Frente al derrumbe de las ventas, gastronómicos apuestan al delivery
En la segunda etapa del aislamiento social una gran mayoría de empresas optaron por iniciar la modalidad de entregas a domicilio. Fuerte preocupación por la falta de medidas de ayuda y solo una certeza: nadie saldrá ileso de esta crisis.
Con el aislamiento social, preventivo y obligatorio confinando al interior de sus hogares a miles de marplatenses, los comercios gastronómicos encontraron en la modalidad delivery la única alternativa posible para mantenerse a flote en tiempos de pandemia de coronavirus. Sin embargo, empresarios del sector local aseguran sin dudarlo que no sólo no alcanza, sino que la situación actual está generando un escenario sin precedentes y que sólo hay una certeza: nadie saldrá ileso de esta crisis.
A partir del 20 de marzo, y con el objetivo de controlar la curva de contagios nacional, el presidente Alberto Fernández decretó como obligatorio el aislamiento social, permitiendo sólo a las actividades esenciales continuar en funcionamiento. Los restaurantes y bares quedaron afuera de los exceptuados, aunque sí se autorizó la venta a domicilio.
En un principio, la medida preventiva estaba prevista únicamente hasta el 31 de marzo, razón por la cual, y dada la incertidumbre ante una situación inédita, una amplia mayoría de comercios gastronómicos de la ciudad optaron por preservar a sus empleados y cerrar.
Pero esto cambió radicalmente cuando la medida se amplió hasta el 12 de abril y se incrementó no sólo la preocupación ante la ausencia de ingresos, sino también las dificultades para acceder a los beneficios financieros para el pago de sueldos desde el Ejecutivo.
Esto llevó a que restaurantes que nunca antes habían implementado la modalidad delivery, no solo adoptaran la misma, sino que también amoldarán sus menús al sistema.
Este fue el caso de Leandro Coperchio, dueño del resto Brew Bar “Barley”, que por primera vez desde que abrieron hace seis años tuvieron que implementar la entrega a domicilio.
“Barley nunca hizo delivery, pero ante lo que pasa, no nos quedó alternativa. En el local trabajan casi 30 familias y se tuvo que buscar la vuelta”, señaló a LA CAPITAL Leandro, quien tuvo que reactivar el comercio en la segunda fase del aislamiento.
“En la primera etapa, como había una incertidumbre social y no sabíamos qué hacer, y como además creímos que se iba a levantar el 31, decidimos cerrar. Pero ante la continuidad del aislamiento implementamos el delivery, aunque naturalmente por la cantidad de demanda que hay, que es mínima, estamos solo con una parte del personal activo”, señaló.
Leandro, al igual que el resto de los empresarios de los sectores más comprometidos, no evita disimular su preocupación ante el panorama económico que se avecina. De hecho, asegura, que será inevitable que varios actores queden en el camino.
“Si había gente que venía con deudas, esto ya los deja afuera. Esto va a funcionar como una zaranda y van a quedar realmente lo que tengan más espalda; el resto va a caer. Al local chiquito esta situación lo deja fuera de juego automáticamente”, señaló, al tiempo que exigió al Gobierno municipal mayores medidas que ayuden a reactivar el negocio.
“A mí me preocupa que desde el gobierno municipal no se muestra un panorama claro para las empresas, sobre todo las gastronómicas y hoteleras que somos de las más afectadas y que en la ciudad hay muchas”, señaló Leandro.
Si bien destacó que desde el Ejecutivo haya una ocupación prioritaria en la salud, alertó sobre la necesidad de que, a casi 30 días de iniciadas las restricciones, no haya habido “una línea clara” para el sector.
“Yo pido que nos saquen al menos los servicios y tasas durante el periodo en el que estamos prácticamente cerrados. No postergación de vencimientos. Además, esperemos que a nivel nacional se flexibilice un poco el aislamiento, permitiendo al menos abrir con una mesa de por medio. Eso puede ser controlado con los inspectores municipales”, señaló, poniendo el foco en que la preocupación hoy es cómo se les pagará a los empleados.
Cerveza a domicilio
En la misma línea se pronunció, Etienne Leroux, de la fábrica de cerveza y locales gastronómicos Ogham.
Según señaló el empresario local, en los últimos días iniciaron con el delivery de latas de cerveza pero sólo como una manera de “mantenerse activos” en las redes y no porque ello implicara algún tipo de ingreso capaz de aliviar la situación económica actual.
“Las latas las lanzamos hace muy poquito y surgió esto para generar una movida y no estar parados, pero el delivery no mejora nada”, señaló.
Según indicó el empresario, las unidades de negocio de la empresa se dividen entre la fábrica y los locales gastronómicos. Con éstos últimos cerrados, debe al menos no tener la primera cerrada. “Tener la fábrica parada, me mata”, aseguró.
En este sentido, señaló que si bien entiende la situación y “espera que las medidas tomadas hayan sido las correctas”, se encuentra a la espera de que el Gobierno nacional aporte ayudas económicas más concretas.
“Las medidas anunciadas no ayudan en casi nada. Lo poco que hay siempre tienen un ‘pero’ que dificulta, en la práctica, poder acceder a ellas. Pero soy de los que mantiene la esperanza de que en los próximos días, y ante la decisión de prolongar la cuarentena, se anuncien medidas nuevas”, señaló, al tiempo que aseguró que ya existe una comunicación entre empresarios gastronómicos de todo el país para aunar fuerzas y exigir nuevos salvavidas económicos.
Un cambio que quedará
La preocupación por los sueldos, el pago de servicios y la continuidad comercial de muchos restaurantes es una preocupación que comparten todos los empresarios del sector.
Sin embargo, también hay quienes advierten que esta situación también generará un cambio en el mercado que podrá permanecer más allá del aislamiento.
Francisco Rosat, del local de cocina de mar “Lo de Fran” ubicado en el puerto de la ciudad, destacó que la llegada de delivery y “take away” puede llegar a ser un cambio que quedará.
Si bien mantiene la esperanza de que el aislamiento se flexibilice de alguna manera (“permitirnos abrir a la mitad de nuestra capacidad sería una alternativa”, señaló), Rosat aseguró que, tanto en la región como en otros países igual de afectados en Europa, la gastronomía vive un cambio de paradigma para poder frenar el impacto: “Básicamente es transformar el restaurant en rotisería”, señaló.
“Cuando empezó el aislamiento íbamos a hacer delivery, pero por una cuestión de seguridad, que no había nadie en la calle, decidimos desistir. También influyó el temor social y la incertidumbre de qué iba a pasar”, señaló Rosat ante la consulta de LA CAPITAL.
“Pero llega un momento que los gastos empiezan a correr y hay que afrontarlos, entonces la idea es comenzar a repartir platos la semana que viene con unas máquinas de envase a vacío, pudiendo ahora llevarle a nuestros clientes un producto que sea más sano y que a la gente le dé la seguridad de que en su casa puede volver a pasteurizarlo”, agregó el empresario.
De todas maneras, Rosat reconoce que esta modalidad “no es la solución” para comercios con estructuras grandes, pero al menos mantiene el sector activo. “Hay que ver cómo salimos adelante entre todos. Hay gente a la que le costó pagar marzo, por lo que abril va a ser aún más complejo”, concluyó.
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