“Gallardo es el plan 1, el plan 2 y el plan 3, pero también estamos preparados si nos dice que no”
Antonio Caselli, candidato a la presidencia del Club Atlético River Plate en las elecciones de diciembre próximo, presentó su plataforma en Mar del Plata.
Antonio Caselli durante la charla con LA CAPITAL y Ricardo Liceaga Viñas, quien forma parte de la lista.
Por Marcelo Solari
En plena campaña proselitista de cara a las elecciones de principios de diciembre en el Club Atlético River Plate, el candidato Antonio Caselli, aspirante a derrotar al oficialismo que postula al actual vicepresidente Jorge Brito, presentó su plataforma ante numerosos socios y simpatizantes este viernes en Mar del Plata, durante un acto en el hotel Las Rocas.
En las elecciones de la entidad de Núñez también competirán Matías Barreiro y Carlos Trillo, quienes completan el cuarteto de candidatos.
Un par de horas antes de su presentación, Caselli concedió una extensa entrevista a LA CAPITAL:
-¿Cómo se viven estos últimos meses antes de las elecciones?
-Falta poco. Son momentos lindos porque se disfruta el contacto directo con los socios. Se esperan mucho estos tiempos de campaña política. Me gusta tener esa relación de ida y vuelta con la gente.
-¿Cuál es la plataforma, la base de las propuestas?
-Vengo pregonando siempre lo mismo desde hace varios años. Tengo muy claro lo que quiero en el club. Muy claro. Tenemos un proyecto que no lo hemos cambiado, aunque lo hemos aggiornado a medida que hemos avanzado en diferentes candidaturas. Queremos un club más cercano al socio. Es fundamental. Esa ida y vuelta entre los dirigentes de turno y los socios tiene que ser continuo. Queremos un club más progresista, que no le dé la espalda a la gente. Un club en el cual la parte económica sea importante y no un problema por una mala gestión. No se puede recibir un club con 25 millones de dólares de deuda e irse con una deuda de 70 millones, como le está pasando a la actual gestión. El único sostén genuino que tuvo estos años el club fue el sacrificio de los socios. Entonces, hay mucho para cambiar. Y también mucho para sostener. El tema continuidad de (Marcelo) Gallardo es muy importante. Tengo que hablar con él. Sabe perfectamente cuánto lo aprecio y lo quiero como persona y como director técnico de primer nivel que es. En el año 2013 yo ya lo quise llevar a River, mucho antes de que lo llevara (Rodolfo) D’Onofrio. Están las cartas sobre la mesa.
-¿Está hablado, al menos en la previa, que Gallardo seguiría en caso de un triunfo de Caselli en las elecciones?
-Tenemos que tener una reunión. Me debo trabajar junto a él, porque lo íbamos a hacer en 2013 si yo ganaba la elección. Y cuando venga (David) Trezeguet (N. del R.: candidato a vicepresidente) ahora en octubre, iremos a hablar con Marcelo y con su cuerpo técnico.
-Todas las cuestiones mencionadas en el comienzo son muy importantes, vitales para una institución. ¿El socio les da la importancia que se merece o prioriza únicamente los resultados deportivos?
