Hugo Varela llega el viernes con su “guitarra indomable”
Con nuevos instrumentos y el talento de siempre, el humorista Hugo Varela vuelve a Mar del Plata. Se presentará por única vez el viernes a las 21.30 en el Teatro Auditorium.
El viernes a las 21.30 se presentará Hugo Varela con su show “La Guitarra Indomable” en la sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium.
Con nuevos instrumentos, recorrerá todas sus exitosas creaciones a lo largo de todos estos años en un espectáculo donde demostrará su talento y complicidad con el público. El show es un recorrido por los personajes que describe en sus canciones, acompañándose armoniosamente con su guitarra o con algunos instrumentos musicales creados por él mismo. Sus composiciones muchas veces se basan en estilos del folklore, tango, y la música popular argentina.
“La Guitarra Indomable” es una oportunidad para repasar su extenso repertorio de canciones interpretadas con instrumentos delirantes, que van desde un plumero, una regadera, un ventilador de pie con cuerdas y la guitarra partida al medio.
En esta oportunidad el humorista, que también es un luthier extravagante, presenta nuevos instrumentos construidos por él y otros antiguos que acaba de reciclar. “El show tiene una estética sobria -dice- en mis espectáculos no hay parafernalias ni escenografías pomposas ni grupos de gente corriendo por el escenario. Mi estilo está vinculado con lo que estudié en la escuela de mimo: trato de tener una comunicación íntima y directa, de sacarle jugo a pequeños elementos, de lograr la comunicación y la participación del público a través de pocos elementos”.
Es que la participación del público es una de sus obsesiones: “Durante los noventa y la crisis del 2001 era muy difícil hacer participar al público…-afirma- Es un fenómeno que me interesa y que me hizo llegar a algunas conclusiones: en algunas provincias, en algunos lugares chicos, a la gente le cuesta participar por la mirada del otro; a los hombres les cuesta más participar que a las mujeres; y a los jóvenes les cuesta más que a los adultos. Los jóvenes, en general, están en una especie de autismo: pensalos con anteojos ahumados bailando solos o ni siquiera bailando. Son el resultado de una cultura vacía.
Alguna vez comparó la tarea del humorista con la de un pastor evangelista y él lo explica de esta manera: “Eso me lo hacía sentir la gente durante la última crisis. Uno es, en realidad, un operario. Pero, en tiempos de angustia, el público te agradece la risa como si se tratara de un milagro: te dicen ‘dios te bendiga’. Aunque soy incrédulo, agnóstico, antimístico, es evidente que algunos me toman como al pastor Giménez”.