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Opinión 12 de julio de 2016

¿Habrá vocación y agallas para ser distinto?

por Gerardo Gómez Muñoz

Se puede colegir que Carlos Arroyo logró un gran porcentaje de los votos que le permitieron ser elegido intendente de Mar del Plata porque daba la imagen de alguien distinto en el escenario político y amenazaba con hacer cosas, en materia de gobierno, a las que nadie se atrevería. Al cabo de estos siete meses de tribulaciones, tanto en Luro e Yrigoyen como en cualquier barrio que a uno se le antoje recorrer y hurgar, poco y nada de aquellas plausibles promesas se plasmaron.

En la semana comenzó a susurrarse en cafés y pasillos que frecuenta gente que se da por conocedora, una o dos intenciones del intendente que sonaban como espectaculares. El Diario de la Ciudad no esperó para poner en el tapete la cuestión o dos en realidad. Una decía que el intendente estaba analizando aplicar un descuento a los muy -en casos exageradamente- altos sueldos de los funcionarios políticos comenzando por el propio que gana -166 mil pesos- es decir más que la gobernadora de la provincia. La otra adelantaba que se estaría estudiando la posibilidad de jubilar a unos 300 trabajadores excedidos en la edad del retiro. En un caso se trata de una medida que ayudaría temporariamente a un leve aporte al déficit que impide servicios vitales e indispensables para los vecinos. A los que la inmensa mayoría -son más de 100- la política los bendijo con salarios con los que ni podrían soñar en la actividad privada. En el sector de los que exceden la edad tope del servicio activo se desliza por ahí que hay muchos más que los 300 mencionados.

Obviamente, en el primer rubro se trataría de una decisión que exigiría la aceptación previa de los afectados y en el otro se habla de una medida posible desde lo reglamentaria. El fondo de la cuestión no está en ese campo sino en la aceptación que la situación de las finanzas municipales mete miedo y requiere urgentes decisiones heroicas. Pero la mezquina condición humana casi capciosamente se instaló en la respuesta periodística que el secretario de Gobierno Alejandro Vicente dio. Pretendió que sea una contestación ingeniosa y no fue más que un intento de sacarle la cola a la jeringa.

“Mire, este, este…, nosotros colaboramos y podemos demorar unos diez días hasta que cobre el personal y se reúna más dinero hasta pagarnos a nosotros”…, una delicadeza de salón, del salón de la corporación política.

¿Ahí muere la versión?

Es posible que las posibilidades de que Arroyo, tan racionales esta vez, no puedan avanzar pese a que respondan a la necesidad acuciante de una administración a la que sin recurrir a recursos extremos no se le encontrará salida.La inmensa mayoría de los funcionarios ubicados en esta categoría están en sus mullidos y exageradamente dotados sillones por razones de militancia o encuadre partidario y esta eventual decisión del gobierno municipal sería de una ejemplaridad sin precedentes y de singular peso político, a la vez que un servicio invalorable para el pueblo, al que los dirigentes juran y rejuran querer servir. No parece casual que el secretario hablase sólo de una supuesta actitud destacable como la de admitir retrasos en los pagos, pero lejana de la admisión de un descuento salarial, como si ya hubiese decisión tomada de no aceptar gestos de tanta grandeza como sería el aporte temporario y muy medido de sus respetables y sagrados emolumentos.

Entre esta modosa actitud de los funcionarios políticos dista mucho, diría el infatigable “fighter” buscador de peleas, Gustavo Blanco, que descalifica a los trabajadores municipales que no toleran un atraso de más de 20 días en el pago de sus medio aguinaldos.

Vicente había sido un modesto y casi mudo subsecretario bajo la férula de Oscar Pagni en la Secretaría de Gobierno. Ahora aparece como un vocero confrontativo con la prensa, el Sindicato de Trabajadores Municipales y en otros temas como éste que se aborda. Es como si actuara de agente doble debido a su cercanía con el influyente Mauricio Loira, su ex socio en el estudio y yerno del jefe comunal a la vez perteneciente al riñón del Ruso Katz e indispensable animador -debido a sus festivos chismes de las entretelas del entorno municipal- en las tenidas gastronómicas quincenales. En éstas participa casi sin excepción todo el elenco y algo más del tiempo triunfante de Daniel que no deja de alentar un sordo “queremos volver, volver”. Que este jure y recontra jure que no están armando equipos de recambio es para consumidores módicos.

Y en estos días como lo hace disciplinada y periódicamente -el Ruso- se enojó con el periodismo con el pretexto de sentar cátedra en un tema como el del status de OSSE. Pero este asunto, en realidad por otro carril, parecería encerrar solapada intención de hacerla descarrilar valga el juego palabras, con la introducción allí de un cachafaz político que con sospechable generosidad aportó una 4X4 como fianza para la libertad de Emiliano Giri.

¿Y los 300 jubilados?

En ésta, más allá de ser una cuestión pasible de negociaciones y entendimientos con el sindicato, a lo mejor no haya contradicciones legales y apuntaría muy positivamente a un talón de Aquiles de la administración municipal. Acaso, no se escucha en campaña electoral, a todos los partidos menos al que en la ocasión gobierne, que la comuna es racionalmente ingobernable con la plantilla que nunca revela cantidad real de integrantes.

