Fuerte caída de economía, oportunismo ante el PJ dividido y un giro de la política exterior
EL PRESIDENTE MAURICIO MACRI DISERTÓ ESTA NOCHE EN EL 92° ANIVERSARIO DE LA CÁMARA ARGENTINA DE COMERCIO, EN EL PLAZA HOTEL.FOTO:DYN/PRESIDENCIA.
El gobierno de Mauricio Macri transitó su primer año de gestión marcado por una fuerte caída de la economía, debió buscar el equilibrio con un opositor Congreso de la Nación peronista y frente a gobernadores de diferente color político, lo que consiguió en varias ocasiones, además de realizar un giro total en su política exterior.
El temor del jefe de Estado de tener una Presidencia condicionada por un superministro de Economía lo llevó al otro extremo, descentralizando la obra pública, la infraestructura y el transporte en otros ministerios.
En tanto, la administración de Cambiemos logró una tarea que hasta días antes de la asunción de Macri muchos consideraban imposible: levantó el cepo cambiario en una semana, retomó las negociaciones con los holdouts y le puso fin al default en tiempo récord.
La herencia kirchnerista fue el argumento por demás utilizado por el Presidente y el gabinete nacional, para desligarse de decisiones polémicas como el tarifazo y su marcha atrás, o los despidos en el Estado.
Respectos de su política exterior, la actitud de la Casa Rosada fue descongelar la relación bilateral con Estados Unidos, alejarse de Venezuela, y buscar sellar nuevos acuerdos comerciales.
La necesidad de restablecer vínculos con los organismos financieros internacionales y con los países del Primer Mundo, en tren de conseguir las preciadas inversiones, llevaron a Macri a recomponer la relación con el FMI y acercarse a Estados Unidos, la Unión Europea, Japón, China, Rusia y los países árabes.
En materia judicial, un año no parecen solo doce meses: mientras Cristina Fernández y sus funcionarios lidian con sus males en tribunales, Macri sufre sus propios pesares, con una causa abierta por las empresas off shore de su padre, una vicepresidenta imputada y una aliada clave que fogonea con denuncias contra sus funcionarios y amigos.
Lo cierto es que la alianza oficialista Cambiemos logró cumplir su primer año en el poder con algunos altibajos, como consecuencia del escaso camino recorrido en conjunto previo al triunfo de Mauricio Macri, y ya comienza a trazar los primeros objetivos de cara al desafío electoral de 2017.
Por su parte, el peronismo procesó la derrota electoral de la peor manera, volviéndose incapaz de encontrar una síntesis para desandar el revés en las urnas.
Además, fue desintegrándose en distintas formaciones y abrió su propia “grieta” entre pejotistas y kirchneristas, en un debate que necesita saldar cuanto antes si proyecta una actuación decorosa para 2017.
Macri como presidente marcó una ruptura en lo que fue el principal eje de la política de comunicación de su antecesora, Cristina Fernández, ya que pasó de las casi diarias cadenas nacionales a la prácticamente nula aparición de discursos presidenciales en los canales de televisión abierta, a cambio de fuerte presencia en las redes sociales digitales.
El bloque de Cambiemos de la Cámara Alta necesitó del poderoso bloque del PJ-FpV para hacer progresar en el Senado las leyes de su interés, que al principio de su gestión lo logró sin sobresaltos.
En tanto, la agudización del problema social, el supuesto incumplimiento a gobernadores peronistas y la llegada de fin de año, que adelanta el inicio de un 2017 electoral, hizo que en el último mes viera naufragar algunos de sus deseos y que a futuro tenga un panorama complejo en materia legislativa.
De esta manera, el gobierno superó su primer año legislativo con holgura en la Cámara de Diputados, pero el mayor interrogante se abre para 2017 cuando desde su condición de primera minoría deberá rediseñar su estrategia de consenso en un calendario donde la atención estará puesta en las elecciones de medio término.
Fuente. DyN