Por Juan Salas

Los amigos de Vicente Gutiérrez no salen del shock de lo que fue ver morir al adolescente de 16 años tras recibir un disparo en la espalda en el barrio Las Heras. Su novia, dos años menor que él, lo despidió con un sentido mensaje en las redes sociales, lleno de amor y también de bronca e impotencia. En su escuela, la Secundaria Nº 19 “Vecinalista Héctor Woollands”, sus compañeros le hicieron un mural en el aula para recordarlo.

Vicente Gutiérrez tenía 16 años cuando el domingo a la madrugada Víctor Martínez, por motivos que son de materia de investigación del fiscal Fernando Berlingeri, le disparó al otro lado de la calle y lo mató de un balazo en la espalda. El hecho caló hondo en el barrio, en las amistadas del adolescente, su familia y en la comunidad educativa.

Si bien en un primer momento, fuentes oficiales intentaron poner en primer plano de discusión que Vicente tenía antecedentes penales, tan solo tenía dos causas por delitos menores de cuando era inimputable: el intento de robo de una cartera en abril de 2023 y el intento de robo de un celular en una plaza en agosto de 2023.

A pesar de estos errores que pudo cometer cuando tenía 15 años, sus allegados y amigos lo definen como un “loquito que era buen pibe”, como alguien “sano y sin maldad”.

Vicente trabajaba y cursaba, de manera acelerada, el tercer año en la Secundaria Nº 19 “Vecinalista Héctor Woollands”, desde donde el lunes emitieron un comunicado para pedir “respeto y responsabilidad al momento de expresarse” y repudiaron “todo comentario malintencionado y muestra de estigmatización a los jóvenes en general”. “No podemos hacernos eco de comentarios aberrantes que sólo suman más dolor sobre un adolescente de 16 años que ya no puede defenderse”, agregaron desde la comunidad educativa de la que formaba parte.

Pintada en el aula de la escuela a la que iba Vicente Gutiérrez.

El adolescente tenía tanto padre como madre ausentes y recientemente había sido adoptado por sus “padres del corazón”. Estaba de novio con una joven de 14 años y estaba enfocado en sus estudios, en trabajar y en las motos, de las que era fanático.

Tal era su fanatismo por las ruedas, que una caravana de jóvenes en moto acompañó al coche fúnebre que llevó al cuerpo de Vicente Gutiérrez hasta el cementerio, como una última despedida. El 23 de febrero hubiese cumplido 17 años, y sus amigos le estaban armando una moto para darle de regalo.

“Mal ahí loco. Cómo te vas a ir así. Pensar que esta foto fue un toque antes de la mierda que nos tocó vivir. Pensar que hace unas horas estábamos con los pibes cagándonos de risa y por culpa de un re gato tocó lo peor. Me va a faltar vida para agradecerte por poner el pecho por mí, para perdonarme el hecho de que te hayas llevado la peor parte y no haber podido hacer nada. Un corazón como el tuyo y la valentía que vos tuviste para poner el pecho no se encuentra en cualquier wacho. Cuidanos desde arriba, te voy a recordar siempre y vas a estar en mi corazón para toda la vida gordo”, escribió su novia en redes sociales al recordarlo con una foto de los dos.

Un cumpleaños que terminó en fatalidad

El sábado a la noche, Vicente Gutiérrez había ido al cumpleaños de un amigo en el barrio Las Heras. A la madrugada, cuando terminó, habló con un compañero de la escuela, que estaba en la fiesta de cumpleaños de la prima, y con otros dos amigos y su novia fueron para el lugar.

Allí, en la zona de Génova al 8400, Vicente saludó a su amigo, tomó un trago y se fue con su novia a la vereda. Eran cerca de las 2.30 de la madrugada del domingo.

No pasaron ni unos minutos cuando se escucharon unos disparos y algunos salieron de la fiesta para ver que había sucedido, sin imaginarse que se iban a encontrar con una escena de espanto: una bala le había impactado a Vicente en la espalda.

Los jóvenes corrieron para socorrer al adolescente, que estaba sentado y se desplomó cuando llegó la ayuda. En la desesperación algunos le tapaban la herida desde donde brotaba la sangre, mientras otros llamaban al 911 o buscaban autos para llevarlo al hospital.

Según los testigos, la policía tardó unos 10 minutos en llegar. Vicente yacía en el suelo, había perdido mucha sangre y ante la falta de respuestas de los uniformados se generó un conflicto en el que los jóvenes, llenos de bronca al ver a su amigo herido, patearon el patrullero.

La ambulancia, siempre según los testigos, tardó cerca de media hora y si bien los médicos trasladaron de urgencia a Vicente hasta el Hospital Interzonal, falleció en el trayecto.

“Era un muy buen pibe. El que le disparó no tenía derecho a hacer lo que hizo, a quitarle la vida así. Esperemos que se haga justicia”, dijo uno de los amigos de Vicente Gutiérrez.

El autor del disparo, Víctor Martínez fue detenido esa misma madrugada. No se escondió ni puso resistencia. Luego el arma homicida, un revólver calibre 22, fue secuestrada en su casa. De manera informal, a la policía, intentó explicar que pensó que querían robarle y que por eso disparó al cielo, pero lo cierto es que tiró al menos cinco veces y le impactó una bala a Vicente Gutiérrez, quien estaba frente a la casa en donde estaba el detenido.

Martínez se negó a declarar el lunes ante el fiscal Berlingeri y permanece detenido en la Unidad Penal 44 de Batán. De manera oficial no dio ninguna versión que pudiera entenderse como una legítima defensa, no dijo nada de por qué disparó y mató al adolescente de 16 años en el barrio Las Heras.