CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Cultura 29 de marzo de 2025

Hebe Games explora mundos poblados de animales y colores en dos libros infantiles

En "Che... bichos, bichitos" y "Che... colores", la autora invita a los pequeños lectores a sumergirse en historias sobre la solidaridad, el coraje, la curiosidad y la perseverancia.

Hebe Games, autora de "Che... bichitos" y "Che, colores".

Hebe H. Games invita a los pequeños lectores a sumergirse en dos libros bellamente ilustrados en mundos donde los animales y los colores son protagonistas.

En “Che… bichos, bichitos”, publicado en 2023, reúne relatos escritos en verso o “poemas cuenteros” que dan vida a una variada galería de animales. Desde una hormiguita que sueña con viajar a la luna hasta una caravana de animales de la selva que irrumpe en la ciudad, cada historia juega con lo fantástico y lo cotidiano. En un tiempo marcado por la inmediatez y la tecnología, el libro propone un espacio de encuentro para reflexionar sobre las emociones de sus personajes ante las pequeñas situaciones de la vida diaria.

En sus páginas aparecen también la soledad, la libertad, la solidaridad, el coraje, la curiosidad y la perseverancia, junto con la alegría del juego compartido.

La historia inicial presenta a Carmelina, una gallina que busca mantenerse cerca de sus pollitos y descubre que los cuentos pueden ser el puente perfecto. Y cierra con una celebración en el gallinero, donde la cumbia, el rock, el zapateo y la zamba marcan el ritmo de un final festivo y lleno de vida.

Las ilustraciones de Macarena Passaro acompañan los relatos, potenciando la experiencia de lectura tanto para los niños como para los adultos que los acompañan.

Chebichos

Por su parte, “Che… colores” explora un universo donde el arcoíris no solo tiñe las páginas, sino que sus colores se convierten en protagonistas de historias imaginativas. En estos cuentos, los niños crean mundos alternativos donde las reglas de la realidad se transforman: el cielo y la tierra se unen con la imaginación, las bicicletas sangran por diversión y las manos se convierten en pinceles. Los objetos, las personas y hasta los sabores cambian, lo que abre un abanico de posibilidades para jugar con la creatividad.

“Che… colores” también se destaca por sus ilustraciones, en este caso, de Emiliana Capriotti. “Creo que en ambos libros se nota la creatividad de las artistas al leer los cuentos”, comentó la autora a LA CAPITAL.

“Siempre me gustó mucho leer, escribir y relatar las vivencias de la infancia desde su propia mirada”, cuenta Games, quien reconoce que el deseo de escribir para niños se intensificó con el nacimiento de sus nietos. “Escribir es una forma de expresar sentimientos, de dejar testimonio de nuestras emociones. Para mí, también es una manera de acortar distancias, compartir reflexiones y jugar con los niños, repartiendo ternura y humanidad. Como Carmelina, la gallina del primer libro, escribir es una forma de crear y vivir, con el apoyo de mi familia y amigos que siempre sostienen mis sueños”, reflexiona.

Nacida en La Plata en 1949 y radicada en Mar del Plata, Hebe H. Games encontró en la escritura un refugio personal mientras trabajaba en el ámbito judicial. Con estos dos libros, capta el espíritu lúdico y profundo de la infancia, llevando a los niños a un mundo de imaginación.

checolores

Dos textos de Hebe Games

La autora comparte con los lectores de LA CAPITAL un texto de cada libro: “Che… colorados” y “Viaje a la luna”:

Che… colorados

Un día, Damiana despertó y descubrió que en su mundo no había colores. Ni en la casa, ni en el jardín, ni en las personas, ni en su ropa. Todas las cosas lucían iguales y ellas solo se diferenciaban por su forma.

Dispuesta a descubrir ese misterio, comenzó a evocar los colores ausentes mirando y tomando entre sus manos uno a uno los objetos antes coloridos de su alrededor. Tomó una manzana, algunos tomates y unas frutillas, recordó su intenso color, y así libros y vestidos mágicamente se tiñeron de rojo sangre, carmesí, rubí o rojo fuego, carmín, escarlata o granate.

Después, pudo ver por la ventana que los árboles habían adquirido infinitos tonos de verde y que el cielo se había vuelto azul celeste al acordarse de la mirada azulada con destellos verdosos de sus abuelos. Luego, buscó una naranja y una mandarina, y las margaritas de su ventana se contagiaron sus colores. Con unas gotas de limón descubrió el amarillo rabioso como el maíz o dorado como los cabellos de sus hijos, y encontró un sol en su bufanda y también un poco más de su calor. Se sirvió unas galletas con dulce de leche y luego de beber un café, empezó a ver la tierra y los troncos de los árboles. Cuando se le quemaron las tostadas, en ellas reconoció las sombras y la noche de color azabache, ébano, tan negra como el carbón o el pelaje brilloso de su mascota Olivia.

Entonces, entusiasmada con esa experiencia, salió volando con su bici azul, su cartera naranja y su máquina de fotos por toda la ciudad a registrar un sinfín de matices y colores. Tantos fotografió que logró armar un universo propio con ellos y hoy esos colores aún tienen nombre y ella, cantando unas palabras mágicas, es la única que los puede descubrir.

Viaje a la luna

Simoneta y Gasparito,
dos hormigas muy compinches,
todos los días y todo el día
desde temprano iban y venían.
Salían livianitas y volvías cargadas,
siempre en filita, una tras otra.
Un día decidieron cambiar de rumbo
y hacer algo diferente y fantástico:
acordaron emprender juntas
¡un viaje interestelar!
Ambas soñaban con conocer
el centro de la galaxia,
ver nuevos paisajes
y en otro planeta vivir.
Deseaban, también, trabajar menos
y tener más tiempo para pensar y jugar.
Cargando una pequeña mochila
despacito, en silencio
y a paso lento (pero seguro)
una al lado de la otra, se marcharon.
Sus compañeras salieron a despedir
a las dos hormigas coloradas
que por la emoción estaban nerviosas
y más rojas que nunca.
Creo que sabían
que se necesita un cohete
para semejante travesía.
Después de mucho andar
cruzando desiertos, valles y poblados,
enfrentando tormentas y huracanes,
esquivando pisotones,
desafiando el vértigo subieron
a una gran montaña y debajo de unas rocas
buscaron calor y resguardo.
Creyendo que a la luna, al fin, habían llegado
construyeron su soñado paraíso
por siempre allí se instalaron.


Los libros están a la venta en las librerías Fray Mocho, Libros de la Arena, El Gran Pez y Fervor de Mar del Plata, así como en La Plata y City Bell. También pueden adquirirse a través del Instagram @chebichitos.