CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Cultura 25 de marzo de 2025

Grandes libros, pequeños lectores: “De qué nos reíamos cuando estaba todo bien”

Verónica Sukaczer propone una novela que narra las múltiples violencias a las que están expuestos los jóvenes. Un libro para que invita a la conversación entre adolescentes y adultos.

“De qué nos reíamos cuando estaba todo bien”
Verónica Sukaczer
Buenos Aires
Nube de Tinta
2024
191 páginas

Por Marianela Valdivia (*)

La historia comienza cuando parece que todo termina. Un grupo de amigos adolescentes, en un pueblo rural, recibe la noticia del cierre de su escuela secundaria, lo que implica que deben separarse y buscar una nueva para terminar sus estudios.

Se terminan la escuela y la vida tal como la conocían hasta ahora y empieza a contarse el devenir de Albano y Jeremías que migran a la gran ciudad con un arsenal de risas como principal equipaje para sobrevivir.

Contada en primera persona, la historia se articula como una muñeca rusa en partes que contienen otras partes. Cada una con su título, una traducción de la risa y un epígrafe, lo paratextual construye sentido y genera una atmósfera particular que sostiene y envuelve la lectura.

Por ejemplo, el capítulo “Cacería” está acompañado por la traducción al inglés de la risa “hahaha” y el proverbio budista “Estamos inmersos en nuestra propia sombra y nos preguntamos por qué está tan oscuro”. Estos separadores son una inmersión en el clima de la novela, pero más aún en el sentir del protagonista, Jeremías, que cuenta en primera persona cómo soportar la violencia que recibe y que lo endurece hasta desconocerse.

Con protagonistas adolescentes y escenas de escuela secundaria, a diferencia de otras novelas, la pluma de Sukaczer no pretende “trabajar” el bullying, sino que entreteje poéticamente, aunque parezca una paradoja, las múltiples violencias –más o menos visibles– a las que están expuestos los y las chicas. El acoso entre ellos es lo más evidente, pero también se lee la violencia de los adultos que no ven o deciden no mirar, la que se ejerce a través de los mensajes bien intencionados acerca, por ejemplo, del “derecho de piso”: “La vida se trataba de que no te quebraran. Si soportabas, si superabas las pruebas que te ponían los demás no te hacías más bueno. Te hacías más apto para la supervivencia, más inteligente, más hábil, más salvaje”.

La historia no termina o, mejor dicho, no cierra del todo y amerita, seguramente, conversaciones entre los lectores adolescentes y adultos. Una novela para abrir grietas por donde entre la luz, como escribió Cohen.

Esta novela está en todas las bibliotecas escolares de gestión pública de la provincia de Buenos Aires, ya que forma parte de la colección Identidades Bonaerenses, a cargo del Plan Provincial de Lectura.


(*) Miembro de la ONG Jitanjáfora. Para leer más recomendaciones literarias de textos infantiles y juveniles, consultar la sección Grandes libros, pequeños lectores acá