”, explicó.
Simoni incluso remarcó la rapidez con que su ente ejecutó la obra para dejar en condiciones el pavimento. “Esta obra fue cerrada en octubre del pasado año. Le dimos celeridad para poderla abrir y que los marplatenses pudieran circular. Llevar a cabo esa obra en tan poco tiempo no fue fácil. Por eso, para nosotros era primordial”, resaltó.
Destacó que, para llevar a cabo la obra, el Emvial debió trabajar en coordinación con Telefónica y con EDEA, propietarias de columnas y postes que debían correrse. También con algunos vecinos para que permitieran la adecuación de las veredas.
“Mientras realizábamos esta obra nos llegó el pedido de rotura para la calle Chile. Si nosotros hubiéramos previsto que 9 de Julio y Juncal se iba a cortar nuevamente, no hubiéramos dado ese permiso de corte. Porque ahora no solamente quedó cerrado Chile sino 9 de Julio y Juncal. Con lo cual, entre Champagnat y Jara, el único cruce ferroviario abierto es el de Teodoro Bronzini”, lamentó Simoni, y aceptó que no le parece “prolijo” lo que sucedió.
Tan es así que, antes de que se cortara nuevamente el paso a nivel, el municipio ofreció alternativas para que se mantuviera abierto. “Les ofrecimos inspectores de tránsito para que trabajen con los banderilleros que ellos tienen en los ensayos con locomotoras”, dijo Simoni.
El funcionario mencionó que el cierre obedeció a exigencias vinculadas a la seguridad ferroviaria, como la señalización horizontal y vertical y las barreras mecánicas y auditivas, cuya colocación está a cargo de la UTE adjudicataria de la adecuación del paso a nivel.
Estas idas y vueltas no pasaron desapercibidas entre los vecinos, que de la satisfacción por la apertura pasaron rápidamente al malestar por los inconvenientes en el tránsito que genera el cruce cerrado.