El intendente de Lanús, Néstor Grindetti (PRO), cumplió con la máxima no escrita para cualquier dirigente con aspiraciones electorales: visitar Mar del Plata en pleno enero. Con la mira puesta en la gobernación, promueve la autonomía municipal y la descentralización. También cuestiona a Axel Kicillof, con el que está “en las antípodas ideológicas”, según se encarga de remarcar.

Camina la provincia predicando en favor de Patricia Bullrich, pero no puede dejar de lado su historia con Mauricio Macri y, en diálogo con LA CAPITAL, no duda en afirmar que el ex presidente está para un “segundo tiempo”. Hasta considera que deberían terminarse las internas en su espacio político si toma la decisión de volver a postularse.

–¿Cuál es su propuesta sobre descentralización y autonomía municipal?

–La provincia es muy vasta, muy diversa. Geográfica, social y económicamente. Es muy difícil ejecutar políticas desde una centralidad como La Plata. No es lo mismo Carmen de Patagones, Tornquist, Mar del Plata o Lanús. Son todas muy distintas. Entonces, que la Provincia determine las políticas de salud, educación y seguridad, pero que la ejecución de esas políticas la hagan los intendentes. Hay algunas cosas que hoy funcionan así, aunque no estén formalizadas. El Fondo Educativo fluye desde el Gobierno nacional hacia los municipios; nosotros tenemos 200 establecimientos en Lanús y 150 ya los arreglamos, los ampliamos… Es mucho más efectivo porque estamos en el territorio. Lo mismo que con la Policía Local. Si dependiera del intendente, podría ser mucho más efectiva. Lo mismo con la salud.

–La de la autonomía parece una propuesta eterna. El gobierno de Vidal tampoco la implementó.

–Empezó a ir (en ese sentido), pero evidentemente la cosa no caminó. La Policía, por ejemplo, no llegó a depender del intendente. Yo lo llegué a discutir con Vidal porque todavía tenemos algunas diferencias internas en eso. Pero había una mesa de análisis de mapa del delito. Estaban las fuerzas federales, provinciales y municipales, y nosotros teníamos cierto ascendiente sobre la Policía Local. Era como un poquito de descentralización. En Educación ya de hecho hay descentralización. En Salud, con María Eugenia hicimos la Red AMBA, que en el caso de Lanús son 17 salas totalmente nuevas que hacen atención primaria y prevención, más el SAME. Esa también es una protodescentralización. Mi idea es que el municipio trabaje sobre eso con un hospital municipal de primer nivel que atienda la complejidad que este sistema de prevención le deriva, pero después a los hospitales de segundo nivel provinciales vayan las derivaciones para las cosas realmente más complicadas.

–Suele poner como ejemplo a Mar del Plata. ¿Por qué?

–Creo que es un ejemplo en un montón de cosas que Guillermo Montenegro ha manejado muy bien. Puedo no ser demasiado objetivo porque es un amigo. Para mí es increíble, conociendo la historia de Mar del Plata, que esté logrando que Mar del Plata sea superavitaria, es decir que no tenga esa dependencia del gobierno provincial. Con lo cual en Mar del Plata, con ese objetivo logrado, se podrían empezar a descentralizar muchas cosas por el volumen y la idiosincrasia que tiene la ciudad.

–¿También debería rediscutirse la coparticipación?

–Totalmente. Una cosa trae aparejada la otra. Primero, el CUD, que es el coeficiente de distribución por municipios, está totalmente desactualizado. No sirve, está mal, hay que hacerlo de nuevo. Y estos cambios que yo propongo obviamente traen aparejadas modificaciones. Si pido que me permitan manejar la Policía Local, hay que determinar la cantidad de policías, el salario de esos policías; eso se lo pasamos al municipio y a partir de ahí, si como municipio decidimos tener más policías, obviamente lo tendríamos que bancar nosotros. Pero sí, obviamente hay que trabajar en una suerte de reformulación de la coparticipación provincial. Y como Provincia tenemos que ir a discutir la nacional. Porque viene perjudicada desde hace rato. Ahora se hizo este parche de fondos discrecionales que recibe la Provincia, que los distribuye también discrecionalmente y hay una gran injusticia. Todo eso hay que darlo vuelta como una media.

–¿Cómo tomó el fallo de la Corte Suprema sobre la coparticipación?