-Nadie es presidente si gana un campeonato económico. Está claro que el socio prioriza los resultados. Pero River hace tres años que no gana nada. Todavía estamos con la imagen del triunfo en Madrid. Esto es River. D’Onofrio ganó once títulos con el técnico que yo iba a traer al club en 2013. El lo quería traer a (Ricardo) Gareca. Era su técnico. Quiere decir que tan mal no veo el fútbol. Cuando nadie pensaba en Gallardo, yo ya pensaba en él. Tengo que tener la oportunidad de demostrarle al socio que yo estoy preparado para asumir la presidencia de River. Me fui a Europa y fui exitoso. Ascendí a un equipo (N. del R.: como principal accionista de Burgos CF) que hacía 20 años que no lo hacía y estuvo a punto de desaparecer. Lo dejé con un superávit de 10 millones de euros, en plena pandemia. Sabemos hacer las cosas. Tenemos conexiones. River es muy grande. Y tiene que ser más grande todavía porque tiene que sentarse en la misma mesa que las cinco o seis instituciones más importantes del mundo y que son las que regulan el fútbol internacional. River tiene que ser el representante de Sudamérica en ese círculo, y al paso que va, no lo va a ser. Tal como están las cosas, va a ser un equipo brasileño. Flamengo, por ejemplo. River tiene que evitar que esos equipos brasileños dominen el fútbol sudcontinental. Cuando vos entrás en esas conversaciones, diagramás el fútbol mundial. Te sentás con el presidente de Real Madrid, de Juventus, de Atlético Madrid, de Barcelona. Los conozco a todos. Tengo esa suerte. (Joan) Laporta (N. del R.: presidente de FC Barcelona) es amigo mío. Estuvo acá apoyándome en la campaña en 2013. Tengo un gran equipo de trabajo que me respalda y ojalá el socio me dé esa posibilidad que venimos buscando hace tiempo.
-¿El oficialismo corre con el caballo del comisario pero ahora se le puede ganar?
-Sí, se le puede ganar. Si no estuviera convencido de ello, no me presentaría a las elecciones. En realidad, desde hace años, la discusión en el fútbol de River es entre el oficialismo y Antonio Caselli. No hay otra. La gente me conoce. Y yo conozco a todo el padrón. Le dedico muchas horas de trabajo a esto. Y en algún momento, la perseverancia me va a dar el premio de ser presidente de River. Nuestro anhelo es poner al club en el centro de la discusión del fútbol mundial. Pudo haber estado en 2018, luego de ganar la final en Madrid. Pero se desaprovechó una oportunidad histórica.
-¿Por qué?
-Porque terminamos esa final, festejamos, fuimos a jugar el Mundial de Clubes y quedamos eliminados en la primera rueda. A River no le puede pasar eso. Claro, con el triunfo de Madrid, todo se tapó, quedó en segundo plano. Pero no se tienen que tapar esas cosas. Hace tres años que no se gana nada. Y no puede ser. De ninguna manera podemos seguir en esta línea. Apuntamos a la continuidad de Gallardo. Es el plan 1, el plan 2 y el plan 3. Pero también estamos preparados si nos dice que no. Un dirigente tiene que estar preparado. Más, si quiere ser presidente de River.
Imagen de la presentación desarrollada este viernes en el hotel Las Rocas.
-Las últimas elecciones registraron un récord de asistencia de socios a las urnas. ¿Esperan algo parecido?
-Es muy relativo. No lo sabemos porque estamos saliendo de una pandemia. Ojalá vaya a votar mucha gente. Hay todavía ciertos cuidados, gente que no sale de su casa. Este virus ha cambiado la mentalidad de un montón de gente. De lo que sí estoy convencido es que hay cosas que la pandemia cambió definitivamente. Bajo ningún punto de vista, se le puede quitar el derecho a votar al tipo que dejó de pagar la cuota social durante la pandemia. Hay que dejarlo votar y darle una moratoria. Mucha gente tuvo que elegir entre pagar la cuota o un plato de comida. El lunes se lo voy a pedir formalmente al oficialismo. Porque hay un precedente. En el año 2013, cuando fue elegido D’Onofrio, a las 10 se reunió la Junta Electoral y permitió que votaran los socios que tenían el mes de septiembre al día. Así pudieron votar todos los morosos de octubre, noviembre y diciembre. Y no había pandemia ni crisis económica. En caso de que no se permita, voy a exigir al oficialismo que me exprese por escrito por qué no se permite votar a los morosos.
-¿Son optimistas sobre esta cuestión?
-Voy a llegar hasta las últimas consecuencias. Hasta le voy a pedir al Gobierno Nacional que se expida. Si es necesario llegaré hasta el Presidente de la Nación.
-Hay numerosas cuestiones que atender en una institución tan grande. De infraestructura, de otras actividades deportivas, de la parte social, de la educativa. ¿Siempre el fútbol está por encima de todo?
