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Opinión 7 de agosto de 2018

Homenaje a un amigo

por Gustavo A. Crego

Hace aproximadamente treinta años y por un amigo que era hijo político de él, tuve la suerte de conocer a este hombre, Fernando (García Navarro), don Fernando o Nando, como lo llegamos a llamar en la intimidad de su amistad.

Primero por una relación profesional y luego al compartir el mismo hobbie nos llevó a intimar y relacionarnos cada vez mas. Viajes, salidas y reuniones, hicieron que a través del tiempo y con amigos míos y amigos suyos, fuéramos compartiendo la vida de esos años, y tuve la suerte que me honrara con su amistad.

Este conocimiento de un hombre desde su faz privada y comercial, su faz social, como representante de la comunidad española, y su faz intima, definían a una misma y única persona donde la palabra empeñada, superaba cualquier otra obligación.

La familia, los amigos, el buen nombre, el respeto a los que pensaban u opinaban como él, tanto como a los que pensaban diferente, marcaban su hombría de bien y bonhomía.

Siempre atento a las necesidades de los demás y a acompañarlos en lo que pudiera y en los momentos que fueran; así sirvió también a la comunidad Española, a todos por igual; sirviendo siempre de nexo de unión entre las distintas colectividades.

Las vicisitudes de nuestro país, y las resoluciones de una empresa fundada por él y que presidía, pero que ya no manejaba hace varios años, hizo que sufriera innecesariamente los últimos años de su vida, en una de las cosas que mas valoraba, cual era el buen nombre y honor; el que a las claras de las personas que lo conocimos, nunca dudamos que esos valores estuvieran en juego.

Hay amistades de toda la vida, y por ser el comienzo de ellas, nuestra niñez; las otras, las que se construyen durante la vida, cuando somos adultos y tenemos muchos otros temas y complicaciones, son mas difíciles de hacer y de mantener; pero cuando uno ha tenido la suerte de conseguirlas y mantenerlas, las agradece y por supuesto las extraña. Sin tutearnos a través de tantos años, nos tratábamos con ese Ud. confianzudo; aún mas intimo que el tuteo. Oigo todavía ese trato cariñoso y castizo llamándome….Gustavitoooo….-

Gracias Don Fernando.-
SU AMIGO GUSTAVO