Mascherano, Di María, Agüero y Lavezzi también analizan no vestir más la celeste y blanca. El entrenador podría renunciar.
NUEVA YORK, Estados Unidos.- La final de la Copa América Centenario terminó en un triste escándalo que pone en serio riesgo no solamente el futuro del seleccionado argentino sino su estructura, ya que, a la renuncia de su capitán y figura más relevante, Lionel Messi, pueden sumársele otras en las próximas horas, incluyendo la del propio entrenador, Gerardo Martino.
El cimbronazo que provocó una nueva derrota en la final de Copa América, idéntica a la del año pasado en Santiago y ante el mismo rival, Chile, por penales después de empatar 0 a 0, fue más fuerte de lo esperado y terminó por eclosionar en el costado que el fútbol argentino hasta ahora mantenía indemne ante los continuos desaguisados que provocan los dirigentes y que pusieron a la AFA al borde de la desafiliación a FIFA.
Es que ni el peor de los escenarios imaginados en caso de perder Argentina la tercera final en tres años, algo que finalmente ocurrió, podía alcanzar la estatura de lo sucedido en la madrugada de Nueva Jersey, en las entrañas mismas del imponente estadio MetLife.
Se barajaba en las horas previas al partido una posible renuncia del técnico Gerardo Martino, al que se lo vio muy molesto en la conferencia de prensa del sábado, y conocido es su malestar con la dirigencia de AFA por el estado de abandono en que han dejado a la Selección.
Incluso se mencionaba la posibilidad de que se fuera victorioso, soñando con un título antes de dar las hurras como técnico del seleccionado argentino, porque esa molestia para con la AFA viene en un combo al que se le unen la falta de un plan para nombrar un técnico y reconstituir los seleccionados juveniles, y la escasísima respuesta recibida a las convocatorias para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Por eso no sonaba descabellado que aún ganando el ‘Tata’ se alejara del cargo, sobre todo después de sumar su tercera caída en fila en las finales de Copa América, ya que en Argentina 2011 se apeó en la definición dirigiendo a Paraguay, ante Uruguay por 3 a 0.
Sin embargo, nada dijo el rosarino de su futuro, y en cambio el que sí lo hizo fue su conciudadano Messi, quien anunció que renunciaba a la Selección minutos después de finalizado el encuentro ante los chilenos.
Este anuncio sacudió el árbol de la selección y cayó como fruta madura la posibilidad de que Javier Mascherano, Angel Di María, Ezequiel Lavezzi y Sergio Aguero sigan el mismo camino.
Las razones de esta diáspora hay que encontrarlas en lo mal organizado que estuvo este viaje de la Selección por los Estados Unidos, hasta que la gota rebalsó el vaso y el viernes Messi entregó un mensaje por Instagram en el que se quejaba por el retraso del vuelo entre Houston y Nueva Jersey.
“Que desastre los de la AFA”, manifestó el capitán en las redes sociales, antes de anunciar en la conferencia de prensa de ese día que se había equivocado, “porque no es bueno crear polémicas a menos de dos días para jugar una final de Copa América”.
Sin embargo, esto no hizo acallar las voces críticas del capitán argentino, porque acto seguido sostuvo que ese “es un tema que viene de arrastre” y aseguró que “después de la final” iba a habla sobre todo lo que lo afectaba de AFA.
Pero en vez de hacerlo, Lío fue mucho más allá y directamente anunció que no jugará más en el seleccionado y que esa decisión no iba a tener marcha atrás, lo que sacudió aún más el ánimo de un plantel golpeado que también tendrá que hacer desde ahora el duelo por el capitán perdido.
Fue entonces que algunos de sus compañeros salieron a respaldaron y anunciaron que podrían seguir el mismo camino en las próximas horas, algo similar a lo que podría ocurrir con el propio Martino, si advirtió en esta Copa América que no cuenta con el respaldo que él quisiera de sus propios dirigidos.
Si algo le faltaba a este apaleado fútbol argentino, en las próximas horas la FIFA puede decidir la desafiliación de AFA a raíz de la crisis interna que la gobierna, como para terminar de completar este tristísimo e inédito, al que se llegó bajo la fachada de una decepción deportiva pero que tiene raíces mucho más profundas.
Télam.