-Sí, sin dudas. Pero también creo que es el momento de que el fútbol argentino se ponga los pantalones largos. No puede haber un fútbol argentino pobre, cuando el fútbol en el mundo, es rico. En Europa, en Brasil, en México, en Estados Unidos. Y en Argentina es pobre. ¿Por qué? Porque vendés un jugar al exterior, pongamos en 10 millones de euros o dólares. Y pesificados, te entran 5. Partimos de la base que te comen la mitad de la plata que producís. Lo que tenemos que hacer todos los que conformamos el fútbol argentino, es reunirnos con el gobierno de turno, del partido político que sea, y explicarle que necesitamos un fútbol rico. Porque con un fútbol rico, también crece el país. No puede ser que haya jugadores que iban a venir a jugar a Argentina y terminaron prefiriendo firmar contrato en Paraguay o en otros países. Con Brasil somos los países más importantes del fútbol sudamericano. Entonces, no podemos tener un fútbol pobre. Tenemos que sentarnos todos los presidentes de los clubes juntos y hacer entender que esta ecuación no va más. No funciona. A todo el mundo le conviene un fútbol rico. Por caso, si River es un club rico, la plata no se la llevan los dirigentes. Se podrían pagar contratos más altos para traer mejores jugadores y así conseguir un mejor posicionamiento en el fútbol mundial. Los clubes son asociaciones civiles sin fines de lucro. Entonces, ayudemos a que los equipos de fútbol crezcan.
-Pero Mauricio Macri insiste con que los clubes de fútbol profesional se conviertan en sociedades anónimas…
-No estoy de acuerdo. Y eso que yo fui dueño de un equipo de España, en donde sí son sociedades anónimas. Pero en Argentina, los clubes cumplen un rol social que no lo cumple nadie. Es extraordinario. En River tenemos infinidad de actividades deportivas, federadas y no federadas, actividades sociales, artísticas, culturales, educación primaria, secundaria, jardín de infantes, Universidad. Todo. Contención para los chicos de la calle que no pueden pagar su cuota. Deportistas de primer nivel que pueden hacer su actividad. River es una ciudad dentro de la Ciudad de Buenos Aires. Por eso las asociaciones civiles tienen que perdurar como tales. Tenemos que ser inteligentes. No podemos ir cada uno por su lado. Sentarnos todos juntos y unidos, frente al Gobierno Nacional y decirles: “Señores, necesitamos esto y esto para vivir. Porque tenemos un rol social que cumplir. Porque hacemos todas estas cosas”. No nos pueden limitar con la mitad del ingreso que generamos. No es así. Tenemos que cambiar esas cosas.
-Con todo lo que significa el fútbol para la sociedad argentina, hay muchas actividades que lograron recuperar la asistencia de espectadores bastante tiempo antes que el fútbol. ¿Hay una parte de culpa de la dirigencia en eso?