–Por un lado, no hay ninguna duda de que la Provincia tiene que ir a reclamar más fondos, porque genera más de lo que recibe. No por eso se lo tenemos que ir a sacar a la Ciudad, a Formosa o al Chaco. Todas las provincias juntas tendríamos que estar reclamando por las provincias, y a partir de ahí hacer la redistribución. Porque, si no, hay una gran injusticia. La Provincia aporta como si fuera una provincia rica a provincias que parecería que son inviables estructuralmente, con gobernadores que aparecen como buenos porque a sus coterráneos no les aumentan los impuestos. Pero los está bancando la Provincia de Buenos Aires. Entonces, a esas provincias hay que ponerles un plazo para ordenarse, para que bajen el gasto, aumenten los ingresos y hagan lo que tengan que hacer, mientras que a la Provincia de Buenos Aires hay que darle lo que merece.

–¿Cómo ve la gestión de Kicillof?

–Estamos en las antípodas ideológicas sobre la concepción del Estado. Además, veo dos etapas. La primera fue hasta la llegada de Martín Insaurralde, Juan Pablo de Jesús… hasta ese momento la gestión era muy mala, estaba todo trabado e intrincado para los municipios. Cuando llegan los muchachos que son intendentes y entienden dónde nos aprieta el zapato, ellos se preocupan por agilizar algunos trámites. No hay solución de fondo, porque las leyes, resoluciones, decretos son todos los mismos. Sí hay un esfuerzo personal de ellos que, como colegas, entienden que las cosas llegan a un gran nivel de crisis. Por ejemplo, por la Red AMBA la Provincia dejó de pagarnos en el mismo momento en que Axel asumió. Negociamos rescindir el contrato. Nos quedaron debiendo $ 200 millones. Recién este año me lo están pagando. Realmente es muy difícil manejar fianzas en esas condiciones, así que yo lo defino como una mala praxis administrativa y una diferencia muy profunda desde lo ideológico.

–En el gobierno provincial aseguran que hay un reparto equitativo de los recursos. ¿Está de acuerdo?

–Hay dos andariveles. Uno, el de la coparticipación, que es automático. Ahí no pueden hacer diferencias. La otra, es obvio, invito a mi zona: Quilmes, Avellaneda, Lamas de Zamora y Lanús. Basta caminar por la calle para darse cuenta dónde se hacen cosas con fondos provinciales discrecionales. Hay cosas que en Lanús no podemos hacer a pesar de que el municipio es superavitario.

–¿Que haya tantos aspirantes a gobernador es un activo o un problema para Juntos por el Cambio?

–Yo creo que es un activo. Siempre lo dije. Lo que todos esperamos es que tengamos la capacidad de no hacer lío y ponernos de acuerdo. Y esa capacidad es fundamentalmente sentido común. Cuando uno es dirigente, caminás la calle y te das cuentas cuándo estás bien o no. Entonces, no es tan difícil si hay buena leche y sentido común. Para mí lo natural es que haya una PASO entre espacios políticos. ¿Si puede haber listas cruzadas? Y sí, todo puede ser en política.

–¿Cree que Mauricio Macri puede ser nuevamente candidato a presidente?

–Claramente puede ser. Lo vengo diciendo hace mucho tiempo. Es más: yo creo que él merece un segundo tiempo para poder terminar las cosas que quedaron inconclusas. Estoy trabajando en el espacio de Patricia Bullrich para que sea presidenta porque Mauricio no ha tomado una decisión. Patricia es mi candidata, pero eso no impide que, después de 40 años de haber trabajado con Mauricio, de haber sido su ministro y de la ayuda que me dio para ser intendente, no diga que me parece que ese segundo tiempo debería existir.

–¿Si él decide presentarse cree que deberían terminar las internas en su espacio político?

–Yo creo que sí. Lo vengo diciendo hace mucho tiempo: fundador del PRO, socio fundador de Cambiemos y ex presidente. Es obvio que está unos metritos más adelante que el resto de los liderazgos naturales, que es bueno que tengamos. Ahora él no ha decidido; si no ha decidido no es. Entonces, estamos trabajando en el espacio de Patricia, quien tiene muchas cualidades y valores que coinciden con los de Mauricio. En ese sentido, me siento muy cómodo.

–¿Cómo tomó la foto conjunta que hicieron aquí en Mar del Plata Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales?

–Horacio es un armador político y está armando su estrategia. Habría que preguntarle al radicalismo. Es como que se mezclaron las internas, como que hay una toma de posicionamiento de Morales, no del radicalismo, hacia el espacio de Horacio. Yo tengo una muy buena relación, de entendimiento, de análisis político, con Maxi Abad, y de ahí pretendo conocer algo del radicalismo. Lo escucho mucho porque es un político muy interesante, a pesar de que tiene unos cuantos años menos que yo. La sensación que tengo es que hay un acercamiento de dos personas, de dos espacios internos, no de dos partidos.