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El País 20 de junio de 2020

Gabriela Russo: “Argentina merece un sistema tributario mejor; equitativo, solidario y progresivo”

La Licenciada hizo referencia a la propuesta que el Consejo le acercó a Economía con los lineamientos generales que debería contemplar la reforma del sistema impositivo.

Gabriela Russo.

La presidenta del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires, Gabriela Russo, consideró que la Argentina merece un sistema tributario mejor, equitativo, solidario y progresivo; en contrapartida del esquema regresivo que hoy impera, y destacó que la reforma que se impulsa significa una oportunidad para incluir la visión de género.

Russo, Contadora Pública y Licenciada en Administración de Empresas, es la primera mujer presidenta en los 75 años de historia de la institución, y habló con Télam respecto de la propuesta que el Consejo le acercó a Economía con los lineamientos generales que debería contemplar la reforma del sistema impositivo que está en la agenda del Poder Ejecutivo.

– ¿Cuáles son los ejes de la reforma que han propuesto desde el Consejo?

– Partimos de la idea de que Argentina merece un sistema tributario mejor. Que no sean parches sucesivos sino tener un sistema que sea equitativo, solidario y que en su conjunto sea progresivo y no regresivo, Desde esa base propusimos algunas ideas que son de fondo.

Por supuesto que hay que enmarcarlo en la coyuntura actual y reconocemos que hay necesidades recaudatorias. Entendemos que a partir de algunas medidas que tiendan a incluir a personas que están en la informalidad con incentivos tributarios, el Estado podrá captar más recursos. No sirve de nada tener muchos impuestos para pocas personas.

– ¿De qué forma se amplia la base?

– Combatiendo la evasión. La primera medida es la educación y la concientización tributaria. Creemos que esto debe comenzar desde la escuela primaria. Es necesario que las personas entiendan que pagar impuestos no es un costo sino que vuelve con servicios públicos. Proponemos que la base se amplíe a través de incentivos, que la gente pida la factura y que determinado sector de la población tenga devolución del IVA.

– ¿Cómo sería el criterio para definir quién accede a esa devolución?

– A partir de los ingresos. La idea es que sea un sistema progresivo. Que esa devolución sea para un determinado sector de la población de acuerdo con su capacidad contributiva, de los ingresos que tengan.

– ¿Para algunos el IVA podría bajar y para los que más ganan subir?

– Proponemos mantener la alícuota, pero que pague menos el que menos ingreso tiene. Transformarlo en un impuesto progresivo.

Lo mismo pasa con el monotributista, que por miedo a pasar al régimen general lo que significa un salto abrupto de la carga impositiva, no declara todos los ingresos. Si se le permitiera descontar de los productos que adquiere contra el pago que hace del monotributo, provocaría una mayor facturación y eso llevaría a una mayor recaudación.

Sugerimos, en esta coyuntura, elevar los montos de ingresos del monotributo para incluir a más pymes y que no tengan este problema de pasar al régimen general y con este esquema de tomar a cuenta las compras.

También estamos proponiendo un régimen de transición entre el monotributo y el régimen general. que no sea tan abrupto el pase de uno a otro. Sería un régimen intermedio pensado de acuerdo con las escalas que maneja el Ministerio de Desarrollo Productivo para las pymes.

– En la Argentina hay 166 impuestos, ¿son muchos?, ¿cuál eliminaría?

– Sí, son muchos impuestos. Nuestro Estado en sus tres niveles tiene potestad de aplicar impuestos y es ahí donde se genera un presión tributaria alta. Eliminaría los impuestos distorsivos, por ejemplo el impuesto a los débitos y créditos bancarios que surgió por una medida de emergencia y se quedó. En caso de no poder eliminarlo, proponemos que se pueda computar, aunque sea para las pymes y para montoributistas en el 100% no sólo contra Ganancias sino también por ejemplo contra el monotributo, y en el caso de las pymes inscriptas contra el IVA.

– ¿Es un buen momento para pensar una reforma tributaria de cara a las necesidades del Estado y con una negociación de deuda en marcha?

– Si pensamos en la historia de nuestro país pareciera que nunca es el momento. Celebro que esté la intención de pensar una reforma que debe convocar a todos los sectores involucrados porque debe ser una reforma integral.

Considero que es un buen momento para apoyar generar condiciones para los sectores que necesitan crecer económicamente, para pensar la cuestión de género y para un Estado que va a necesitar recaudar más para salir de esta situación.

– ¿Qué opinión tiene sobre el impuesto a las grandes fortunas?

– Si tomamos en cuenta la situación actual donde hay una necesidad de recaudación por la pandemia mundial diría que estoy de acuerdo, siempre que sea por única vez y en el caso que no sea confiscatorio. Sería adecuado en la medida que no afecte sustancialmente el patrimonio de los sectores alcanzados por el impuesto.

