Por Juan Salas

El año calendario se cerró y los 41 homicidios que se registraron en el partido de General Pueyrredon fueron, se puede decir, una cifra promedio. La investigación judicial de esa cuarentena de casos transitó por extremos como el desconcierto total o la resolución, con un juicio ya confirmado.

Siete casos aún no pudieron ser esclarecidos, además de otros cuatro crímenes en los que los principales sospechosos permanecen prófugos, incluso con recompensas millonarias con su nombre.

Los homicidios que aún no cuentan con imputados son los del músico Pablo Ojeda (13 de enero), el de la jubilada Teresa Jauregui (13 de febrero), Andrés Contreras (14 de junio), Rubén Monzón (23 de julio), Lucas Ordoñez (27 de julio), Pedro de Tomaso (10 de septiembre) y Jorge Martín Otero (16 de septiembre).

De estos crímenes, quizás el que está cubierto por el halo de misterio más denso es el de Pedro de Tomaso, el hombre cuyo cadáver sin cabeza ni manos fue hallado en un departamento de Corrientes al 1500. De Tomaso había alquilado ese departamento junto a su esposa, una mujer de 72 años que se encuentra desaparecida. El cuerpo del hombre fue encontrado por el personal de limpieza de una empresa, que la dueña del inmueble había mando cuando, supuestamente, el lugar ya estaba desocupado.

La muerte de Martín Otero (44) generó un sumario administrativo al personal policial de la comisaría 12° por no haber formado una causa para investigar la golpiza que la víctima recibió y que terminaría con su vida tras casi 14 días de agonizar en la terapia intensiva del Hospital Interzonal. Al no haberse iniciado la investigación, se perdieron los primeros y fundamentales días para intentar dar con los responsables del homicidio, que aún están sin identificar.

De estos crímenes sin resolver, tres habrían sido en ocasión de robo: el asesinato al músico Ojeda en plena temporada; el crimen de la jubilada Jauregui en su casa de La Perla y el de Monzón, a quien le pegaron una piedra en la cabeza mientras estaba dormido en la vereda de Puán al 1800 y le robaron la moto. No obstante, este último propone todavía un enigma para los investigadores.

Buscados por la Justicia 

Arriba: Urra Zapata y Vergara. Abajo: Cóppola, Juárez y Olmos.

El 12 de agosto Marcelo Acosta -un convicto con pulsera electrónica monitoreada- fue asesinado lejos de su domicilio y por el crimen ya se encuentra detenido Diego Armando Juárez. Sin embargo, para la fiscal Florencia Salas también tuvo participación su hermano, uno de los delincuentes más buscados en Mar del Plata en los últimos años: Martín Juárez, quien ya cumplió una condena por ser el líder de la banda que cometía asaltos a casas de familia.

El 31 de agosto Lucas Olivera (35) murió baleado en Juan B. Justo y Mariano Acosta y para la fiscal Romina Díaz hay prueba suficiente para identificar al homicida como Iñaki Olmos, por quien pesa un pedido de captura.

El 26 de septiembre se registró el crimen de mayor resonancia social, el del DJ Leandro “Lele” Gatti, quien fue asesinado en la puerta de Mr Jones mientras cargaba sus equipos de sonido. Si bien por el hecho ya hay dos personas detenidas (Fernando Romito y Luis Alberto Ytzcovich) la fiscal Andrea Gómez solicitó la captura de otros dos hombres: Eduardo Urra Zapata, acusado de ser quien manejaba el auto que dio apoyo a los motochorros y José Vergara, señalado de ser quien disparó y mató a la víctima.

Jonatan Costadura murió acribillado el 7 de agosto en un caso que puede ser considerado un error de la misma violencia que impera en la sociedad, ya que el ataque no iba dirigido a él. Por el homicidio fue detenido el 23 de diciembre en La Matanza Juan Nicanor Pereyra. Sin embargo, el otro acusado, Julián Cóppola continúa prófugo y la Justicia ofreció una recompensa de 2 millones de pesos por cualquier información útil para su captura.

Un policía muerto

El policía Diego Rozales (30) murió el domingo 16 de mayo a la madrugada en una casa del barrio Jardines de Stella Maris, donde había ingresado en plena persecución de un grupo de adolescentes que salían de una fiesta clandestina. En ese contexto, el efectivo y un compañero ingresaron a la vivienda, dispararon con una escopeta anti disturbios y en medio de ese caos el dueño del lugar, Amílcar Morán (69) se despertó, instintivamente tomó una pistola Luger 9 milímetros -sin registrar- que guardaba cargada y efectuó un único disparo que impactó en Rozales y lo mató.

Lo que sucedió alrededor de la trágica muerte de Rozales está prácticamente resuelto y el fiscal Alejandro Pellegrinelli podría pedir el sobreseimiento de Morán en los próximos días.

Pedidos de juicio

Joaquín Taborda (20) fue asesinado el domingo 3 de octubre a la madrugada en el barrio Juramento y por el crimen fue detenido Joel Escobedo (22), quien reconoció haberlo matado, pero aseguró que fue en defensa de su hermana. El fiscal Alejandro Pellegrinelli no tuvo más dudas en cuanto al hecho y resta ahora que se defina en un debate cuál será la pena para Escobedo, por lo que cerró la investigación y elevó la causa a juicio.

Gustavo Sensán (57) será juzgado en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 4 por el asesinato de María Florencia Ascaneo, a quien mató de un disparo el 4 de enero dentro de un comercio del paseo de compras de Sierra de los Padres “Las Cabras”.

Sensán está imputado por “homicidio calificado criminis causa y abuso sexual en grado de tentativa”. Según el fiscal Leandro Arévalo, el hombre mató a Ascaneo para evitar que lo denunciara ante la policía por un supuesto abuso sexual a una familiar de la mujer. Es por esto que la calificación es “homicidio criminis causa” y “abuso sexual en grado de tentativa”.

Se mataron entre sí en una pelea

Matías Liendo Medina (20) y Hernán Gómez (28) se mataron entre sí durante una pelea en el barrio Fray Luis Beltrán ocurrida el 7 de marzo a la mañana.  murió esta mañana en el Hospital Interzonal.

Gómez y Liendo Medina eran vecinos y tenían problemas de vieja data, hasta que el domingo 7 de marzo se trenzaron en una pelea final y fatal, que comenzó con una discusión que escaló rápidamente a golpes de puño y luego el uso de armas de fuego.

Gómez y Liendo Medina se efectuaron disparos: el primero falleció en el lugar, mientras que el segundo fue trasladado al HIGA en grave estado, con heridas de bala en la cabeza y pelvis y, tras 24 horas en terapia intensiva, murió.

La investigación del fiscal Alejandro Pellegrinelli cesó ya que ambos involucrados fallecieron.