por Gerardo Gómez Muñoz

Desde la conducción nacional hubo actitudes claras, distantes de la búsqueda de culpables que quiera o no inauguró el gobernador Axel Kicillof cuando el domingo 10, hablando a los cuatro vientos de la prensa, le endilgó al intendente Guillermo Montenegro alguna culpabilidad en presuntos excesos de la prueba marplatense aliviadora de la cuarentena. Los más cándidos creen que tuvo razón y que no fue injusto con un puntual y bien intencionado socio en la pelea contra el feroz enemigo. Si creen que todo fue fruto de las circunstancias, empiecen a tomar nota con lo sucedido a Horacio Rodríguez Larreta, figura trascendente del trío completado y dirigido por nada menos que el presidente Alberto Fernández.

La vicepresidenta Cristina KIrchner eligió para esas horas enfrentar a la justicia macrista encarnada por el fiscal Juan Bautista Mahiques, amparado en el gobierno CABA, a cuyo jefe mencionó expresamente la conductora del kirchnerismo. Luego vendrían personajes de segundo nivel, como es el escenario actual del PJ bonaerense presidido por Gustavo Menéndez, intendente de Merlo, y del anterior, Fernando Gray, de Esteban Echeverría, y otros dos o tres más, donde estaba para representar a la “orga histórica”, Mayra Mendoza, de Quilmes.

Cuando parecía que el “el borde propio de la grieta” se comenzaba a armar, el número dos o tres del escenario del oficialismo, Máximo Kirchner, cerró su importante mensaje en la sesión de la Cámara de Diputados, exhortando a Rodríguez Larreta a no claudicar en sus esfuerzos de lucha en unidad contra la pandemia y que contaba con el apoyo del Frente de Todos. Cristina no volvió a hablar del tema y Fernández recibió simultáneamente al jefe de gobierno de CABA junto a su segundo. Dicen que con aires más delicados de los que, peligrosamente, viene cultivando Kicillof, también tuvo mensajes. Por las dudas el jefe virtual de “La Cámpora” y nuevo ministro de Desarrollo Comunitario, Andrés “Cuervo” Larroque, salió a decir que el eje es la lucha contra el virus y dar comida a la gente.

El ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, abre la boca, se distrae y atrasa: este fin de semana apareció denunciando que la CABA es la que facilita la contaminación hacia la provincia, del mortal virus de Buenos Aires. Ayer lo desayunaron y dando lástima tuvo que declarar públicamente y transpirando que la provincia trabaja en unidad, con la Nación y el gobierno de CABA para ganar la batalla contra la pandemia.

Como para que no quepan dudas, después Larroque puntualizó que no existen problemas y se trabaja en unidad y con el eje en el vencimiento de la peste y del hambre.

No habría descuentos

No suele haber concejales ni aspirantes a serlo que basen su campaña en propuesta vinculada con una política de reducción del presupuesto municipal. También a la prensa se podría incluir en la lista de los que no baten el parche alentando sobre la gravedad del tema.

Ahora cuando invade la versión de que se podría disponer un descuento del 10 por ciento en los salarios, el sindicato con toda propiedad y en salvaguarda de su propia misión, levanta la voz. Una recorrida en los muy reservados pasillos oficialistas se encuentra con la sorpresa de que no hay sino como extrema posibilidad alguna intención de apelar al mentado descuento. Hasta por ahí se bosqueja alguna otra posibilidad que puede basarse en contención de gastos, servicios, alquileres, etcétera.

Decía funcionario muy cercano a la conducción que “Montenegro y todo el equipo sabía en qué condiciones dejaba el gobierno municipal Carlos Arroyo”. Precisamente LA CAPITAL se refería, en estos días, al desfile interminable ante los tribunales que le espera al intendente de calamitosa e indecente gestión. Capítulo que no se habría iniciado, solamente por la circunstancia de la cuarentena. Aseguran que hay cuestiones merecedoras de reparación monetaria de parte de quien alardeaba de su virtud, porque se arreglaba con modesta jubilación y en realidad, su recibo mensual llegaba casi a medio millón de pesos.

Casi en el criollo de que “calavera no chilla”, en las confesiones de los nuevos funcionarios “sabíamos que no hay presupuesto que pueda soportar que, a través de sueldos y el contrato del servicio de recolección de la basura se vaya el 80 por cierto o muy poco menos del ingreso”.

Con todas las de la ley, orden, disciplina y esfuerzo, Montenegro, sus equipos, fuerzas de seguridad y buena voluntad de la comunidad se cumple con la cuarentena.

También este diario reflejó, hace unos días, cifras arrojadas por el equipo de José Luis Zerillo. Más del 80 por ciento de los más de cinco mil quinientos consultados expresa su apoyo a los mandatos de la cuarentena y de las políticas oficiales en atención a la lucha contra la pandemia. La cantidad que se expresa a favor suma más que el eventual voto conjunto de Montenegro y Fernanda Raverta.

Hoy en La Plata

Hoy habrá una reunión del bloque opositor o más preciso del presidente de la bancada de Juntos para el Cambio, el marplatense Maxi Abad. Tal vez entre los temas previstos se encontraría la provisión de alimentos para los requerimientos crecientes en diversos sectores de la ciudad.

Abad podría dar constancia de la calidad y cuantía del trabajo de diversas organizaciones oficiales y sobre todo sociales, barriales, ong, la Iglesia Católica y de otras creencias que se multiplican, a la vez de multiplicar los víveres insuficientes para cubrir todas necesidades.

A lo mejor el líder radical tenga previsto también interceder para que aceleren las respuestas acerca de las propuestas de protocolos que no han sido respondidos aún. Sería un golazo para el gobernador, por momentos un zaguero de planchazo a la canilla que de chanfle al ángulo, por ejemplo, atender al importante gremio gastronómico. Un ramo que abarca, restaurantes, bares, confiterías, etc., de singular importancia en lo económico y laboral y que el viernes va a salir a la calle para pedir ese derecho para gran cantidad de laburantes.