Había un féretro en la tumba del niño mutilado
Dos sepultureros excavaron en la tumba donde fue enterrado el féretro con el cuerpo del niño que luego apareció a la vera de la ruta 11. Al hacerlo, allí en el cementerio de Comandante Nicanor Otamendi, encontraron un féretro. Será abierto por la Policía Científica.
Foto Hernán Espinosa, corresponsal LA CAPITAL
Un féretro cuyo contenido es un misterio estaba sepultado en la tumba del cementerio de Otamendi donde debió estar el cuerpo del niño atragantado en el paraje El Boquerón y que luego apareció a la vera de la ruta 11 sin órganos y mutilado.
Ahora personal de Policía Científica, bajo el aval de la fiscal Ana Caro, procederá a trasladarlo hasta otro sector del cementerio para determinar qué es lo que hay en su interior.
La exhumación de la tumba fue ordenada por la Justicia tras comprobarse que el cadáver mutilado pertenecía al pequeño Matías Valentino Fernández (2). Sus familiares, lo habían enterrado en ese sitio del cementerio otamendino.
La gran labor investigativa de la fiscal Caro y de la sub DDI Miramar logró determinar que el cuerpo mutilado y descubierto el lunes 16 en el camino que une Miramar con Mar del Sud pertenecía al pequeño que el 10 del mismo mes murió atragantado en una quinta de El Boquerón.
El cuerpo presentaba ausencia total de órganos y mutilaciones. Posteriormente se determinó que había pasado ya por una sala de autopsia pero que la mayoría de los cortes y ablaciones no eran parte del procedimiento forense.
Los padres del niño, de origen boliviano, realizaron la ceremonia del velatorio en la misma quinta del kilómetro 23 de la ruta 88 y luego lo enterraron en el cementerio de Otamendi.
Las ofrendas sobre la tumba confirman que el acto del sepelio se consumó.
Todo indica que el cuerpo fue sustraído en el mismo cementerio y que posteriormente fue profanado por motivos desconocidos.