Las protestas que desde hace días toman las calles de Chile también tienen su réplica en diferentes embajadas y consulados del mundo. En Mar del Plata, el apoyo al pueblo chileno se hizo presente hoy al mediodía a través de una concentración en el monumento al General San Martín de Luro y Mitre. Sin embargo, en las inmediaciones del consulado chileno en la ciudad, ubicado a 300 metros de la manifestación, desde temprano se pudo ver un importante despliegue policial que incluyó vallas de dos metros de alto y más de una docena de oficiales.

Conocidas las últimas noticias sobre la crisis social que atraviesa el país vecino, cuyo gobierno confirmó la muerte de 18 personas en el marco de las protestas y existen fuertes denuncias sobre desapariciones y detenciones ilegales, desde el martes comenzó a circular por redes sociales una convocatoria a ciudadanos chilenos y argentinos residentes en Mar del Plata que deseen manifestar el apoyo al pueblo chileno. Ese mismo día por la tarde y sin anuncio previo a los medios de comunicación, un grupo de manifestantes protagonizó una ruidosa protesta frente al edificio consular de Rivadavia 2641 con consignas en contra del presidente Sebastián Piñera.

Ese antecedente, sumado a los enfrentamientos que tuvieron lugar esta semana frente a la embajada chilena de Buenos Aires, quizás haya sido la razón por la que las fuerzas de seguridad desplegaron un importante operativo en las primeras horas de hoy, provocando que hasta pasado el mediodía, la calle Rivadavia desde San Luis y Córdoba tuvo el paso vehicular totalmente obstruido por la colocación de vallas, algunas de casi dos metros de altura, y la disposición de más de una docena de personal policial ubicado a lo largo de la calle y en la entrada del consulado.

De todas maneras, desde las 12 y hasta minutos antes de las 13, un grupo de ciudadanos chilenos acompañados por organizaciones políticas como el Frente de Izquierda y el Partido Obrero concentraban pacíficamente en las escaleras del monumento al General San Martín de Luro y Mitre.

Con la bandera de Chile sobre sus hombros, Margarita fue una de las primeras en llegar. Residente en la ciudad hace más de 30 años, no puede evitar conmoverse hasta las lágrimas al hablar de lo que está pasando en su país natal. “Me angustia mucho ver todo lo que está pasando. Es un país muy aguerrido, pero la gente piensa que fue por el aumento de $30 del metro, cuando en realidad es por 30 años de hambre y abandono“, señaló la mujer, que formó su familia en la ciudad.

Margarita, ciudadana chilena en Mar del Plata.

“Veo las imágenes y me cargo de angustia. Hay gente desaparecida, están llevándolas de sus casas. Yo que viví la dictadura, me revuelve muchas cosas. Estoy muy dolida. Desde siempre Chile es y ha sido un país muy desigual, con clases sociales extremas muy marcada: el que es pobre es muy pobre y el que es rico es muy rico. No hay clase media, no están los derechos a una salud y educación pública como acá”, agregó Margarita, quien aseguró que mantiene contacto con su familia en Chile, quienes le aseguran el terror que están viviendo y “la vida endeudada” que tienen.

Ricardo, también chileno y viviendo en la ciudad hace más de 40 años, también se quebró al hablar del país donde nació y donde hoy vive gran parte de su familia. “Lo que pasa es que un país con muchísima desigualdad y que siempre se ha mantenido la estructura del pinocheísmo, aún vuelta la democracia”, indicó el hombre, también con una bandera chilena a la vista.

“La represión que se está dando es muy fuerte, están muriendo personas. La vida no vale nada, sobre todo la vida del pobre, del trabajador. Es muy duro, me llena de impotencia ver lo que está pasando”, señaló Ricardo, antes que las lágrimas no le permitieran seguir hablando.

Ricardo, emocionado hasta las lágrimas por las noticias que llegan desde Chile.

La misma emoción brotó de los ojos y las palabras de Loreto, una dramaturga chilena que hace 12 años se vino a vivir a Mar del Plata. La violencia en las calles chilenas la tocan de cerca, porque su hijo vive con su mujer y su hijo recién nacido en Santiago de Chile. “Tengo muchísimos miedo. Él también, sobre todo cuando va a trabajar. Tiene miedo que lo detengan. Así es todos los días”, dijo la mujer.

A diferencia de otros manifestantes, ella no lleva una bandera en sus manos. Tiene, en cambio, una documento que pide leerlo cuando LA CAPITAL se acercó a hablar con ella. “Lo que está pasando en Chile no es por el aumento del transporte, eso fue la gota que rebalsó el vaso”, indicó, y leyó históricos reclamos que van desde la reducción de la carga horaria de trabajo (señalada como de las más altas en la región), que el costo del transporte sea calculado según el costo de vida, mejoras salariales, derecho al acceso al agua, salud y educación públicas, entre otras.

“Las imágenes que nos llegan son horrendas. Traen recuerdos de la dictadura, que se refuerzan al escuchar al presidente Piñera decir que estamos en una guerra. No estamos en guerra, es un pueblo luchando por la desigualdad”, cerró Loreto, emocionada.