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Arte y Espectáculos 26 de diciembre de 2021

Gerardo Romano: “Soy un hombre de acción y lo he pagado, pero es más fuerte que yo”

Llega con la desafiante "Un judío común y corriente". "Hacer un unipersonal es lo más adrenalínico que hay", confió el experimentado actor, en una charla con LA CAPITAL, a días de instalarse en la ciudad para hacer temporada.

“No lo voy a revelar, pero hay un factor que tiene la suficiente importancia y gravedad para empujarme a subirme al escenario a hacer esto, más allá de cualquier otra consideración. Es algo determinante y es ahora o nunca”, aseveró Gerardo Romano. En una charla con LA CAPITAL, a días de instalarse en Mar del Plata para hacer temporada con el unipersonal “Un judío común y corriente, reconoció que “soy un hombre de acción y lo he pagado, pero es más fuerte que yo. Podría estar más cómodo, con mayor paz espiritual, sin críticas, pero creo en el compromiso, lo demás es cháchara”.

Con esta obra, que desde hace 7 temporadas lleva adelante en el circuito off de Buenos Aires, el desafío es doble: “Siempre me meto con temas un poco controversiales, revulsivos y en este caso, con una obra que nació en el off y, generalmente, las obras nacidas en el circuito alternativo, siempre empiezan y terminan en el off, por más éxito que tengan. Pero en un escasísimo porcentaje tienen la opción de acceder, por el éxito obtenido, al circuito comercial y Un judío común y corriente tiene un doble desafío, asomaría del teatro alternativo al teatro comercial, en una plaza como Mar del Plata, en una temporada muy comercial”.

Pero además, se trata de un unipersonal y “subirse al escenario es manejar un auto rápido”, según Romano, “hacerlo en un unipersonal es lo más sobreadrenalínico, porque la energía, el esfuerzo, la concentración, todo tenés que multiplicarlo, todo converge sobre vos”.

Semejante desafío no lo amilana, todo lo contrario.

“Estamos ofreciendo esta obra, con mucho contenido, apostando a gente que quiera ver un teatro profundo, testimonial, documental, un teatro que de algún modo propone una mirada sobre el mundo, una mirada crítica y que se mete con temas pesados como la religión, los monoteísmos, con una mirada ideológicamente crítica, hacia adentro y hacia afuera”.

La obra, que irá de miércoles a domingos en el Teatro Lido, tiene una mirada actual. “Es hoy, posterior al genocidio, posterior a la creación del Estado de Israel”, cuenta Romano.

La trama escrita por Charles Lewinsky en versión en español de Lázaro Droznes y bajo dirección de Manuel González Gil, encuentra al profesor Emanuel Goldfarb debatiendo qué hacer ante una invitación a una charla con estudiantes de la Berlín de hoy, quienes tras estudiar el nazismo, quieren conocer a “un judío común y corriente”.

“Los chicos plantean quiénes son, qué es un judío, qué pasó con los judíos, qué hicieron sus abuelos, sienten la necesidad de aclarar los tantos, quieren debatir y yo, Goldfarb, siento que esa invitación es ponerme como un conejillo de indias, someterme a los planteos de los nietos de los genocidas, pero por otra parte siento necesidad de aprender, de aclarar y de sanar yo también y me doy cuenta que la única solución pasa por la empatía, por la solidaridad, por el encuentro, por conversar”.

Y uno de los debates que se plantea es, también ¿Qué hacemos mal como como grupo étnico, como grupo racial, como grupo religioso? ¿Está bien que tomemos territorios Palestinos a sangre y fuego? Los Palestinos o los árabes o las organizaciones armadas ponen bombas, decapitan, atropellan pero también, si extendés la mirada, te das cuenta que el cristianismo, el catolicismo, de la mano del ofrecer la otra mejilla y el amor hizo las cruzadas y el genocidio aborigen americano. O sea que los tres monoteísmos han generado odios, rencores, genocidios, xenofobias, esclavitudes, guerras”, recordó.

El tema no solo está visto con perspectiva actual, sino que “dialoga directamente con nuestra realidad, con nuestra historia reciente, con el advenimiento de la democracia en el ’83, con las similitudes entre lo que hicieron los nazis con los judíos y lo que hizo el terrorismo de Estado con los desaparecidos. Dialoga con la figura del enemigo interno, que entonces fueron los judíos, hoy aquí son los distintos, los pobres, los mapuches y con algo más profundo todavía que se desprende: que el siglo XX es el siglo de las autocracias, de los autoritarismos: el falangismo, el nazismo, el fascismo, el estalinismo, pero el siglo XXI es es el de los neoliberalismos que hacen que las derechas sean cada vez más derechas, más desembozadas, que cada vez se concentre el capital en menos manos… se parecen en que son una fábrica de seres descartables y plantean el riesgo de un gran retroceso en materia de derechos, de conquistas, sociales y humanas”.



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