-Sí, totalmente. Hay una dirigencia, sobre todo la de equipos grandes, que se siente cómoda yendo a ver un partido como si fuera un espectáculo privado para 50 o 100 personas. Una vez más, a River lo mantuvieron los socios, a costa de un gran sacrificio, para que 500 vivos disfrutaran de un club privado en Figueroa Alcorta y Udaondo. Eran los que podían ingresar al club todos los días, usar las instalaciones, estar solos dentro de la institución y poder ir a ver a River a todos lados. Yo podría hacerlo. Si no me invita el presidente actual, que nunca me invitó, llamo a los presidentes de los otros equipos y me atienden todos, porque tengo una excelente relación con ellos. Pero nunca lo hice. Porque hay un gran número de socios que pagan la cuota, pagan su lugar en el Monumental y no pueden ir a ver a River a ningún lado. Por eso no entiendo cuando van 50 personas privilegiadas a la cancha y se sacan selfies. ¿Qué es eso? ¿De dónde salieron estos muchachos? Y de los 50, 35 descubrieron a River ahora, durante la gestión D’Onofrio. Eso se tiene que terminar. Yo soy el abanderado de todos los socios pobres que se quedaron afuera del sistema. Por la crisis económica mundial por la pandemia, porque les resulta imposible para una cuota, y porque no tienen, con la dirigencia actual de River, un diálogo completo para que le ofrezcan una salida: un plan de pagos, alguna otra alternativa. No hay nada. El mayor ingreso que tiene River es el lugar en el Monumental, pagado por los socios, y la cuota social, también pagada por los socios. Ni la televisión ni los sponsors. Aparte, no fueron buenos negocios. El contrato con Turkish Airlines se firmó por 1.300.000 dólares por año. Una vergüenza para la camiseta más cara de Sudamérica. Firman un contrato con Adidas, porque todos decían que Adidas era River y ahora, como también firmaron con el eterno rival y le pagan tres veces más, se dieron cuenta de lo que yo venía insistiendo desde hace diez años. Valoremos lo que tenemos. En 2015 fuimos dos veces a Japón. A una hora y media de vuelo de China. No fueron capaces de abrir el mercado chino. Son cosas básicas. Dejaron 45 jugadores libres que se fueron. Eso es por mala gestión. Los jugadores que se van libres son dólares que no van a ingresar en la economía del club. Ese es el gran problema que tiene River, no las actividades sociales, culturales y deportivas o el Instituto. Esas cosas se pueden mantener con el fútbol profesional. Ahora, si te agarra una pandemia con los bolsillos flacos porque firmaste pésimos contratos de sponsoreo, porque regalaste jugadores o los vendiste muy baratos… ¿Cómo puede ser? Cuando uno hace mal las cosas, termina mal. Pero en el fútbol, los campeonatos, más una final ganada como la de Madrid, disimulan todo. Y es hasta lógico. Pero yo no quiero que River siga viviendo de Madrid. Es como que mi papá me hablara del campeonato que ganó con (Angel) Labruna como técnico en 1975, después de 18 sin títulos. Yo quiero que River salga campeón todos los años, con planteles de lujo. Con el mejor cuerpo técnico que hay que Argentina y en Sudamérica. Para que eso perdure en el tiempo, hay que cambiar muchas cosas en el club.
-Los clubes más grandes y populares enfrentan el inconveniente de sus estadios, que no alcanzan para albergar a todos los socios. Aún así, ¿los hinchas visitantes deben volver a los estadios?
-Sí, por supuesto. El folklore del fútbol argentino es con locales y visitantes. Yo estoy a favor. Si hay 3.000 socios que se quedan afuera para que puedan entrar los visitantes, habrá que solucionarlo agrandando el estadio, buscando otro lugar. Los visitantes tienen que volver. Y los hinchas de River tienen que poder ir de visitantes. Son cosas que se disfrutan mucho y los jóvenes de ahora no lo han vivido. No se puede entender que no puedan ir los visitantes a la cancha. Es insólito que pasen estas cosas en el fútbol argentino. Basta de todo esto. Porque además, los operativos policiales son cada vez más costosos y mandan cada vez más policías cuando solamente hay hinchas locales. Es increíble.
-La excusa es la violencia, un tema para nada sencillo. ¿Cómo se resuelve?
-Es un tema cultural. El que se comporta mal, no entra más a un estadio de fútbol y se terminó. En España, el tipo que hace mal las cosas, no entra más a una cancha. Derecho de admisión de por vida. Yo estoy a favor del folklore, no de la violencia. El fútbol no tiene que encubrir a los violentos. No es tan difícil.
-Finalmente ¿cuál es el mensaje para los socios que van a ir a votar?
-Que tengan confianza en Caselli, que nunca los va a dejar solos. Siempre estuvo acompañándolos en todos lados. River es mi vida, mi pasión. Voy a estar siempre cerca de este club, que es mi casa. Más que mi casa, porque paso más tiempo en River que con mi familia. Yo estoy feliz de poder estar en una nueva campaña y de que el voto se haya extendido a la gente del interior por primera vez en la historia. Hay que trabajar para hacer un River todavía más grande.