Grandes libros, pequeños lectores: “Una muchacha muy bella” de Julián López
Miembro de la ONG Jitanjáfora reseña la primera novela del escritor argentino, que recientemente fue incorporada al Plan Nacional de Lecturas. El relato se construye alrededor de los pedacitos de memoria de un niño.
“Una muchacha muy bella”
Julián López
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Eterna Cadencia
2013
160 páginas
Por María Ayelén Bayerque (*)
“Una muchacha muy bella” se editó por primera vez en 2013 y se reimprimió en numerosas ocasiones. Si bien había escuchado algunos comentarios acerca de la novela, recién la leí este año debido a que, en 2021, el Plan Nacional de Lecturas la incluyó en “Leer abre mundos”, una colección de libros que el Estado envió a las escuelas secundarias de todo el país. En el catálogo del nivel secundario podemos leer que “Una muchacha muy bella” es “una manera distinta de mantener viva la memoria de la historia reciente”. Ahora bien, ¿“distinta” en qué sentido?
La novela está narrada por una primera persona, personaje protagonista, que habla de su pasado. A poco de empezar a leer, nos damos cuenta de que ha transcurrido bastante tiempo entre el momento de la enunciación y lo que sucede. Sin embargo, el relato se construye desde la mirada de un niño, alrededor de pedacitos de su memoria: sensaciones frente al roce de la madre, largos pasajes sobre los momentos que comparten en la mesa y páginas inundadas de consumos culturales como la tele y los libros. Estas referencias, de a poco, nos anclan en Argentina y en los años ’70.
“Distinta” quizás porque la prosa, en muchos momentos, echa mano del lenguaje poético y produce un quiebre con el referente. Por ejemplo, cuando el narrador repite una y otra vez la frase que da título al libro, resignificándola cada vez, agregando nuevas cualidades de esa madre y mostrándonos cómo es esa relación. La maternidad está lejos de ser romantizada, pero sin dudas el vínculo se arma en torno al amor mutuo, en la necesidad de estar juntos, más allá de lo que pase.
“Distinta” también por el detenimiento en el mundo íntimo del protagonista, lo que demora la acción. Todo el tiempo hay indicios de que va a pasar algo que no pasa: libros de los que es importante deshacerse, llamados telefónicos que inquietan, personas que merodean el departamento en el que el narrador está solo porque su mamá tuvo que irse intempestivamente. Si el lector espera, tendrá recompensa.
“Distinta” si la comparamos con algunas ficciones destinadas a jóvenes que abordan la dictadura. A fin de cuentas, la interpretación de la novela que encontramos en el catálogo de “Leer abre mundos” nos permite buscar diferentes claves de lectura en un texto que lo habilita.
Para acceder a los catálogos de la colección “Leer abre mundos”, ingresar al enlace:
https://www.educ.ar/recursos/157695/catalogos-de-la-coleccion-leer-abre-mundos
A su vez, los miembros de la ONG Jitanjáfora dialogaron en torno a algunos de los libros de colección y otros destinados a jóvenes en un conversatorio que puede visualizarse en su canal de YouTube.
(*) Integrante de la ONG Jitanjáfora.