Al menos dos armas calibre 9 milímetros habrían sido utilizadas en el ataque perpetrado contra el prófugo Iván Becerra en una casa del barrio Sagastizabal y durante el que resultaron herida su pareja y la hija de ésta de solo 9 años.

Personal de Policía Científica analiza por estas horas las 10 vainas encontradas junto a una de las ventanas de la vivienda de Daprotis al 4100, desde donde abrieron fuego a través de una persiana plástica. Se sospecha que fueron dos los hombres, cada uno con una pistola calibre 9 milímetros, que abrieron fuego.

Conforme avanza la investigación hay más certezas de que la agresión a tiros estaba dirigida a Becerra, quien desde octubre último se hallaba prófugo de la justicia tras evadirse del penal de Viedma.

El ataque se produjo en horas de la madrugada del martes mientras en el interior de la casa dormían Alicia Mambreani (33) y su hija Corina (9). También es factible -dentro de la hipótesis investigativa- que con ellas estuviera Becerar, indicaron las fuentes consultadas.

En esas circunstancias más de diez disparos atravesaron la persiana plástica y no rompieron los vidrios ya que la ventana estaba abierta en esos momentos. Los proyectiles tuvieron distintos trayectos: algunos dieron contra las paredes, otros contra el piso y tres de ellos impactaron en la mujer y su hija.

Los forenses se llevaron del lugar muestras de sangre -la casa tenía gran cantidad de goteo y manchas- para analizar y el principal objetivo es detectar algún patrón genético masculino. Eso ratificaría lo dicho por Mambreani en una de sus tantas versiones: que su pareja Becerra estaba alí.

El relato de Mambreani es considerado dudoso después de que mintiera en un comienzo y afirmara que el ataque había sido mientras con su hija caminaba por Beltrán y la costa rumbo a la playa.

Sin embargo, la principal línea de trabajo de los investigadores es en torno al ajuste de cuentas contra Becerra.

Iván Becerra podría haber estado en Mar del Plata por varias razones pero, principalmente, porque días atrás se produjo la captura de Lucas Ezequiel Giménez Pazos, otro de los evadidos de Viedma en el mes de octubre.
De acuerdo a datos recogidos por LA CAPITAL, Pazos fue interceptado a bordo de un Chevrolet Cruze en Miramar y aunque en el momento de la detención estaba solo tareas de inteligencia lo colocan en “yunta” con Becerra.

Por otra parte, se supo que la mujer Mambreani fue puesta a disposición de la Justicia de Río Negro tras su detención en el Hospital Materno Infantil  y se estima que en las próximas horas será trasladada a aquella provincia. La mujer quedó acusada de haber colaborado en la fuga, la que se registró en horas de la noche cuando Becerra, Pazos y Fernando Busto limaron barrotes, cortaron un alambrado y huyeron en el vehículo Chevrolet Cruze.

El fiscal Castro imputó por falso testimonio a una mujer amiga de Mambreani al comprobarse que también había mentido en la primera versión de los hechos.