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Cultura 2 de febrero de 2025

Ian Morris: “Los imperios colapsan cuando su beneficio no compensa el costo de mantenerlos”

El historiador británico considera que una cuestión clave sobre las desapariciones de los imperios o su mantenimiento es la capacidad de afrontar nuevos desafíos.

Ian Morris. Foto: Stanford University.

Por Jose Oliva

El historiador británico Ian Morris traza una suerte de historia alternativa del Reino Unido en su último libro, ‘Geografía y destino‘, y al hilo de su planteamiento piensa que “los imperios colapsan cuando el beneficio que proporcionan no compensa el costo de mantenerlos”.

En una entrevista con EFE, Morris señala que “los imperios colapsan por razones muy diferentes, bien por la agresión de otro imperio, lo que le obligaría a recaudar más impuestos y eso lo acabaría arruinando, o en otros casos, porque se dan cuenta de que el mundo ha cambiado y ya no es válida la razón por la que construyeron ese imperio, como sería el caso británico justo después de la Segunda Guerra Mundial”.

Gran Bretaña y la India

Según el autor, Gran Bretaña no abandona India en 1947 ni por la acción de un ejército invasor, ni por una revolución, sino porque ven que “los beneficios que obtenían allí los pueden obtener de otros lugares y que los costes de mantener ese imperio británico no lo justifican”.

Si en 1945, Gran Bretaña seguía siendo la mayor potencia del mundo, en 1970, el imperio británico ya no existía prácticamente, más allá de algún pequeño territorio.

Las Islas Británicas, añade, son el ejemplo perfecto, pues eran “unas islas de tercer orden, lejos de los centros de innovación de China, de India, del Mediterráneo, de Oriente Medio, pero esa cierta marginalidad cambió en los últimos 500 años cuando se desarrolló una tecnología naval que permitió, por un lado, cruzar el norte del Atlántico y, por otro lado, mantener el control del Canal de la Mancha”.

La geografía es un factor capital, pero “no determina exactamente lo que hace la gente, que son los que tienen que decidir qué es lo que quieren hacer, cómo quieren interpretar la geografía y actuar en consecuencia”, dice Morris.

Dos modelos de imperio: Reino Unido y España

Historia y Geografía van en paralelo, añade, pues aunque Gran Bretaña no estaba destinada a convertirse en una gran potencia global, al final “depende de cada pueblo labrar su destino y el medio para lograrlo es la nueva tecnología naval de los galeones, algo muy parecido a lo que pasó con España, que construyó un imperio global mucho antes que los británicos”.

Sin embargo, España no consiguió “ni unificar Europa bajo su control ni el control del mundo como acabaron haciendo luego los británicos”, subraya Morris, quien argumenta que en el caso español no se produjeron ambas cosas por las divisiones internas y porque “su aristocracia y su casa real eran muy ricas y poderosas y reacias a los cambios, al contrario que la nobleza inglesa, que veía oportunidad de beneficios en las nuevas redes comerciales”.

También interviene su enfoque colonial diferente en el nuevo mundo, pues España, que obtuvo los territorios más ricos, como Perú o México, implanta una economía “básicamente extractiva” de oro y plata, mientras que el modelo británico de imperio “no consistía en extraer la riqueza de los granjeros de las trece colonias de Norteamérica, sino en recaudar impuestos de las mercancías que circulaban por el Atlántico”.

El poder de Estados Unidos

Todos los imperios, resume Morris, acaban en algún momento y lo mismo pasará con el dominio global de Estados Unidos, pero “la cuestión sobre el fin del imperio estadounidense no es si va a acabar, sino cuáles van a ser las circunstancias de su fin cuando llegue el momento”.

El historiador cree que, aunque muchas voces han anunciado desde los años 70 del siglo XX el inminente fin de ese imperio, está por ver si será superado por China en veinte o treinta años.

Al final, una cuestión clave sobre las desapariciones de los imperios o su mantenimiento es la capacidad de afrontar nuevos desafíos: “No pienso que el fin de Estados Unidos. esté cerca como imperio,(…) quizá le queden aún cien años más frente a su competidor China”.

Considera que, con los sorprendentes anuncios en relación al canal de Panamá, Groenlandia o Canadá, Donald Trump está “retomando una visión del mundo de otra época, del siglo XX, una visión afín a la del Brexit”.

A juicio del historiador, posiciones de fuerza como la mantenida por Benjamin Nentanyahu en los territorios palestinos, la de Putin en Ucrania o la posibilidad de que China recupere Taiwan por la fuerza “es una consecuencia de la retirada del poder de Estados Unidos del mundo”, que ahora tiene “una capacidad reducida respecto a la que tenía antes, cuando imponía la ‘pax americana'”.

EFE,