A lo largo del Mundial de básquetbol de China, los jugadores y el entrenador del seleccionado fueron elogiados por propios y extraños. Pero el silencioso y arduo trabajo de los asistentes para estudiar a cada rival también se llevó un merecido reconocimiento. Entre ellos, Gabriel Piccato, quien ayer dirigió su primer entrenamiento en Peñarol, con miras al Súper 20 y la Liga Nacional. Esto le dijo a LA CAPITAL:

-¿Qué sensaciones podés reflejar después del increíble Mundial que hizo el seleccionado argentino?
-Yo todavía me sigo sorprendiendo por el impacto que tuvo todo. Es realmente increíble. De hecho en estas primeras horas en Mar del Plata me empiezo a dar cuenta de la dimensión de lo que se hizo. Todos tenemos que estar orgullosos porque en definitiva se representó al básquet argentino. Creo que me hubiese sentido de la misma manera si no hubiese estado. Pero poder vivirlo desde adentro es algo que no se puede explicar con palabras. Todo el deporte y el país tiene que estar orgulloso de lo que hizo y lo que transmitió el seleccionado argentino en el Mundial de China.

-Más allá de la alta exposición que siempre tiene Sergio Hernández y lo bueno que hicieron los jugadores, también se reconoció mucho la tarea de los asistentes. ¿Cómo lo tomaste?
-Creo que uno no puede darse cuenta de cuánto aporta. Simplemente lo hace y Sergio siempre se encarga de que sea una cuestión global y todos puedan aportar lo suyo en beneficio colectivo. Si se notó esta cuestión de que todo fluyó y funcionó en forma correcta, mucho tiene que ver el liderazgo de los jugadores y del entrenador, que fue muy importante para marcar el camino. Después, estoy seguro de que fue mucho más lo que yo recibí que lo que pude haber aportado. Estoy convencido. Para mí, fue como hacer un master, un postgrado.

-¿Cómo se fue dando el avance? ¿Fue una cuestión de ir paso a paso? ¿Es ciero que Luis Scola era el único convencido de que podían llegar a semifinales?
-El primer paso fue ese. Scola primero y después también Sergio creyeron en eso y comenzaron a marcar el camino. Empezaron a darse los resultados e ingresamos en una dinámica de círculo virtuoso. Y al mismo tiempo, se transformó en algo difícil de manejar, porque se genera tanta expectativa que hay que tener mucha claridad y aplomo para poder manejarla. La madurez del capitán y del entrenador permitieron transmitir el mensaje correcto y tener las actitudes necesarias para dar cada paso con la serenidad y la ejecución que correspondía.

-Contra España se intentó todo pero no se pudo. ¿Tal vez faltó algo de energía?
-El gran mérito fue de España, sin dudas. Fue un justo ganador. En ese partido estuvo mejor y Argentina tiene la tranquilidad de haber dado lo mejor. El básquet es un juego de oposición. Quisimos reaccionar pero ellos nunca nos dieron margen y fueron contundentes. No creo que haya faltado energía. Todo tuvo que ver con el buen trabajo que hizo España. Así como nosotros lo hicimos contra Francia, que quiso rebelarse pero no lo dejamos.

-¿Tuviste tiempo de ocuparte de Peñarol a la distancia?
-Trabajamos mucho antes de irnos. Junto a la dirigencia y el resto del cuerpo técnico organizamos el equipo y seleccionamos los cuatro extranjeros. Y cuando empezó todo el proceso faltaban los últimos detalles. No se pueden hacer dos cosas a la vez. Estoy muy agradecido a la dirigencia de Peñarol porque me permitió vivir todo esto en el Mundial. Actuamos con mucha responsabilidad al tratar de organizar todo antes.

-Se dice que suele ser un riesgo tener tantos extranjeros en el equipo. ¿Cómo asumís ese desafío?
-Riesgo siempre hay. También entiendo que las cosas van cambiando. La Liga tampoco es la misma de sus inicios. Hay más equipos y menos jugadores nacionales disponibles que puedan hacerse referentes de cada equipo. También hay limitaciones presupuestarias. De todas formas, nuestra Liga permite una renovación constante de jugadores. Los jóvenes que hoy son complemento, en un par de temporadas serán los líderes. En este momento puntual, había que buscar dos o tres jugadores en puestos que pudieran llevar el peso o la responsabilidad del equipo. Se hacía difícil encontrar nacionales y decidimos optar por extranjeros. Es una apuesta, pero hemos invertido mucho tiempo en la investigación y elección, como la mejor forma de minimizar esos riesgos.