Hace poco algún funcionario de muchas ínfulas tantas como los desaguisados cometió en el área que vino ordenar decía que mucho más de la mitad del presupuesto se destinaba sólo a pagar sueldos. No es un tema menor éste de ahorrar y con la ley en la mano, es decir sin atentar contra nadie. Y hay conocedores que aseguran la existencia de muchos de más de 300 agentes en condiciones del retiro, sin afectar derechos ni servicios.

Pero por otra parte, si Arroyo conserva todos sus ideales de campaña y de prédica política, tampoco tendría que olvidar su promesa de ser un intendente distinto si apela a ese centenar y pico de funcionarios, exagerados no sólo en cantidad sino en pagas dadivosas y a sus fibras patrióticas en medio de las tribulaciones de sus votantes… Es sólo transitorio el esfuerzo, a cambio de cuatro años, por lo menos, de bonanza particular y familiar.

Como rata al queso

Un extraño run-run que en verdad no es nuevo se intensificó en las últimas semanas vinculado con OSSE, faro de atracción para muchas patrullas perdidas de la política y de ratas atraídas por el queso. En un principio creían desde la UCR que un peronista tan notorio como Mario Dell’Olio debía ceder el lugar a algún heredero no hermano como se podría creer sino hijo.

La presión rebotó contra la firmeza de Arroyo que lo ha calificado como uno de sus mejores colaboradores. Después apareció el gran Emiliano con su pingo favorito, Diego Garciarena. Lo vareó como en la Rural por diversos sitios y stud. Pero en todos le tiraron duraznillos y garrapatas. El hombre aportó la urgente 4X4 para salir de la cárcel y merecía recompensa y qué mejor: OSSE con su autarquía, su caja bien dotada y mejor cuidada por Mario y su calificado equipo de técnicos, profesiones, administradores y obreros de experiencia y capacidad. El dúo comenzó a aparecer seguido por el despacho principal de la comuna y hasta se creyó que lo convencieron y acostaron al jefe, pero no fue así. Para colmo en estos días el funcionario nacional capo del área se deshizo en alabanzas al presidente del organismo y al funcionamiento y obras de OSSE en presencia de Arroyo.

Desconfiados como exigía Lincoln algunos periodistas comentaban intrigados una reunión que en rincón de confitería céntrica y con poca visibilidad el merodeador balcarceño departía nada menos con el influyente secretario Mauricio Loira -querido yerno- y con una vara alta de la UCR que porta globo junto a Sanz. Hay quienes se precian de leer los labios que aseguran por lo fácil que es la “o” que se hablaba mucho de OSSE. Eso no es nada, al día siguiente, Dieguito que también se cree que lleva la “10” se arrinconaba discreta y misteriosamente con Guillermo primero en un coqueto café de Yrigoyen y la costa. No hubo lectores de labios, pero había un aire tanguero antigüo, el lugar “donde van los que tienen perdida la fe”….

Además el violín mayor dicen que anda por las Europas o vaya a saberse. Porque hace pocas semanas anduvo por pasillos oficiales de la provincia acompañando a directivos de Peñarol y Quilmes en la búsqueda de esponsoreo oficial para ambas escuadras marplatenses. Algunos volvieron asombrados de su paso y entrada triunfal sin amansadoras por la Lotería y algunas otras dependencias donde abunda la “teca”. Pero todavía no hay ni cheques ni noticias, aunque no cesan los comentarios sobre el paso firme, los movimientos fáciles y el temple de triunfador del Emiliano… Parecía el Diego dijo uno, todavía embelesado, pero sin la plata.

Cafés exitosos

Y todos de la misma firma, pero éste fue el de la calle Güemes, “no fui al Paseo Aldrey porque tenía miedo de encontrarme con periodistas que me den la cana”, explicó compungido Lucas Fiorini cuando fue sorprendido con el diputado nacional Facundo Moyano. Luego, exultante, mientras Facundo aprovechaba para retirarse refirió que había sido convocado para conversar de política y que fue felicitado por la militancia y por el despliegue en los temas de la gente como en la campaña contra el tarifazo, el contacto con los barrios, etc. En conclusión Moyano se comprometió a actuar juntos, que va brindar apoyo y que, próximamente, se organizaría una disertación de Aldo Pignanelli para interesar al sector empresarios sobre temas de la actualidad económica.

Adela ya fue

La “referente” del FpV-PJ y conductora del Movimiento Evita, sin decir “agua va”, se fue del espacio que coliderada -es un eufemismo- con Carlos Cheppi, Juan Manuel Cheppi y con Daniel Rodríguez que sin decirlo entendió como viejo peronista que eso era una entelequia…, ni trío, ni conducción y menos militancia. Adela Segarra apareció hace unos días presidiendo con Emilio Pérsico la mesa del Evita donde se avisaba que “eran el post-kirchnerismo”, mientras Pérsico daba un paso más hacia la revolución explicando que había que acercarse a Massa. Aquí nadie hace ni dice nada como perro que, lo están engañando…

Pablo Vacante y Cheppi están en retiro espiritual con el cartelito en inglés “no dist… bueno…, no joder”. Las risotadas de Juan Manuel Rapacioli se oyen desde la sierra y por momentos caen en profunda meditación con el dilema “vamos y ocupamos antes que éstos pongan bandera de remate o esperamos que autoricen las elecciones internas”… El “ser o no ser” de su admirado dramaturgo también le golpea…