por Miguel Braun

La presidencia del G20 durante 2018 le ha permitido a la Argentina estar en el centro de la conversación global. Nos ha permitido, en primer lugar, ser parte del proceso de toma de decisiones sobre el mundo que viene. En segundo lugar, nos permite ser escuchados en los principales foros globales, llevando nuestras ideas y posiciones a lo más alto. Y, finalmente, nos permite ganar visibilidad como un país para la inversión y el turismo.

La presidencia argentina del G20 no es un hecho aislado. Después de años de relativo aislamiento, la Argentina hoy entiende que necesita de la cooperación internacional, de la interacción con el resto del mundo, para desarrollarse y generar oportunidades para los argentinos. Por eso, el presidente Macri ha llevado adelante una muy activa y efectiva diplomacia presidencial, y la Argentina ha vuelto a ser un miembro activo de la comunidad internacional. Además, buscamos tener buenas relaciones con todos los países y mejorar nuestro comercio a través de negociaciones desde el Mercosur con la Unión Europea, la EFTA, Canadá, Corea del Sur y Singapur, y de negociaciones bilaterales con Chile, Colombia y México, además de mejorar las instituciones del Mercosur.

El caso del comercio permite ilustrar la capacidad que ha tenido la Argentina para convertirse en un mediador honesto y respetado por todos. En un año marcado por las tensiones comerciales y por procesos complejos como el Brexit, Argentina ha hecho importantes esfuerzos para promover el diálogo. Estos esfuerzos comenzaron con la exitosa conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio, realizada en Buenos Aires en diciembre del año pasado, y prosiguieron con la reunión ministerial de comercio e inversiones que tuvo lugar en Mar del Plata en septiembre y en el Foro Global sobre Exceso de Capacidad de Acero, citas en las cuales se llegó a documentos de consenso. Así, la Argentina juega un papel en el mundo y defiende sus propios intereses, en tanto para nuestro país es fundamental el fortalecimiento del sistema multilateral del comercio basado en reglas.

Además de ayudar a formar las soluciones a problemas globales como el del comercio, la presidencia del G20 nos ha permitido poner en el centro del debate temas que son fundamentales para nuestro futuro y el del mundo. En esta línea, la Argentina propuso cuatro temas para ser debatidos. En primer lugar, el del futuro del trabajo, intentando sacar el máximo provecho de las nuevas tecnologías protegiendo a los más vulnerables. En segundo lugar, propusimos pensar el futuro de la infraestructura y las diversas modalidades para su financiamiento a largo plazo. En tercer lugar, buscamos promocionar un futuro alimentario sostenible. Y, finalmente, promovimos una perspectiva de género transversal, tanto por una cuestión de equidad como de desarrollo económico.

Todo esto, finalmente, nos ha permitido presentarnos nuevamente al mundo. Presentarnos como un país listo para ser parte de la solución a los grandes problemas globales. Como un país de recursos y de talentos, un país contemporáneo, protagonista y global, que busca su propio crecimiento en el contexto y de la mano de un mundo en crecimiento. Como un país de oportunidades de inversión y de crecimiento para su gente. Así, al poner a la Argentina en el centro de la conversación global, la presidencia del G20 nos ha permitido dar un paso más en nuestro camino hacia el desarrollo sostenible.

(*): Secretario de Política Económica del Ministerio de Hacienda de la Nación.