“Pina es mi estampita, mi religión”, confiesa la coreógrafa marplatense Gimena Torti Romairone sobre Pina Bausch, la directora y bailarina alemana fallecida en 2009 y considerada una transformadora de la danza contemporánea.

Inspirada en su figura y en sus obras, Torti ideó “Pina al sur del sur”. Se trata de un homenaje en el que podrán verse algunas de sus piezas más famosas: Café Müller, Kontacof, Como el musguito a la piedra, Valmont y Las estaciones.

Sin embargo, esas obras se recrearán este viernes (a partir de las 20.30) desde el escenario de la sala Astor Piazzolla, transformadas por el ojo artístico de la artista marplatense, creadora de la compañía de danza teatro Quantum.

“No son las obras originales, trabajé sobre los gestos de esas obras, son variaciones, tomé pantallazos para recrear” el lenguaje artístico con el que Pina sorprendió al mundo, observó Torti.

Además, el espectáculo “Pina al sur del sur” también incluirá fragmentos de un documental que Torti grabó recientemente. El material audiovisual recrea obras de Pina en diversos escenarios de Mar del Plata: desde la banquina de los pescadores en el Puerto local, pasó por Villa Victoria, por la Casa del Puente y el Teatro Auditorium mientras estuvo cerrado durante el confinamiento.

“Hicimos un documental en diversos espacios, para documentar la obra de Pina en el exterior de Mar del Plata. Se trata de un homenaje mundial”, agregó y señaló que en Latinoamérica el único tributo se realiza en esta ciudad. Ese material llegará a la fundación de Pina, que se encuentra en la ciudad alemana de Wuppertal, desde donde realizó toda su obra.

La función de este viernes contará con la participación de un elenco numeroso: veintiséis personas que se moverán dentro del género de la danza-teatro, ese cruce en el que se potencian las dos disciplinas y de la que Torti es abierta defensora.

Sobre el escenario de la sala Piazzolla se verá “una diversidad de cuerpos y de edades”. “Queremos mostrar que la danza es posible en todos los cuerpos, en todas las edades, desde un lugar de mucho respeto y compromiso”, agregó.
Así, los profesionales de la danza se mezclarán con aquellos participantes que vienen de otras formaciones. El elenco está integrado por personas de entre 24 y 64 años.

El espectáculo, que nació a partir de la profunda admiración por Bausch, empezó a gestarse en 2019. “Quedó interrumpido por la pandemia y ahora nos volvimos a encontrar”, contó la coreógrafa, quien reconoció que se enamoró de la obra de la alemana a sus 14 años, cuando una docente de la Escuela Municipal de Danzas difundió su coreografías en videos. “Cuando la vi dije ‘yo quiero hacer eso'”, recordó.

“Pina resignificó (el movimiento), dice que una caricia es danza, esa frase es la que trabajé, mucho más después de todo este contexto” de encierro y aislamiento que acabamos de vivir, indicó.