El escenario del teatro Lido (Santa Fe 1751) propondrá desde este 8 de enero el espectáculo “Cartas de amor”, un show que tiene el protagonismo de Facundo Arana y de Soledad Silveyra, ambos dirigidos por Selva Alemán.

Contento por su nuevo verano, que lo vuelve a unir a estas costas tal como pasó el año pasado cuando protagonizó “Los Puentes de Madison”, Arana repasa sus recuerdos costeros y agradece este presente laboral, en el que está cerca de estas dos figuras femeninas de la escena argentina y además, cerca del productor teatral Javier Faroni.

-Otra temporada en Mar del Plata, tras Los puentes de Madison, ¿qué te genera el verano con trabajo en Mar del Plata?

-Mar del Plata es una ciudad que conozco desde que nací. Fui ahí con mis padres siempre y estoy lleno de recuerdos geniales de toda una vida, por lo tanto ir a Mar del Plata es un sueño hecho realidad, mucho más hoy que voy con mis hijos y con mi compañera. Para mí ir a hacer temporada teatral a Mar del Plata junto con mi familia es el plan perfecto. Esa es la palabra “perfecto”.

-¿Disfrutás del mar? ¿Qué es lo que más te gusta de Mar del Plata?

-Este plan de ir a Mar del Plata es genial porque junto con mi familia disfrutamos muchísimo de la playa y de todo lo que Mar del Plata tiene para ofrecer. Mucha gente trabaja durante todo el año preparando la ciudad para recibir a los turistas y nosotros vamos a sumarnos a artistas que durante todo el año preparan sus espectáculos. Me genera una felicidad inmensa.

-¿A qué atribuís el hecho de ser un actor tan querido por espectadores y espectadoras? No hay vez que aparezcas y la gente no te requiera…

-Lo que pasa con la gente es absolutamente maravilloso y yo estoy tremendamente agradecido por eso. No sé cuál será la explicación, pero soy tremendamente feliz al recibir tanto cariño. Y no me lo evito.

-¿Qué cuenta “Cartas de amor”? ¿La obra incluye la lectura de cartas?

-“Cartas de amor” es una obra absolutamente entrañable, me da mucha alegría poder hacerla y creo que es una muy muy linda alternativa para presentar en Mar del Pata. Con el precioso e insuperable detalle de que vamos a hacerla junto con Solita Silveyra y encima dirigidos por Selva (Alemán). No podría soñar algo mejor para hacer. Con Solita tenemos una relación extraordinaria y estamos felices de encarar este proyecto.

-¿Habías trabajado con Solita, qué química se produce entre ustedes?

-Hicimos juntos Vidas Robadas. Nuestra química es preciosa porque somos dos personas a quienes nos encanta trabajar con una sonrisa y somos muy incansables. Solita es el tipo de artista que disfruta haciendo los goles, pero también pateando los centros para que vos los hagas. Yo soy igual, así que sólo quiero estar sobre el escenario con ella para disfrutar de este oficio precioso. Solita es una artista tremendamente generosa.

-¿Cómo juega la diferencia de edad entre ustedes en esta dupla laboral?

-La diferencia de edad cuando de amor se habla no rige. Como no rige la religión, la raza o el género. Es amor y punto. Y en esta obra en particular menos rige, puesto que las cartas cuentan una historia a lo largo de una vida y es teatro. Y con Soledad además todo es fácil, porque trabaja precisamente con eso: con mucho amor. Basta ver esa risa con los ojitos chiquitos. Y sobre el escenario es atemporal. La obra puede sentirse en la palabra. Y va a ser un deleite escuchar esas palabras pronunciadas por ella. Lo único que tengo que hacer es intentar volar a su altura, aunque no va a ser sencillo. Y eso me encanta.

-¿Cómo es Selva Alemán como directora?

-Qué voy a decirte de Selva que no sepan. La energía de quien sabe, de quien vive atenta, de quien es generosa con el otro. Esa es Selva. Trabajamos juntos en el ’95 en un especial dirigido por Diana Alvarez llamado La Valija, con Jorge Marrale. Ella es deliciosa, como ser humano y como artista. Puede dirigir, escribir, actuar, cantar o bailar. Yo vivo el sueño de trabajar con artistas de esa talla. Y agradezco la oportunidad. Soledad, Selva, Faroni, Rottemberg, Mar del Plata y Lito Gras. Todo eso junto era inigualable. No me tentó, me recontrarequetetentó.

-Pareciera que el tema del amor es inagotable, ¿Te parece que siempre hay cosas nuevas para decir sobre él y sobre las relaciones de pareja?

-El tema no es inagotable, lo que es inagotable es el amor en sí. Me parece que nunca nos queremos acostumbrar a escuchar historias de amor. Y eso es perfecto. Porque es simple.

-Las relaciones entre hombres y mujeres están viviendo un replanteo, ¿cómo leés, cómo decodificás este momento tan particular en que el movimiento de mujeres pide mayor asimetría con respecto a los hombres?

-En mi casa me enseñaron el respeto hacia el otro mucho más allá del género. Lo mismo con la libertad. Lo mismo con todo lo importante y esencial que hace al ser humano.

El respeto no reconoce género. Y la violencia tampoco. Ni la paz. Ni la humildad o la soberbia. Entonces celebro que el que es violento con el otro se haga replanteos. Mucho más allá del género.