MIRAMAR (Corresponsal).- Un nuevo quiebre, otro signo de debilidad política y un futuro complejo como rol de oposición es el que encierra al espacio político de Juntos por el Cambio en General Alvarado.

Tras el conocerse el caso de Covid-19 en Otamendi, trascendieron audios telefónicos de la concejala Estela López, criticando duramente el accionar del área de Salud del municipio, algo que fue tomado como una irresponsabilidad por su propio espacio político y el Ejecutivo, encabezado por el intendente, Sebastián Ianantuony quien no descartó el inicio de acciones legales.

No obstante, la propia edil quien ofreció disculpas a través de las redes sociales, sostuvo que esa conversación privada fue replicada por integrantes del mismo bloque, a quienes, – según sus declaraciones -, les hará una denuncia por reproducirla sin su consentimiento.

Todo este escándalo produjo una nueva fractura en una oposición política que desde su conformación y posterior asunción en diciembre, nunca terminó de fortalecerse por diferencias internas entre sus representantes.

Actualmente, hay tres interbloques dentro del mismo bloque, conformados por JpC / UCR donde se encuentran, Fabián Barberini, Lucas Honores, Victoria Goyhenetche y Roberto Gejena, JpC / Crear que tiene como su única representante a Viviana Farías, y JpC / Coalición Cívica, con Saúl Trejo, a quien ahora se suma la mencionada López, tras renunciar y a la vez ser expulsada del espacio radical, según del lado que se analice la situación.

De esta manera, también quedó en evidencia una vez más la endeblez de una estructura donde de acuerdo a sus integrantes y versiones cruzadas, hubo malos manejos de  situación, faltas de respeto y hasta traición.

Al margen de esto, en las sesiones del HCD viene denotándose desde hace bastante tiempo de forma general, un bajo contenido de debate legislativo, con chicanas y posturas egoístas que en cierto sentido ven desvalorizarse un recinto donde deben ponerse de manifiesto con responsabilidad, temas centrales de la comunidad, los cuales abundan.

En varias ocasiones, más allá de las posturas idealistas, se notó una cierta inmadurez para fijar criterios y brindarle soluciones a la ciudadanía, cansada de actitudes personalistas que poco ayudan a las problemáticas integrales.

Hay quienes tomaron la costumbre  de optar por las redes sociales para expresar sus logros o fijar posturas críticas, estrategias de comunicación válidas pero que no resuelven los conflictos de base que viene teniendo el distrito de  General Alvarado.

Los errores que suele cometer el gobierno, propios de cualquier gestión política,  son hasta a veces disimulados por una oposición sin un rumbo claro que en repetidas ocasiones parece elegir estrategias relacionadas con una política de escasos resultados.

Hoy, Juntos por el Cambio vive un panorama interno más que complejo con diferencias que parecen irreconciliables. Eso genera a la vez otros matices democráticos preocupantes que le posibilitan al Ejecutivo seguir un curso político sin demasiados obstáculos, el cual tiene sus cuestionamientos reales en diversas áreas.

La hegemonía política de hace 17 años que le permite continuar en el poder pasando por diversos estadios dentro Frente para la Victoria, luego Frente Renovador y ahora Frente de Todos, ha estado marcada por méritos propios y ayudada también por consecuentes desaciertos ajenos.