Fede Bal: “En febrero empiezo a filmar un documental sobre Mar del Plata”
Se crió entre bambalinas, desde chico trabajó detrás de escena y estudió cine, pero se hizo "famoso" tras el mediático divorcio de sus padres. Tras años de exposición y baile, da un golpe de timón y apuesta todo a proyectos creativos en los ámbitos que más le gustan.
Fede Bal, entre el cine y el teatro.
En el transcurso del 2019 se estrenarán dos películas que lo tienen como actor. Hace pocas semanas se comprometió con Carlos Rottemberg a producir, dirigir y participar sobre el escenario en dos ofertas teatrales para la temporada marplatense de 2020, un desafío insólito en épocas de crisis. Además, mientras disfruta el éxito de martes a domingos con ‘Nuevamente Juntos’, con su padre Santiago Bal y su madre Carmen Barbieri, Federico Bal que actúa y dirige la revista, se prepara para grabar las primeras imágenes de un documental que quiere realizar sobre Mar del Plata.
Se crió entre bambalinas, desde chico trabajó detrás de escena y estudió cine, pero se hizo “famoso” tras el mediático divorcio de sus padres. Tras años de exposición y baile está dando un golpe de timón y apuesta todo a proyectos creativos en cine y teatro, los ámbitos que más le gustan.
En una nota con LA CAPITAL, en la que habló del “renacimiento” de la Revista, de su interés por “bajar el perfil” y dedicarse al cine y el teatro y contó que quiere darse el gusto de hacer un documental sobre Mar del Plata, ciudad que considera “mi segunda casa”.
“Me pasa algo muy lindo con la ciudad y me parece que quiero mostrar lo que yo veo, entre el turismo y el teatro, un trabajo costumbrista, que muestre distintas caras de la ciudad en verano. En febrero empezamos a filmarlo”, contó el actor y director, quien aclaró que las tomas que realizará serán las primeras, de cara a la búsqueda de financiamiento para que pueda terminarse y estrenarse, “Creo que puede ser un producto for export”, indicó, señalando que le presentará el proyecto a productores privados. “Tengo una mirada, hay algo que quiero decir de mi amor por la ciudad, los contrastes, porque cuando estoy acá siento que estoy en una película de Fellini. Creo que esto es muy cinematográfico y súper estético”.
– ¿Por qué te embarcaste en este desafío de escribir una nueva revista, con tus padres, renovarla, como dijiste?
– Me parece que el país cambió. Darme este rol como director, por un lado llama, publicitariamente está bueno que el hijo dirija a sus padres, pero por otro lado siento que me preparé para este momento y que era yo la persona que tenía que dar esta vuelta a la revista y lograr que vengan chicos y personas jóvenes a este tipo de espectáculos.
– ¿La renovación tiene que ver sólo con el lugar de cosificación de la mujer que había o con otros aspectos?
– De todo. Hay una crítica social que hacemos en el espectáculo. Hablamos de un pasado y un presente. Hay una premisa que es lo que quería contar, para mí la revista murió, lo digo en escena. Es un viaje en el que intentamos ver dónde fue el punto de quiebre en el que la revista se perdió y se murió, en qué momento pasó de ser una propuesta para gente de alto nivel a que ningún público vaya, porque los números dejaron de acompañar y lo vi. Y no critico los shows de mis viejos, pero creo que estaban pasados de moda. Por los chistes, por el machismo, por la cosificación y con 29 años, me siento responsable no de ponerme la cucarda de director y hacer lo que quiero, sino de darle la vuelta.
– ¿Además de todo lo que te puedas haber formado, el haberte criado en teatros te dio esa mirada?
– Sí, dicen que a veces es más importante vivir algo que estudiarlo. Estudié con varios profesores pero nadie te puede enseñar cómo hacer un éxito o cuál es el formato del éxito o qué hace reír y qué no. Son cosas que se van aprendiendo. Y mis viejos son grandes exponentes de la escena, del show en general, se conocieron trabajando y yo estuve siempre en el teatro mientras ellos trabajaban. Me crié en un teatro de revista, con todos sus pro y sus contra.
El renacimiento había que hacerlo con los dos exponentes más grandes de la revista. Hoy no hay nadie que pueda sostener un show como lo sostienen mis viejos y como ellos lo instalaron.
– ¿Cómo los convenciste?
– Con papá me junté, le tuve que decir que el guión que él tenía no se iba a hacer, era horrible. Que tenía pensada otra cosa. Ellos eran hermosos arriba del escenario y hoy pueden estar de nuevo y es muy emotivo. Y lo que hicimos es contar una historia. La historia de ellos y cómo llegaron hasta acá. Lo bueno y lo malo. La clave es la unión de los dos. Y se mantienen el humor, baile, pero con el hilo conductor del amor, el respeto y la admiración, aunque ya no se eligen como pareja pero se eligen como compañeros.
“Tengo ganas de jugar”
– ¿Esta experiencia te dio el empuje para el compromiso del año que viene, tener las dos salas, proponer una nueva revista y una comedia, redoblar la apuesta?
– No es fácil y se tiene que dar algo que supere esto, que es difícil porque fue lo primero que escribí con mi viejo, la primera obra que dirigí y la unión de ellos. Pero tengo una idea muy grande para algo lindo. Tengo ganas de jugar, hoy me ven con otros ojos. Carlos me dio un abrazo, me dijo que ve a mis viejos en su mejor momento y surgió esto. Imaginate mi emoción, después de que mis viejos vengan de una etapa en la que estaban debajo de su liga. Carlos entiende todo, es un grande, confía en nosotros y le prometí hacer una súper revista en el Atlas, escribirla, dirigirla y tal vez actúe un poco, o la presente.
