En su 21º cobertura del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el periodista Paraná Sendrós (Ambito Financiero) opinó que la actual edición del único certamen clase A de Latinoamérica cuenta con “menos películas, menos invitados, menos organización y poca difusión de las actividades realizadas” y consideró que “hay poco compromiso de la Municipalidad local. Este año ni la Guardia del Mar quedó, como tampoco hay carteles“.

Acompañado por su tradicional mate, sin perder la pausa en el hablar a pesar de la vorágine que le reclama el “despacho” cotidiano para el medio en el que escribe, el redactor especializado describió que en el 32º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata “se redujo la cantidad de películas que, la verdad, eran una exageración. Querían competir con el Bafici. Hay menos invitados y menos becados, ya no hay bullicio de los chicos, y también tienen una mala difusión de las pocas cosas que se hacen“.

A su entender, después de haber hecho la cobertura periodística de festivales cinematográficos alrededor del mundo, el certamen local es “como si fuese clase A. Los festivales clase A muestran exclusividades, deleites, novedades. Acá hay muchas películas que ya participaron de otros festivales de menor categoría”.

Más participación

El redactor también consideró que “no hay participación de la ciudad, hay poco compromiso de la municipalidad local. Este año ni la Guardia del Mar quedó, como tampoco hay carteles” y explicó que “los festivales clase A se basan en tres patas: la municipalidad de la sede, los grandes negocios y empresas de la ciudad y el Estado provincial y nacional. Pero acá no hay participación de la ciudad, incluso hay muchos voluntarios que fueron traídos desde Buenos Aires. Eso deja afuera a los de la ciudad”.

Su llegada a Mar del Plata estuvo motivada por la presencia de Claude Lelouch, a quien “hace 50 años que quiero conocerlo y me comunicaron a principio de mes que venía”. Entonces no dudó en armar la valija y viajar, aún sin alojamiento disponible.

Así fue que cuando el director francés dejó plasmadas sus manos en la “Vereda de las Estrellas” del Hermitage “me encontré con don Florencio (Aldrey) y me invitó, me dijo que esta era mi casa”.

Sendrós, una de las plumas más reconocidas de la crítica cinematográfica del ámbito nacional, sostuvo que a la 32º edición del festival “no le dieron el lustre que prometieron darle y las cosas que hacen no las difunden. Nunca se sabe si será el último, pero están haciendo todo lo posible para cumplir y punto”.