Grandes libros, pequeños lectores: “Simi Tití mira el mundo”
¿Cómo se verá el mundo con anteojos? Esta es la pregunta que explora la gran poeta y narradora Liliana Bodoc en esta historia ilustrada por Viviana Garofoli.
Liliana Bodoc.
“Simi Tití mira el mundo”
Liliana Bodoc
Viviana Garofoli
Norma- Kapelusz
Colección Buenas Noches
Buenos Aires
32 páginas
Por Rossana Bernasconi (*)
¿Cuáles son los secretos que guarda el mundo? ¿Cómo saberlo? Esa es la gran intriga que tiene Simi Tití. ¿Cómo se verá el mundo con anteojos? A pesar de las advertencias de su mamá, “¡si te encuentro usando anteojos, verás cuánto me enojo!”.
Simi Tití decide desobedecer por orden de importancia. Primero, se pone los anteojos de su hermano mayor y la selva se transforma en varios televisores. Se siente aturdido y mareado. Después, busca los anteojos de su mamá y encuentra números y letras escondidos en la selva. Llega a la conclusión que esos anteojos sólo le sirven para ver la tarea. Por último, usa los anteojos del abuelo y la ve a su abuela sentadita en un árbol. Le da vergüenza y se los saca.
Simi Tití se encuentra con sus ojos y junto a ellos, una gran idea. ¿Cuál será? ¿Dónde está el mundo ahora que no tiene anteojos?
Todas estas preguntas y más aparecen cuando tenemos a mano una historia de la tan querida Liliana Bodoc, escritora nacida en Santa Fe que desarrolló su carrera en Mendoza tras haber estudiado la Licenciatura en Literaturas Modernas en la Universidad de Cuyo. Escribió para niños, jóvenes y adultos. Fue una gran poeta que se apropió del fantasy y lo subvirtió, en palabras de Mariana Enríquez.
Su obra ha dejado una huella poderosa, imposible de encasillar en las categorías de infantil y juvenil. Con su sencillez y su sonrisa cálida, recorrió el país y otros países, donde muchos docentes se acercaron para compartir las producciones de sus estudiantes a partir de abordar sus libros.
Esta historia en particular está ilustrada por Viviana Garofoli, quien elige colores vivos junto a imágenes adorables que impactan en cada lector.
No es la primera historia donde la autora se detiene en las formas de mirar. Sumaría al camino de los ojos “Formas de ver”, poema dedicado a su abuelo. Todas historias para atesorar y compartir con las infancias y el público en general.
(*) Miembro de la ONG Jitanjáfora.
Para leer más recomendaciones literarias de textos infantiles y juveniles, consultar la sección Grandes libros, pequeños lectores de la ONG Jitanjáfora acá.