– ¿Cuáles son las políticas de género que se pueden aplicar en la reforma impositiva?

– Planteamos el concepto de contribuyente a cargo de una familia monoparental que estadísticamente están en su mayoría a cargo de mujeres. En estos casos en el impuesto a las Ganancias proponemos que se pueda deducir con un tope que dependerá del nivel de ingreso, aquellos gastos de guardería o de personal de cuidado, de escolaridad.

Y además la devolución del IVA en productos para la mujer o en los que tienen que ver con la primera infancia.

– ¿Qué cambios aplicaría en Ganancias?

– Hay que ir a una escala más larga, porque la actual quedó muy chata. El mínimo no imponible debería postularse en términos de una movilidad porque el contexto es cambiante. Hay que ponderar el ingreso en función de algún índice que se pueda construir en base a la situación económica, y debería ser variable.

Los cambios propuestos

Cambios en Ganancias, Bienes Personales. IVA, en el régimen de autónomos y un especial hincapié en la generación de incentivos fiscales para la formalización de la actividad económica, es la base de la propuesta de reforma tributaria que el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires envió esta semana al Ministerio de Economía.

La propuesta acercada por la institución responde a lo acordado en un primer acercamiento -el 10 de junio- en una ronda de consultas con distintos organismos y expertos, que inició la cartera que conduce Martín Guzmán.

“Enviamos una primera entrega de lineamientos generales que serán objeto de un análisis posterior más profundizado con el objeto de proponer reformas básicas en el Sistema Tributario”, indica la nota que lleva la firma de la presidenta de la entidad, Gabriela Russo, y del secretario Julio Rotman.

Respecto de Ganancias, el “paper” propone “readecuar el ajuste por inflación impositivo y todas las normas de actualización previstas por la ley sin diferenciar la fecha de adquisición o incorporación al patrimonio”, y “revisar de manera integral todos los topes y deducciones, fijar valores actuales y establecer una unidad de medida para su actualización”.

Además, señala la necesidad de “brindar un tratamiento diferencial a las MiPymes en el impuesto a las Ganancias. Esto permitirá dotar de mayor progresividad a la tributación”, entre otros puntos que refieren a su carácter general.

Mientras que en caso de Ganancias para Personas Humanas y sucesiones indivisas, propone “reemplazar la imposición cedular por una nueva categoría dentro de la imposición global alcanzada a una alícuota proporcional del 15%”, y “adecuar la determinación del resultado de aquellos bienes que en el mercado se comercializan en moneda extranjera, para evitar que queden alcanzadas por el impuesto a las Ganancias las diferencias de cambio”.

También requiere “ampliar los tramos de la escala de imposición previstos para personas humanas y sucesiones indivisas, de manera que no exista un achatamiento y se transforme rápidamente en un impuesto proporcional, respetando uno de los principios básicos de la imposición global que es la utilización de escalas progresivas”.

En cuanto a Bienes Personales (BP), algunas de las ideas sugeridas son: reemplazar ese impuesto por otro sobre el patrimonio neto, contemplando de esta manera la verdadera capacidad contributiva del sujeto, y rever la base de cálculo del IBP sobre acciones y participaciones sociales de manera que resulte equitativo con independencia de las normas contables obligatorias para la confección de sus estados contables.

Asimismo se sugiere adecuar el mínimo no imponible de manera que la imposición recaiga en los sectores de mayor capacidad contributiva, e incorporar un mecanismo de actualización automático.

En cuanto al IVA, propone ampliar el objeto del tributo a ciertos intangibles y derechos (autor, intérprete, etc.) redefinir el nacimiento del hecho imponible en ciertos supuestos que generan distorsiones (por ejemplo: créditos de consumo y gastos de tarjeta personales, entre otros).

Respecto del impuesto sobre débitos y créditos bancarios. más conocido como impuesto al cheque, sostiene que “dado su nivel de recaudación y la actual coyuntura, no se propone su derogación en forma inmediata, sino la posibilidad de aumentar el espectro de los gravámenes y/o recursos de la seguridad social, contra los cuales pueda ser computado como pago a cuenta en su totalidad y sin limitación temporal”.

El trabajo incluye aspectos referidos a impuestos internos, recursos de la seguridad social y propone “redefinir la Base Imponible en el caso de Trabajadores Autónomos. Fijar mayor cantidad de Tablas que garanticen un mayor aporte para los sujetos con mayores ingresos. Mantener actualizados los valores de las tablas y no las categorías”.

La propuesta se fundamenta en la necesidad de que los cambios del sistema sean acompañados por políticas activas de educación tributaria que reduzcan la informalidad de la actividad económica y fomenten el pedido, por parte del consumidor, y la entrega en el otro extremo del ticket que registre la operación.