Pero quiero hacer una comedia, quiero seguir explorando mi rol de actor, de encarar un personaje con algo no pasatista, que vamos a hacer en el América.
– ¿Estás buscando una obra de texto, comprar derechos, que alguien la escriba especialmente?
– Quiero hacer una linda obra, que pueda compartir con compañeros apuntados a la comedia dramática. Me parece que es el momento de hacer ese salto.
– ¿Comedia inglesa, francesa o algún texto americano?
– Una comedia francesa me gusta, pero hay muchos títulos dando vueltas, mucha gente me escribió, autores que quieren escribir la obra. Se abrió una fuente de trabajo tremenda.
– ¿Vas a lo contemporáneo o algo más clásico, alguna versión para teatro de películas?
– Hay una idea de hacer una película clásica en teatro, pero no quiero quemarla. Hay dos ideas dando vueltas. Es otro desafío. Vengo de desafíos y estamos con Guillermo -Marín- ahora mi socio, viendo las opciones para la mejor propuesta para la sala.
El sueño de filmar
– El año pasado también filmaste películas que se van a estrenar este año, una también con tu papá.
– Hice dos películas, un thriller psicológico, de un hombre que tuvo un accidente, que resuelve crímenes y le llegan unos que son imposibles de resolver. Me gustó mucho hacerla. Y “Rumbo al mar”, que el final se filmó en Mar del Plata, donde trabajé con papá, algo que me unió mucho a él. Filmar siempre fue mi sueño. El bailando me llevó para un lado más popular, comercial, pero era momento de mirar eso. Volver a ese camino. Me senté con la gente que me apoya, mi psicóloga, con dolor, porque en el proceso es difícil decirle que no a una propuesta económicamente tan buena como lo que te puede dar el bailando, popular y divertida.
– Decís que te estás cuidando, cambiando el perfil ¿no te gustaron la exposición y la popularidad, que se conocieran tus novias, si fumás porro, las peleas, no estabas preparado, no fue lo que esperabas?
– Estoy preparado para eso y mucho más. El tema es que no lo elijo más. Fue mucho, pasé momentos en los que sufrí, en los que se dijeron y se dicen cosas de mí que no entiendo. Soy un tipo tranquilo, no es una pose. Me gusta pasarlo bien, se cuestionó mi lugar de hombre y lo judicialicé porque no puedo permitir que se digan ese tipo de cosas. Me banco que digan que soy mal actor, que no sé dirigir, lo que quieras pero cuestionarme desde ese lugar es el límite, se dijo que soy drogadicto, que soy mala influencia, de todo.
– ¿Por eso no volverías al bailando, por ejemplo?
– Me lo ofrecieron este año. No quiero. No quiere decir que una cosa sea mejor que otra. Pero no veo cómo conviviría con el estreno de dos películas. Son dos proyectos muy distintos. Creo que a veces hay que guardarse para después volver más fuerte, creo que es como irse de la fiesta en el mejor momento, no cuando ya está. El primero que hice fue un flash, la gente me quería de repente, no sabía ni me interesaba ser famoso, siempre había trabajado detrás de cámara. Pero de golpe eso, luego me hizo subir a un escenario, en el Atlas, por primera vez. Es el momento de dejar de exponerme, que mis relaciones se mantengan en privado, para hacer un cambio de verdad.
Abrir los ojos
– ¿En este proceso cómo te afectan los cambios de paradigma, el movimiento feminista que te llevó a revisar los contenidos de la revista?
– Creo que es el movimiento de la década. Me parece, lejos, una de las mejores cosas que nos suceden como argentinos. La mujer siempre tuvo un buen lugar pero nunca fue respetada como está siendo en este momento. Creo que la gente empezó a abrir la cabeza, se vio afectado el humor, claramente, ser vieron afectados los ámbitos laborales. Es un cambio radical, desde lo que pasaba en una oficina y en la calle, los piropos. Siento que hay fanatismo y fiebre, lo que sucede siempre que nace una corriente así, pero creo que va a equilibrarse. En mi caso, necesito el lugar para la duda o la excepción. Yo nunca fui violento, tuve una relación muy fea, muy tóxica pero no fui eso de lo que se me está acusando.
– ¿Creés que esas acusaciones ‘falsas’ banalizan la problemática?
– Claro. Hay que tener cuidado con usar la bandera. Hay que cuidarla y hay que usar muy bien las palabras. Hay cosas que no se pueden decir en contextos como este, en medio de una lucha tremenda que tienen las mujeres hoy. No todo es lo mismo, no podés decir cualquier cosa por tener un minuto más de cámara.
– ¿Es más difícil ser hombre en este momento?
– Sí, claro. Pero al mismo tiempo tenemos que agradecerlo porque nos hicieron abrir los ojos. Hoy ni se te ocurre hacer un piropo subido de tono. Había mucho abuso de poder, en nuestra profesión hubo una cantidad de uso y abuso de poder y ahora un tipo, un productor, la va a pensar dos veces antes de ofrecer una noche de sexo a una mujer por un papel. Bravo, bien por las mujeres que les dieron miedo a esos tipos. Hicieron cambiar un paradigma que no está bien. Sigue pasando, pero por lo menos ahora que tengan miedo. Pero en un punto, no se puede ser caballero. El otro día una señora se enojó porque la quise ayudar con una valija. Pero es un proceso que tenemos que pasar y los resultados, el equilibrio, lo vamos a ver en 10 años.
– ¿Sabés que en esa definición coincidís con Laura, tu ex?
– ¿En serio? No hablo con ella hace mucho. Bueno tenemos cosas que ver. La quise muchísimo, creo que ella también. Me encanta que le vaya bien con su obra, con su novio y se merece todo lo bueno que le pasa.